Es un fondo denominado 'activista', es decir, que busca participar activamente en la gestión y decisiones de la empresa, está en posición de lograr un asiento en el consejo de administración de Morgan Stanley, uno de los bancos más importantes de Wall Street. Value Act, un 'hedge fund' estadounidense con 16.000 millones de dólares bajo gestión, ha puesto en su punto de mira al histórico banco de inversión Morgan Stanley, donde promete impulsar importantes cambios en su gestión y modelo de negocio.

El fondo que codirigen Jeffrey Ubbenn y Mason Morfit ha invertido 1.100 millones de dólares, el 10% de toda su cartera, en hacerse con un paquete de acciones del banco que ronda el 2% del capital. Desde esa posición han comenzado a alzar la voz pese a que no son ni de lejos los principales accionistas. Ese lugar corresponde al japonés Mitshubishi UFJ Financial, que en 2008 acudió al rescate de la entidad con una inversión de 9.000 millones para evitar que siguiese los pasos de Lehman Brothers y Merrill Lynch al abismo.

Morgan, dirigido por James Gorman, cae en bolsa más del 20% en lo que va de año afronta dificultades, como el resto de la banca, para navegar por el escenario de tipos negativos que asola buena parte de los mercados financieros desarrollados, amén de otros problemas. “Creemos que hay una desproporción entre la cantidad de tiempo y energía gastado en sobreanalizar la división de 'trading' [intermediación en bolsa] y préstamos de Morgan Stanley y preocupándose por la supervisión de la Fed. Parece como si el bosque no dejase ver los árboles”, señaló Ubben a los partícipes de su fondo en su última carta mensual.

El precedente de Microsoft

La aparición de Value Act en una gran compañía de Wall Street se produce tras los sucesivos casos de éxito en su labor de 'lobby' para defender al accionista. El más conocido es el de Microsoft en 2014 cuando su ‘activismo’ detonó la salida de Steve Ballmer al frente de la compañía que había dirigido durante más de una década.

Durante meses, Ubben fue haciendo públicas sus críticas hacia la gestión de la compañía, si bien no se pusieron en valor hasta que Ballmer dijo que se iba. Otros fondos fueron sumándose a la crítica y crearon un clima generalizado de descontento con la marcha de la empresa.

Entonces, Value Act propuso trocear la empresa y venderla por partes. También señaló el camino a seguir: 'Microsoft debe centrarse en ser el líder mundial de 'la nube'' y en servicios como Azure’. Consiguió un cambio en el equipo gestor y en la estrategia de la empresa ya bajo el mando de Satya Nadella, aunque no logró descuartizar el grupo.

Ahora, el 'hedge fund' que lideran Jeffrey Ubben, Mason Morfit y George Hammel ha construido una participación en Microsoft próxima al 1%, que le coloca como uno de los 15 principales accionistas del grupo. Al más puro estilo Daniel Loeb (Third Point) en Yahoo o Sony, este fondo promete cobrar un protagonismo inusitado en el futuro de Wall Street.

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