En un comunicado remitido hoy, Fitch cree que pese a que "los niveles de capital de los bancos españoles son generalmente satisfactorios", el colchón mínimo establecido por los supervisores europeos "permanece moderado" en una media de 164 puntos básicos.

Por ello, la agencia espera que los bancos sigan reforzando su capital, en particular a la luz de los requisitos mínimos para pasivos que puedan absorber pérdidas en caso de que se inicie un proceso de resolución, el denominado requerimiento mínimo de fondos propios y pasivos admisibles (MREL).

Pese a que aún no se conocen las cantidades exactas de estos pasivos que deben tener las entidades, si se toma como referencia la propuesta de la EBA del pasado diciembre Fitch calcula que los diez bancos más grandes, excepto BBBVA y Santander tendrán que emitir los citados 43.000 millones.

Las nuevas exigencias de capital tendrán más impacto en los bancos regionales, que tradicionalmente han financiado sus actividades principalmente con depósitos de cliente y bonos cubiertos por hipotecas, unos títulos que poco a poco serán sustituidos por la deuda senior no preferente.

La deuda senior no preferente o "non preferred" es una nueva categoría, aprobada por el Gobierno el pasado 23 de junio, dentro de la deuda que pueden emitir las entidades financieras para cumplir con los requerimientos mínimos de fondos propios que deben tener, con objeto de evitar el uso de fondos públicos en caso de resolución o concurso.