Bruselas

La Unión Europea se convierte en la primera gran potencia mundial en dotarse de una estrategia de seguridad económica. El objetivo de esta iniciativa, presentada este martes por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, consiste en reducir los riesgos derivados de la excesiva dependencia comunitaria en energía, materias primas o tecnologías punteras de regímenes poco amigos, aunque sin llegar a un desacoplamiento total. Aunque el documento no cita a ningún país en concreto, la estrategia está pensada para frenar a Rusia y sobre todo a China.

Más allá de su valor político de reafirmación de la soberanía estratégica de la UE, la principal iniciativa concreta incluida en esta estrategia de seguridad económica será la creación de una nueva herramienta defensiva para controlar las inversiones europeas en el exterior en algunos sectores críticos: microelectrónica, computación cuántica, robótica, inteligencia artificial o biotecnología. Tras un periodo de consultas con las capitales, Bruselas anuncia que presentará una propuesta legislativa en este sentido a finales de año.

"Debemos asegurarnos de que el capital, la investigación, la experiencia y el conocimiento de nuestras empresas no se utilicen para impulsar los avances tecnológicos en países que puedan utilizarlos para socavar la paz y la seguridad", ha explicado el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis. 

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"Los candidatos obvios a la hora de usar este filtro geopolítico son obviamente China y Rusia", admite la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario y responsable de Competencia, la liberal danesa Margrethe Vestager. "En la feroz competencia actual por las tecnologías que más necesitamos, Europa debe tener un papel activo para moldear el curso de los acontecimientos", ha insistido Vestager.

"Para lograr esto, no podemos permitirnos el lujo de estar fragmentados. Hemos visto varias veces recientemente cómo terceros países intentan elegir a la carta entre los Estados miembros por separado, mientras que otros usan la táctica del divide y vencerás. Cuando no actuamos juntos, somos un terreno de juego; cuando actuamos juntos, somos un jugador. Europa necesita una estrategia común para fortalecerse, para lograr la fuerza necesaria para ser un actor global", sostiene Vestager.

Por su parte, Von der Leyen ha insistido en que la gran mayoría del comercio y las relaciones económicas entre la UE y China no se verán afectadas por este nuevo instrumento de control de las inversiones. "Nos centramos en un conjunto pequeño de tecnologías punteras y queremos garantizar que no sirvan para reforzar las capacidades militares de algunos países que nos preocupan, esa es básicamente nuestra filosofía", ha dicho la presidenta.

La vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager, durante la presentación este martes de la estrategia europea de seguridad económica Comisión Europea

Von der Leyen ha destacado que la UE depende en un 97% de China en el suministro de litio, fundamental para las baterías del coche eléctrico. "Es razonable diversificar nuestras cadenas de suministro más allá de una ruta única con China, incluyendo también a Argentina y Chile", defiende la presidenta.

Según establece la nueva estrategia de seguridad económica, los Estados miembros (en cooperación con la Comisión y el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell) deberán realizar de forma regular análisis de riesgos. Lo tendrán que hacer utilizando una metodología común en cuatro áreas prioritarias: riesgos para la resiliencia de las cadenas de suministro, incluyendo la seguridad energética; riesgos para las infraestructuras críticas; riesgos para la fuga de tecnologías; y riesgos de chantaje económico.

La estrategia también establece cómo mitigar los riesgos identificados a través de un enfoque basado en tres pilares. En primer lugar, mejorando la competitividad de la propia UE mediante el refuerzo del mercado interior y de su base industrial. En segundo lugar, protegiendo la seguridad económica de la UE con instrumentos ya existentes y otros nuevos, en particular el control de las inversiones europeas en el extranjero. Finalmente, Bruselas apuesta por buscar nuevos socios fiables para diversificar las fuentes de suministro.