El coste más alto del rescate estatal se debe al hecho de que el Banco Central Europeo ha revisado el déficit de capital del banco en 8.800 millones de euros desde una estimación previa de 5.000 millones.

El banco pidió la ayuda estatal -en forma de recapitalización preventiva- la semana pasada después de que su plan de captar 5.000 millones de euros de inversores privados fracasara.

Una inyección de capital de 6.500 millones de euros daría al Gobierno italiano una participación de en torno al 70 por ciento en la entidad.

Los 2,3 millones de euros restantes debería llegar de la conversión en acciones de bonos subordinados en manos de inversores institucionales, como requiere el nuevo reglamento europeo para lidiar con crisis bancarias.

Una recapitalización preventiva es un tipo de intervención estatal en un banco con dificultades que aún es solvente. Supone solo un rescate modesto de inversores aunque el Gobierno puede comprar acciones o bonos solo en los términos del mercado respaldados por los responsables de ayuda estatal de la UE en Bruselas.

Bajo el plan propuesto por Italia, el Gobierno compensará a los cerca de 40.000 inversores minoristas que poseen unos 2.000 millones de euros en deuda junior del banco, que convertirá sus títulos en acciones.

Los inversores minoristas podrán cambiar estas acciones por bonos senior y el Estado recomprará las acciones del banco. El plan necesita la aprobación de la UE, que podría tardar en llegar entre dos y tres meses.

El BCE, que está a punto de acabar una inspección de la cartera de préstamos del banco, mantuvo una posición más dura sobre su déficit de capital al estar "en el lado seguro y ayudar a restaurar la confianza en el banco", dijeron las fuentes.

El banco toscano, el más antiguo del mundo, usará un tercio de los 20.000 millones aprobados por el Gobierno italiano para ayudar a las entidades con problemas.

Las acciones y títulos del banco han sido suspendidos de cotización hasta que los detalles del plan de rescate, como el precio al que el Gobierno comprará las acciones del banco, se aclaren.

Otras entidades esperan beneficiarse del apoyo del Gobierno, incluidos dos bancos regionales - Popolare di Vicenza y Veneto Banca - y la entidad Carige, con sede en Génova.