Según la fuente, la autoridad petrolera en el puerto occidental de Zawiya, desde el que se exporta el crudo libio, "se vio obligada a interrumpir la actividad por razones de fuerza mayor" después de que se detectara un bloqueo en la tubería.

La fuente no detalló, sin embargo, que provocó la obstrucción, ni a qué altura se produjo.

No es la primera vez que el yacimiento de Sharara, que produce en torno a 280.000 barriles de crudo diarios y es explotado por las multinacionales Repsol, Total, OMV y Statoil, ve interrumpida su producción desde que reanudara su actividad el pasado mes de diciembre, tras más de dos años parado.

El 26 de marzo un grupo de trabajadores que exigían el pago de salarios y tribus que pedían una mejora de la condiciones de vida en el sur del país lograron asaltar la instalación principal e bloquear la actividad durante 10 días.

Miembros de una de estas tribus cortaron también entonces el suministro de la estación diez de bombeo del gasoducto que parte de Wafa en dirección a la localidad occidental de Ruwais a la altura de la zona de Al Jawabiya.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

Seis años después, dos gobiernos se disputan el poder, uno en el oeste sostenido por la ONU y otro en el este bajo liderazgo del mariscal Jalifa Hafter, un exmiembro de la cúpula militar que aupó a Gadafi y que años después, reclutado por la CIA, se convirtió en su principal opositor desde el exilio en EEUU.

La situación ha favorecido el desarrollo de mafias dedicadas tanto al contrabando de petróleo como de armas, drogas e incluso de personas.

También de grupos yihadistas y salafistas vinculados tanto al grupo takfirí Estado Islámico como a la Organización de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y los tunecinos de Ansar al Sharia, que se extienden por todo el país.

Esta situación afecta igualmente a la industria petrolera: Libia produce en la actualidad unos 700.000 barriles diarios de petróleo, cantidad muy alejada de los 1,6 que generaba durante la dictadura de Al Gadafi.