Valencia

El paro es un drama para millones de españoles que quieren trabajar y no encuentran un empleo. Pero también hay desempleados que rechazan oportunidades laborales que les permitirían abandonar las listas. Prueba de ello son las actas de unos cursos organizados por la fundación municipal Valencia Activa, al que han renunciado el 42,7% de los seleccionados.

Se trata de talleres teórico-prácticos de un año de duración remunerados con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) rechazados por 76 de los 178 desempleados que fueron seleccionados inicialmente por el Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Labora), según la documentación sobre dichos cursos consultada por Invertia.

“Los Talleres de Empleo tendrán una duración de doce meses equivalentes a 1.920 horas de formación en alternancia con el trabajo. Al alumnado se le contrata por la entidad municipal mediante un contrato para la formación por importe del Salario Mínimo Interprofesional vigente en cada momento”, precisa la fundación Valencia Activa sobre los cuatro talleres -de cocina, bar, actividades culturales y tiempo libre, respectivamente-.

Las plazas disponibles eran un total de 40, diez para cada uno de ellos. Y para completarlas Labora seleccionó de sus listas a “personas desempleadas mayores de 25 años”. En concreto, a los mencionados 178. Preguntadas al respecto, fuentes del organismo autonómico explican que las escogieron “mediante la realización de un sondeo, identificando perfiles de desempleados que se ajustaran a los cursos ofertados”.

Las 76 renuncias

Las exhaustivas actas de Labora al concluir los cuatro procesos de selección permiten conocer al detalle lo que ocurrió en cada uno de ellos.

En el caso del taller de cocina hubo 10 seleccionados para las plazas, 19 suplentes y la renuncia de una desempleada que figura entre los suplentes de otro de los cursos -el de actividades culturales-. Por contra, un total de 18 desempleados renunciaron a la oferta, no presentaron la documentación para optar a la misma o fue imposible contactar con ellos. En este caso, el 37,5% de los parados rechazaron el curso formativo pagado.

Por lo que respecta al taller de empleo de ‘bar’, además de los 10 seleccionados, figuran 15 suplentes. Pero otros 25 renunciaron o no presentaron la documentación necesaria para ser seleccionados. El 50% del total renunció a este taller remunerado.

En la misma línea, el taller de empleo de actividades culturales contó con 10 seleccionados, 13 reservas y un descarte por no tener la titulación requerida. Pero 16 de los seleccionados (el 40%) renunciaron, no presentaron la documentación, no se presentaron a la entrevista o fue imposible contactar con ellos.

Por último, el acta del taller de empleo de actividades de tiempo libre refleja 10 seleccionados, 7 suplentes, 5 descartes por no contar con la titulación necesaria y la renuncia de un desempleado que consta en la reserva de otro de los cursos -el de cocina-. Pero los 17 restantes renunciaron, no presentaron la titulación, no acudieron a la entrevista o no fue posible localizarlos. Se trata del 42,5% en el caso de este curso.

Las razones

La suma de todos los cursos ofrece el total de 76 renuncias no justificadas (el 42,7%) sobre el total de 178 empleados con los que contactó Labora para ofrecerles un año de taller remunerado con el Salario Mínimo Interprofesional.

¿Y por qué ocurre esto? ¿Qué lleva a estas personas alistadas en busca de un empleo a rechazar un año de formación remunerada? El Servicio Valenciano de Empleo y Formación argumenta que “son múltiples las circunstancias que pueden provocar que estos desempleados no estén en disposición de trabajar”.

El organismo rehúye la crítica directa hacia los mismos. Insiste en que “los contextos y la situación concreta de cada uno puede ser muy variable”. Pero reconoce que “muchos de ellos están percibiendo una prestación por desempleo”. En dichos casos, en consecuencia, se trata de parados que renuncian a un año de formación práctica remunerada y escogen seguir cobrando sin ejercer.