La crisis del coronavirus ha costado al sector turístico de España en torno a 30.000 millones de euros por las pérdidas de ingresos de los más de 18 millones de turistas extranjeros que dejaron de venir y por los menores gastos de los nacionales en sus viajes dada la prohibición de los desplazamientos.



Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan un descenso en los ingresos de los extranjeros que hacen turismo en España de 18.977 millones de euros en los cinco primeros meses del año y las proyecciones apuntan a una caída del gasto de los nacionales de algo más de 10.000 millones de euros.



Los ceros han sido una constante en las estadísticas turísticas desde el inicio del confinamiento, por el cierre de fronteras, la prohibición de movimientos nacionales y la clausura de establecimientos hoteleros.



En mayo ya se registró un leve movimiento por la progresiva apertura de la economía, y en junio ya no se verán ceros en las cifras de turismo por los avances en las fases de la desescalada y porque a partir del 21 de ese mes España abrió las fronteras con los países del espacio Schengen, excepto con Portugal, con el que se reabrieron el pasado 1 de julio.



Por añadir un dato para un cierto optimismo, las compañías aéreas prevén que los meses de junio-agosto dispongan de un 38% menos de asientos en vuelos internacionales, pero la caída se atenúa con fuerza desde el -93,7% de junio al -5,3 % que esperan para agosto.

El gasto extranjero se reduce

El gasto de los extranjeros en España ha pasado de los 30.884 millones computados entre enero y mayo de 2019 a 11.707 millones al cierre de marzo de este año, cifra que no se ha movido desde entonces dado el cierre de las fronteras, que hizo que los 30 millones de foráneos registrados en esos meses del año pasado hayan quedado en poco más de 10 millones.



Los gastos de los nacionales también se han reducido considerablemente. Aunque por el momento sólo está disponible la encuesta correspondiente al primer trimestre del año, ya se observa una caída de los viajes y del gasto, de 1.875 millones de euros respecto al mismo trimestre del año anterior.



El descenso fue especialmente acusado en la segunda quincena de marzo, en la que el número de viajes cayó el 95,6% y el gasto, un 92,1%: desde 1.747 millones de euros contabilizados en esos quince días de marzo de 2019 se ha pasado a tan sólo 138 millones en ese periodo de este año.

Más de 10.000 millones de gasto nacional perdidos

Los datos de turismo nacional del segundo trimestre no se conocerán hasta el 28 de septiembre, pero una proyección de las cifras de abril-junio de 2019 permite avanzar que caerán la mayor parte de los 11.430 millones de gasto turístico contabilizados entonces.



Las pérdidas serán totales en abril, dada la prohibición de los desplazamientos. En ese mes del año pasado el gasto sumó 4.000 millones de euros, coincidiendo con la celebración de la Semana Santa, que en esta ocasión ha pasado sin un sólo euro de gasto.



Serán también cuantiosas en mayo (3.435 millones en 2019) porque, aunque comenzó a levantarse la prohibición de movimientos a partir del día 11 de ese mes, los viajes han sido residuales.



Los datos de junio podrían ser algo mejores, porque ya se abrieron los viajes entre comunidades, pero en ningún caso se llegará a los casi 4.000 millones de gasto que se alcanzaron en ese mes del año pasado.

Más de 70 millones de noches perdidas en los hoteles

Las cifras de ocupación hotelera son también muy elocuentes: si en enero-mayo de 2019 se anotaron más de 113 millones de pernoctaciones, en esos meses de este año bajaron a 42,3 millones, un 62,4 % menos.



Este año había empezado con datos algo más débiles que en 2019 tanto en enero como en febrero, pero la pandemia ha dejado las cifras acumuladas desde marzo estabilizadas en torno a los 42 millones de pernoctaciones.



En mayo hubo 259.000 hospedajes en hoteles, que es una cifra insignificante si se relaciona con los 31,9 millones de ese mes del año anterior, pero es algo mejor que el cero de abril. Los números empiezan a remontar porque desde el día 11 de ese mes los alojamientos turísticos pudieron abrir con ciertas restricciones.

Más de 350.00 empleos en el aire

El impacto en el empleo es también sustancial: de los 249.885 trabajadores en hoteles computados en mayo de 2019 ha pasado a 5.526 al cierre de ese mes de este año y a ello hay que sumar la caída de la ocupación en los establecimientos extrahoteleros (apartamentos, campings, casas rurales y albergues), donde bajó de 67.126 a 7.320 personas, según el INE.



Las cifras de afiliación a la Seguridad Social reflejan un retroceso aún mayor. En mayo de 2020 los afiliados vinculados a actividades turísticas bajaron en 355.110, descenso que se extendió a todas las ramas turísticas pero fue especialmente intenso en hostelería, con 284.000 empleados menos.



El efecto se deja sentir también en la balanza de pagos, en la que el superávit en la balanza turística del primer trimestre (últimos datos del Banco de España disponibles) se sitúa en 4.803 millones de euros, muy por debajo de los 7.152 millones del primer trimestre del año pasado.



Ese menor saldo positivo se debe, sobre todo, a los menores ingresos por turismo (8.933 millones frente a 11.686 millones en enero-marzo de 2019), porque lo pagos no se movieron tanto (4.130 millones este año y 4.534 el pasado).

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