"Nos hemos quedado preocupadísimos", afirma Faria de Oliveira en una entrevista publicada hoy por el periódico luso Diário de Notícias, donde apunta que los problemas del Novo Banco se remontan a su creación en agosto de 2014 con los activos saneados del quebrado BES.

Novo Banco fue recapitalizado entonces con 4.900 millones de euros, una cantidad que, subraya el presidente de la APB, "ya superaba lo que en términos europeos se define como límite máximo de exposición que debe haber en relación a la resolución de un banco".

Tras la venta de la entidad a Lone Star, anunciada el pasado 31 de marzo y que aún no ha concluido, la banca lusa "está sujeta a una exposición adicional", dice, ya que el Fondo de Resolución nacional aportará capital al banco si en un futuro no se alcanzaran los ratios de capital que exigen las autoridades.

"Es una garantía para todos los efectos", sostiene Faria de Oliveira, que indica, sin embargo, que la venta al fondo estadounidense es "un mal menor" teniendo en cuenta que otras opciones, como la liquidación, habría sido más costosa.

Tampoco habría tenido un buen impacto, especialmente en términos de imagen internacional, la nacionalización, reconoce el presidente de la APB, que concluye que el mal de menor de vender a Lone Star es, al mismo tiempo, "un gran peso para el sistema bancario" portugués.

Según el pacto alcanzado, Lone Star quedará con el 75 % de la entidad, a la que se compromete a inyectar 750 millones de euros cuando concluya la venta y otros 250 millones en un plazo de 3 años, mientras que el Estado mantiene el 25 % restante a través del Fondo de Resolución, el dueño actual. EFECOM

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