El Banco de España se ha sumado a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) y Fedea en sus dudas sobre el impacto de la reforma de pensiones del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La cartera de José Luis Escrivá pronosticaba un 1,1% para 2050, mientras que estos organismos estiman un 0,6% del PIB en 2030 y en el 0,9% en 2050. 

Estas son las conclusiones del análisis del Banco de España sobre "la incidencia del incremento de las cotizaciones sociales aprobado en 2023", entre las que incluye el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), un incremento finalista del tipo de cotización, que estará vigente entre los años 2023 y 2050; el aumento de la base máxima de cotización por encima del incremento de los precios entre 2024 y 2050; y la cotización adicional sobre los salarios por encima de la base de cotización máxima, en vigor a partir de 2025. 

"Existe una gran incertidumbre sobre el efecto preciso de los cambios normativos analizados", concluye el informe, elaborado por Brindusa Anghel, Sergio Puente y Roberto Ramos, economistas del departamento de Análisis Estructural y Estudios Microeconómicos del Banco de España. Anghel, Puente y Ramos adelantan que en el futuro habrá que reevaluar el impacto de estas medidas, debido a los cambios en el mercado de trabajo y a la reacción de los agentes. 

Heterogeneidad

El análisis tiene en cuenta la heterogeneidad de las empresas y los trabajadores a la hora de aplicar el tope legal establecido en la base de cotización. La Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) de 2021 refleja que 1,3 millones de personas, el equivalente al 6,8% del total de afiliados, tuvo una base de cotización en el máximo legal.

Esta es más frecuente en hombres, 8,2%, que en mujeres, 5,1%, y también en trabajadores de entre 44 y 63 años. Por nivel educativo, el porcentaje de trabajadores cuya base de cotización está topada llegaría al 19,3% entre aquellos con una titulación superior. También son más habituales en las grandes empresas.

En el análisis por sectores, las bases máximas más elevadas aparecen en las industrias de servicios financieros, actividades de consultoría de gestión empresarial, actividades relacionadas con servicios informáticos y actividades sanitarias. 

Desde la perspectiva de las empresas, el Panel de datos de Empresas-Trabajadores (PET) de 2020 revela que, en la mayoría de las empresas, sobre todo en las pequeñas, los afiliados vinculados a la base máxima de cotización representan una proporción pequeña del total de los trabajadores. 

Sin embargo, también existe un grupo reducido de compañías en las que los cotizantes por la base máxima suponen una proporción considerable de la plantilla. En estos casos, el peso de las bases de cotización de este colectivo sobre el total de las bases de cotización de la empresa es más elevado. 

La conclusión del estudio del Banco de España es que algunas empresas de gran tamaño tendrían que afrontar mayores incrementos en sus costes laborales como consecuencia del aumento de la base de cotización máxima y del recargo establecido sobre la parte salarial por encima de ella

Aumento tipos efectivos

En otra de sus simulaciones, los economistas del Banco de España analizan la distribución del incremento de las cotizaciones sociales como consecuencia del MEI, el crecimiento real de la base de cotización máxima y el recargo sobre las retribuciones por encima de ella.

El efecto de estas medidas será creciente a lo largo de los años, porque entrarán en vigor de forma gradual, y también tendrán un impacto asimétrico en la distribución de ingresos. 

Los salarios por debajo de la base de cotización máxima solo estarán afectados por el MEI, mientras que los ingresos más elevados tendrán el impacto de las tres medidas aprobadas. 

El simulacro del Banco de España muestra que el aumento del tipo efectivo de las cotizaciones sociales variará entre 0,8 puntos porcentuales y 1,6 puntos porcentuales en 2025. En 2050, el impacto será de 1,2 puntos porcentuales y de 11,3 puntos porcentuales. Los aumentos más elevados se concentrarían en la parte alta de la distribución de la renta. 

Así, un salario bruto de 60.000 euros aumentaría sus cuotas sociales en una proporción mayor bajo el esquema de cotizaciones establecido en 2025. Por su parte, las remuneraciones en torno a 80.000 euros incrementarían en mayor medida sus cuotas con el diseño de 2050. 

En los casos en que el salario permanezca por debajo de la base de cotización máxima, el tipo efectivo se terminaría estabilizando en un valor constante.

El Banco de España también precisa en su estudio que el aumento de las cotizaciones sociales podría incrementar 'ex ante' los recursos de la Seguridad Social en un 0,9% del PIB en 2050. Sin embargo, no descarta que sea menor si los mayores costes labores afectan negativamente a la competitividad, los salarios o el empleo.