Fuentes del Santander confirman que las negociaciones se han iniciado en todos los frentes, a través de contactos con los socios externos que mantenían acuerdos con Popular, y que tendrán que renovarse, o ponerles fin previsiblemente de aquí a final de año. Sin embargo, aún no hay nada cerrado. Estos son los principales flecos pendientes en el negocio, sin contar el plan de despidos y cierre de oficinas que la entidad también deberá desvelar en los próximos meses:

ALLIANZ POPULAR

Entre los más esperados, por su complejidad, está el acuerdo que Popular mantiene con Allianz en la gestora de fondos Allianz Popular, sociedad en la que el banco mantiene un 40% de participación. Una perita en dulce para Santander, pues es la octava gestora española por patrimonio, a pesar del descenso sufrido desde la resolución del Popular. Según dataos de Inverco, la firma ha pasado de gestionar 10.079 millones de euros a cierre de mayo hasta los 9.033 millones actuales. Más de 1.000 millones de euros de suscripciones netas negativas en solo 3 meses.

 

Aún así, la firma se mantiene en el TOP 10 de las gestoras nacionales, y con su aportación, Santander quitaría el primer puesto del ranking patrimonial a la gestora de CaixaBank. ¿El problema? Que el banco tiene su propia gestora, Santander AM, que actualmente mantiene 36.367 millones de euros bajo gestión en el negocio de fondos.

                           

El hecho de tener su propia gestora (tras recomprar su parte a finales del pasado año a Warburg Pincus y General Atlantic) complicaría mantener el acuerdo con Allianz. De alcanzarse, fuentes del mercado explican que se tendrían que fusionar los fondos de Allianz Popular con los del Santander (aquellos que tengan similares características). Y también los de Popular Gestión Privada, que se encarga de gestionar las sicavs del grupo. Otra cosa será ver qué ocurrirá con los directivos de Allianz Popular y si finalmente formarán parte de una posible fusión. Sobre todo Rafael Hurtado, director de inversiones, y Migel Colombás, director del área de gestión de activos de la entidad.

CAJEROS

 

El proceso de integración entre Santander y Banco Popular tampoco se ha trasladado a los cajeros. Hoy por hoy, ambas entidades cobran comisiones en torno al 3% por el uso de cajeros 4B. Los clientes del Popular tampoco pueden sacar, de momento, dinero gratis de los cajeros del Santander. Y viceversa.

 

Pero en el camino, hay entidades que se podrían ver especialmente afectadas si se eliminan los acuerdos alcanzados con Popular en los últimos años. La mayor preocupación es para los clientes de pequeñas entidades o de firmas como ING, que aún pueden retirar efectivo de los 2.400 cajeros del Popular sin pagar comisiones. Todo apunta a que ese acuerdo se romperá a finales de año, cuando vence, para intentar pactar otro distinto o romperlo por completo. Actualmente, Santander cobra 1,85 euros por sacar dinero de sus cajeros a clientes de otras entidades. Algo que también hacen BBVA y CaixaBank, quien abrió la denominada `guerra de los cajeros¿ en 2013 al decidir cobrar 2 euros a sus `no clientes¿ por sacar dinero en sus sucursales.

 

TARJETAS Y MEDIOS DE PAGO

El negocio de tarjetas es otro de los acuerdos que está intentando cerrar Santander. Popular mantenía esta área bajo el paraguas de WiZink junto con el fondo estadounidense Varde Partners, que mantiene el 51% de la sociedad. La firma incluye también la división de medios de pago del británico Barclays (BarclayCard). Tras la integración, lo más factible sería que Santander vendiese el 49% de Popular en la compañía, y que fuese precisamente Varde quien la adquiriese. Sin embargo, hay que recordar que WiZink es una de las divisiones más rentables del Popular, con una cartera de crédito de unos 3.000 millones de euros.

 

PRODUCTOS

La estrategia de la entidad presidida por Ana Patricia Botín pasa por unificar productos. Aquellos clientes que tengan contratado un producto de largo plazo con Popular, como una hipoteca, simplemente seguirán pagando su deuda al Santander. Pero la operación ya ha conllevado la desaparición de algunos productos, como el Préstamo General, que ha sido sustituido por el Préstamo Sin Comisión, o la Hipoteca Premium, por la que ahora comercializan la Hipoteca Cereza, con mejores condiciones.

Para depósitos a plazo fijo, la previsión es que mantengan las condiciones hasta vencimiento. Y después, Santander podrá variarlas para su renovación. En las cuentas, se cambiarán algunos aspectos como el IBAN, y no se esperan cambios de condiciones a peor. Si así fuera, el banco tendría que permitir al cliente cancelar su contrato sin penalización.

CAMBIO DE MARCA

Solo hay que dar un paseo por la calle para comprobar cómo las sucursales del Popular mantienen sus ubicaciones y su cartelera. Pero cuando Ana Patricia Botín anunció la compra del Popular por el valor simbólico de un euro aseguró que la tendencia será a la unificación de la marca. A la espera de conocer los planes de cierres de oficinas y despidos, que seguramente comenzarán por Servicios Centrales, aún no se ha detallado si esa unificación también tocará a Pastor, la marca con la que el Popular opera en Galicia y que durante los meses previos a la resolución de la entidad resistió la retirada de depósitos que sufrió su matriz. El propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, traslado a Botín la petición de que el banco mantuviese la marca Pastor, así como los puestos de trabajo. Pero todo apunta a que la entidad prescindirá de la marca Pastor según vaya avanzando la integración de las entidades.

 

ACTIVOS TÓXICOS

El elevado peso del ladrillo en el balance del Popular era una de las grandes preocupaciones para Santander en el proceso de integración de ambas entidades. Sin embargo, el banco presidido por Ana Patricia Botín ya ha dado un paso de gigante tras la venta del 51% de la cartera de inmuebles y créditos del Popular al fondo estadounidense Blackstone. La entidad estima que la operación, que se cerrará en el primer trimestre de 2018, tendrá un impacto positivo de 12 puntos en el ratio CET 1.