Tres juicios pendientes y otras tantas denuncias. El terremoto de la economía colaborativa ha tenido una primera parada: los tribunales. Los casos de BlaBlaCar, Uber y Cabify son paradigmáticos de la reacción de los sectores ‘tradicionales’. En pleno huracán, el director general de la Asociación de Economía Digital (Adigital), José Luis Zimmermann, se muestra contundente: “Aquí no hay ningún negocio ilegal; son plataformas y modelos de negocio que están entrando a competir en entornos muy regulados”.

Con la regulación como tarea pendiente de las distintas administraciones, el directivo advierte en una entrevista a EL ESPAÑOL del “gran error” que representaría construir unas ‘reglas del juego’ “mirando a la amenaza con forma de gigante americano, como se ha hecho en otras ocasiones con Google, Amazon y demás”.

Dos errores al regular

Si algo ha quedado claro en este particular terremoto es que resulta imprescindible revisar esos reglamentos. Tanto los que hoy defienden su lugar en el mercado como los que quieren encontrar el suyo lo respaldan. La forma en la que abordarlo es la clave. Y Zimmermann señala dos errores que se deben evitar.

La división de esa regulación en pequeños reinos de taifas es el primero al que apunta. “Al estar transferidas las competencias de transporte o turismo, se está llegando a un sinsentido en el que la Comunidad de Madrid regule de manera diferente a Andalucía o Cataluña”, resalta. La inseguridad jurídica que implica para las empresas no es, según él, un buen caldo de cultivo.

Al estar transferidas las competencias de transporte o turismo, se está llegando a un sinsentido en el que la Comunidad de Madrid regule de manera diferente a Andalucía o Cataluña

El otro de los errores es poner negro sobre blanco en una nueva normativa abordando estos nuevos modelos “como una amenaza en forma de americano que viene desde fuera”. “Estas empresas no se van a hacer más pequeñas porque se prohíban… Y los mensajes que lanzamos afuera tratando de cortarle los pies no son los más positivos”, afirma.

En estas nuevas reglas del juego, las instituciones europeas jugarán un papel fundamental, pues se trata de empresas globales que prestan su servicio en múltiples mercados simultáneamente. En este sentido, el director general de Adigital, colectivo que ha elaborado un código de buena conducta para este nuevo ‘sector’, recuerda que la Comisión Europea será la encargada de ordenarlo en el Viejo Continente.

“Los países deberán apoyar lo que diga la Comisión, porque muchas veces nos encontramos con responsables de comunidades autónomas que no saben qué decisión tomar sobre una empresa”, apunta Zimmermann. No será hasta verano cuando Bruselas publique unas particulares guías sobre cómo legislar este tipo de modelos. Se haría coincidir con la comunicación del organismo sobre el papel de las plataformas online en el mercado único digital.

Cabify se rearma para competir con Uber

La convivencia con los ‘nuevos’

Más allá de los posibles errores para abordar la regulación, lo que resulta imprescindible es lograr un entorno en el que puedan convivir los nuevos actores con los ‘tradicionales’. Y eso no es tarea sencilla. El del taxi es uno de los casos más paradigmáticos de la fricción entre ambos mundos. El peso del coste de una licencia (se llegan a pagar más de 200.000 euros en el mercado secundario para adquirirla) y de los permisos son una losa que no dificulta esa convivencia con otros actores que no la tienen.

“El error es la licencia y que se pueda traspasar y claro que entiendo que el taxi no es un sector con muchísimos recursos y ahora estas amenazas entran en el mercado y van a hacer bajar ese precio y ese coste de la licencia que, en muchas ocasiones, les ha supuesto su hipoteca o su jubilación”, reconoce Zimmermann. Para él, el taxi debería concentrarse en ofrecer un mejor servicio “y olvidarse de defender a capa y espada el ‘statu quo’”.

La ‘Uberización’ del mercado laboral

Superada la regulación y la convivencia entre ambos mundos, cabe preguntarse por el otro gran asunto en esta particular ‘revolución’: el mercado laboral del futuro. La potenciación de estos modelos en sectores como el turismo, el transporte y otros tantos elevarán el peso de la figura del trabajador autónomo.

¿No hay riesgo de una precarización excesiva? Los expertos ya señalan a la ‘uberización’ de la economía y del mercado laboral como un serio riesgo. Para Adigital, es una realidad que esta economía colaborativa señala a un mayor peso de la figura del trabajador no asalariado. “Lo que ocurre es que esa figura está tremendamente castigada en España, con pocos incentivos”, reconoce Zimmermann.

Para él, con las condiciones con las que vivimos hoy “el entorno de trabajo para un no asalariado sería de precarización”. “Pero es que estas condiciones deben cambiar y si no se hace sí que podemos ir hacia esa precarización”, apostilla. Una mayor flexibilidad en la figura del autónomo, vinculando el pago de la Seguridad Social a ingresos o estableciendo límites para tener obligación de ‘girar’ IVA, es lo que reclaman.

Sea como sea, los retos que imponen estos nuevos modelos son muchos. Sólo queda ver la respuesta que dan ante ellos los nuevos (y ‘viejos’) actores y los reguladores.

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