Los factores que han aquejado a las diez componentes de esta lista de dudosa honra son variopintos, pero se pueden extraer varios denominadores comunes. En varias de ellas el consejo de administración está más cerca de la batalla campal que de la colaboración mutua entre sus miembros. La deuda aprieta sus finanzas por excesivo apalancamiento o las condiciones vinculadas a los créditos que mantienen vivos. El adverso efecto del tipo de cambio también condena a estas colistas a seguir a la zaga en Bolsa y en boca de todos en este arranque de nuevo curso.

ABENGOA

A pesar de que la sevillana ha hecho un gran esfuerzo por completar tareas pendientes, se sigue sentando en la última fila de pupitres del aula. Abengoa pierde más de un 93% de su valor en el último año a pesar de haber esquivado un suspenso por quiebra que en algunos momentos parecía su inexorable destino. El drástico descuento de precio se repite tanto en sus acciones de clase A como en las B, que llegaron a formar parte del Ibex 35.

La firma de ingeniería se esfuerza en volver a su negocio más tradicional y dejar a un lado la apuesta por la energía renovable que a punto estuvo de suponer su liquidación. Los plazos de su exigente convenio de acreedores se van cumpliendo con puntualidad en cuanto a saneamiento financiero y reestructuración organizativa. Sin embargo, su ínfimo precio por acción y la cautela que aún generan sus cifras siguen prometiendo volatilidad y condena bajista para Abengoa.

SIEMENS GAMESA

El tándem de Gamesa con los activos renovables de la gigante alemana Siemens prometía sumar lo mejor de cada casa, pero los resultados obtenidos por la compañía no han alcanzado las expectativas del mercado. La piedra de tropiezo para la cotizada ha sido el cierre del mercado indio, en el que había depositado grandes expectativas de desarrollo. La falta de capacidad de reacción del nuevo equipo gestor y la ausencia de revulsivos que compensen números en balance, y con ellos tiren al alza de su gráfica, anticipan que los vientos seguirán soplando de cara para una compañía que pierde un 47,32% de su valor desde el último septiembre.

DURO FELGUERA

La firma de ingeniería inicia el curso prácticamente con las mismas asignaturas pendientes con las que arrancó el anterior. Lo abultado de su deuda y las dudas que generan sus muchos proyectos abiertos en mercados tan inestables como Venezuela, por los que además no ha recibido los ingresos esperados, son responsables directos de un retroceso ligeramente superior al 46% a un año vista. La lucha intestina en la que se han embarcado sus inversores de referencia, representantes de las más gruesas fortunas familiares asturianas tampoco ayuda a que el mercado revise a mejor su percepción sobre una compañía que tiene su principal catalizador alcista para la recuperación a corto plazo en algo tan frágil como los rumores sobre el posible apetito inversor de rivales internacionales.

PRISA

El endeudamiento vuelve a ser el mayor peso bajista en la mochila de las finanzas de Prisa. El grupo de medios estrena el curso con la tarea pendiente y muchas veces postergada de vender su editorial educativa Santillana. La operación mediante la cual se sacrificaría la joya de la corona de la compañía a cambio de sanear sus apalancadas cuentas ha ampliado la brecha entre las distintas facciones de su consejo de administración. Mientras los accionistas históricos siguen sin acercar posturas con el presidente Juan Luis Cebrián y los inversores de más reciente aterrizaje, la firma vuelve al cole con un desplome acumulado del 46% en las últimas 52 semanas.

SERVICE POINT SOLUTIONS

El curso pasado fue mucho más breve para Service Point Solutions (SPS) que para sus compañeras de mercado. La compañía volvió a cotizar el 27 de diciembre después de una suspensión que se prolongó por casi tres años, tantos como duró su traumático proceso concursal. Desde entonces cede más de un 45% en Bolsa. El plan de negocio señalado entonces no ha dado aún los resultados prometidos y la firma de gestión documental vuelve a quedarse a la cola del Mercado Continuo. Las cuentas de la cotizada para el primer trimestre del año arrojaron un difícilmente digerible retroceso del 76,5% en beneficios y del 31,6% en Ebitda que han contribuido a la completa desaparición de la euforia que la compañía suscitó en su regreso.

