La aerolínea British Airways se parte en dos. El objetivo es especializar a cada una en su segmento: una competirá contra los precios de las 'low cost' y otra estará más enfocada en las clases 'premium', ha revelado el director ejecutivo de la británica, el español Álex Cruz.

En una entrevista con el diario Sunday Times, Cruz ha abordado los recientes problemas de la aerolínea. Desde las huelgas de su tripulación de cabina hasta el fallo informático que sufrió a finales de mayo que causó un gran caos en los aeropuertos londinenses, y que costará a su matriz IAG alrededor de 91 millones de euros. 

"Nos estamos quedando atrás", señaló Cruz, quien esbozó un plan para dividir a la aerolínea en dos, una de bajo coste y una de lujo, con lo que pretende competir contra las aerolíneas como easyJet, Ryanair o Norwegian, las cuales ha hecho que el mercado de clase económica sea "un producto básico", señaló Cruz.

La parte de la aerolínea británica enfocada al bajo coste ofrecería viajes a Alicante por unas 21 libras (23,5 euros) y viajes a Nueva York por 379 libras esterlinas (424 euros), ha aventurado Cruz, quien opina que serían precios los suficientemente baratos pata competir contra las 'low cost'.

447 MILLONES DE INVERSIÓN EN EL MERCADO PREMIUM

Para el director ejecutivo de BA, el mercado 'premium' de las aerolíneas se está volviendo cada vez de mayor nivel, gracias al aumento de las aerolíneas del Golfo -Emiratos, Etihad y Qatar- y la fuerte inversión de las compañías estadounidenses en los negocios de primera clase.

Como resultado, las cabinas de primera clase en muchos aviones nuevos de BA se están configurando para tener sólo ocho asientos para hacerlos más exclusivos y se están introduciendo nuevos asientos de clase ejecutiva, lo que podría significar el final de la actual configuración "back-to-front", que muchos pasajeros y tripulación consideran estrecha e incómoda.

Por otro lado, BA pretende mejorar los servicios de comida y bebida y sistemas de entretenimiento en la cabina 'premium', lo que sumado a los anteriores cambios estructurales en los aviones supondría una inversión de 400 millones de libras (447,4 millones de euros), según Cruz

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