La entidad recordó que el pasado mes de abril el propio presidente ejecutivo reconoció que necesitaba una ampliación de capital o una operación de concentración para encauzar un balance muy afectado por el peso de los activos inmobiliarios.

"(La estrategia del banco comunicada) se mantiene invariada, y el Banco trabaja en su desarrollo, el cual incluye la potencial realización de una ampliación de capital o una operación corporativa", dijo en un hecho relevante a la CNMV.

El Confidencial había dicho que JP Morgan y Lazard tenían el encargo de vender urgentemente la entidad y habló de que su máximo ejecutivo había conversado con otras entidades nacionales sobre una necesidad "inminente" de fondos, extremo también negado en el comunicado.

El banco, que dice no haber desistido de los procesos de desinversión de activos no estratégicos en curso, sí dijo que cuenta con diversos asesores especializados para desarrollar su estrategia de futuro.

El sexto banco español por activos se ha descapitalizado en bolsa más de un 57 por ciento en el último año (el peor del sector en Europa en base al índice y se ha visto sometido a una enorme volatilidad y al efecto de cuantiosas posiciones cortas mientras busca alternativas para reforzar su capital y deshacerse del lastre del ladrillo tras cambiar a su cúpula directiva.

La entidad se ha visto forzada a ampliar capital en tres ocasiones desde 2012 hasta un total de 5.400 millones de euros a pesar de lo cual sigue sin resolver los efectos de la mayor exposición de la banca nacional a los dañados activos inmobiliarios.

Con una valoración bursátil a precios actuales de unos 3.200 millones de euros, en el mercado se considera a los dos grandes, BBVA y Santander, como posibles pujadores en una eventual oferta aunque ambas entidades han manifestado prudencia.