SNIACE

El escenario en el que se desenvuelve Sniace en este comienzo de curso es muy similar al de la compañía anterior, pero su mayor cumplimiento de tareas pendientes debido al mayor recorrido con que cuenta desde la superación de su concurso se traduce en una sangría bursátil no tan amplia. El retroceso de la firma de energía y celulosa alcanza a un tercio de su valor desde el año pasado a pesar de haber regresado a cotización entre sonoros avances en el mes de marzo.

Más recientemente su salida de la lista de morosos de la agencia tributaria, la reanudación de la actividad en su histórica fábrica cántabra de Torrelavega y el pacto para la externalización de su negocio de cogeneración han aliviado el castigo acumulado por la compañía, sobre la que sin embargo siguen pesando algunas de las dudas que la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hizo en el momento de su regreso al parqué.

ALMIRALL

Los laboratorios catalanes se afanan en curar las heridas que le han sobrevenido por el debilitamiento del euro frente al dólar estadounidense, divisa en cuyo mercado Almirall había apostado el grueso de su crecimiento. Sus acciones cotizan ahora un 29% por debajo de lo que marcaban el trimestre pasado. El relevo que se ha fijado para su directiva en EEUU ha supuesto un bálsamo para un problema cuya solución no se atisba a corto plazo. Tres años después del desembarco en la mayor economía del mundo y una apuesta decidida la compañía se duele de un balance que ha adelgazado un 80% en ventas y ha pasado de ganancias por 80 millones a 73 en pérdidas.

GENERAL DE ALQUILER DE MAQUINARIA

La asturiana General de Alquiler de Maquinaria (GAM) sufre de una parte la menor actividad del sector de la construcción, del que procede buena parte de su cifra de negocio, y de otra una estructura financiera que penaliza severamente sus cuentas. Mientras que el primero de los factores es cada vez menos erosivo, los intereses que la compañía ha de asumir por un préstamo participativo suscrito en sus momentos de mayor debilidad económica amenazan con seguir mermando su desempeño. Así, a pesar de que a lo largo del primer semestre del ejercicio ha conseguido mejorar en facturación y márgenes, al cierre de balance se cuentan pérdidas por 6,3 millones de euros atribuibles en un 70% a este factor y un adverso efecto divisa. El resultado: empezar el curso con un valor de mercado un 29% inferior al del anterior.

ORYZON GENOMICS

El sector farmacéutico cuenta con otra representante entre las colistas de este principio de curso. Las acciones de Oryzon Genomics se venden ahora un 26% de lo que se compraban hace un año. La búsqueda de una mayor rentabilidad que los inversores se han marcado por objetivo en el actual panorama de tipos cero -e incluso rendimientos negativos en ciertos títulos de renta fija- los ha llevado a tomar distancias con compañías de este perfil que además no se plantean el pago de dividendos. La novata de la lista, pues negocia en el parqué solo desde diciembre de 2015, ha sufrido este éxodo desde valores considerados refugio, pero también y sobre todo la ruptura de un acuerdo con Roche para un compuesto con indicaciones sobre la leucemia. Aunque la cotizada ha recuperado sus derechos de desarrollo y comercialización sin coste alguno, la espera a un nuevo interesado castiga su grafica de precios.

NATRA

El diez lo hace una compañía que bien podría poner la merienda del recreo a sus compañeras rezagadas de la vuelta al cole: la chocolatera Natra. La compañía valenciana ha perdido un 25,2% de su valor bursátil desde el pasado mes de septiembre, lastrada por unas cuentas que al cierre de 2016 volvieron a probar las amargas pérdidas. El desplome acumulado es tan significativo para la firma que hoy por hoy es una de las de menor capitalización de todo el Mercado Continuo. Las previsiones de la compañía no han sido suficientes para endulzar el paladar de los inversores, de manera que las posiciones cortas contra su gráfica siguen en zona de máximos históricos y los indicadores técnicos sin visos de remontada.