La actividad del sector privado de la zona euro cayó en septiembre a mínimos desde enero de 2021, según el índice compuesto de gerentes de compra (PMI), que se situó en 48,1 puntos desde los 48,9 de agosto, lo que parece abocar a la región a la recesión.

Así, la actividad del sector servicios de la zona euro empeoró a mínimos de 19 meses, con una lectura del PMI de 48,8 puntos, frente a los 49,8 de agosto, mientras que en el sector manufacturero el dato cayó a 48,4 enteros desde los 49,6 del mes anterior, su peor lectura en 27 meses.

"Cualquier esperanza de que la zona euro evite una recesión se ha frustrado aún más debido a la creciente caída de la actividad empresarial señalada por el índice PMI", ha lamentado el economista jefe de S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson, señalando que la encuesta de septiembre no solo indica un empeoramiento de la desaceleración económica, sino que también señala un deterioro en el ámbito de la inflación.

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En el mes de septiembre, el crecimiento del empleo continuó ralentizándose ante la falta de nuevos pedidos recibidos y la caída sostenida del nivel de pedidos pendientes, mientras que, por primera vez desde marzo, las presiones de los costes se intensificaron, reflejando principalmente el fuerte aumento de los costes de la energía y un alza de los salarios.

El experto ha advertido de que los responsables de las políticas monetarias en la zona euro "se enfrentan a un riesgo cada vez mayor de un aterrizaje forzoso" en su intento de frenar el aumento de la inflación.

Asimismo, "la inflación vertiginosa, vinculada a la crisis energética y la guerra en Ucrania, está destruyendo la demanda al mismo tiempo que la confianza empresarial se desploma hasta niveles no observados desde la crisis de deuda de la eurozona en 2012, excluyendo los confinamientos por la pandemia", ha explicado Wlliamson.

"Por lo tanto, tanto las empresas como los hogares están recortando el gasto discrecional y la inversión en preparación para un invierno duro", ha añadido.

Sector privado español

La actividad del sector privado de España sufrió en septiembre su primera contracción desde el pasado mes de enero como consecuencia del impacto de la inflación y la incertidumbre, según refleja el índice.

En concreto, bajó a 48,4 puntos desde 50,5 en agosto, su peor lectura desde enero de 2022. Esta caída refleja la contracción tanto en el sector manufacturero, donde el PMI cayó en septiembre a 49 puntos desde los 49,9 del mes anterior, así como en el sector servicios, cuyo índice bajó de 50 puntos por primera vez desde enero, con una lectura de 48,5 enteros, frente a los 50,6 de agosto.

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La falta de nuevos pedidos recibidos fue el motivo principal de la contracción del sector privado español en septiembre, lo que se tradujo en una fuerte reducción de los trabajos atrasados en las empresas y en recortes leves de empleo, mientras que la confianza en el futuro se mantuvo históricamente moderada.

Asimismo, la inflación de costes siguió siendo el principal motivo de preocupación para las empresas en España, ya que los precios en septiembre aumentaron a la tasa más pronunciada en tres meses, debido al encarecimiento de las facturas de la energía y de los servicios públicos, mientras que la inflación de los precios cobrados también repuntó desde agosto.

Una mujer comprando en un mercado Europa Press

En el caso del sector servicios, la actividad se contrajo en septiembre por primera vez desde principios de año en medio de una caída de las ventas, lo que llevó a las empresas del sector a completar los pedidos pendientes de realización.

En parte como respuesta a esta disminución de los pedidos pendientes, se registraron pérdidas de puestos de trabajo en el sector, pero estas también se debieron a una menor confianza en el futuro.

"Septiembre fue un mes difícil para las empresas del sector servicios español", ha señalado Paul Smith, economista de S&P Global Market Intelligence, para quien la alta inflación continúa afectando la demanda del mercado y los presupuestos de los clientes, mientras que la incertidumbre sobre el futuro también está teniendo un impacto en las  ventas y la demanda.

Asimismo, el experto ha indicado que las empresas se muestran reacias a contratar más personal en un momento de incertidumbre y como las presiones de los costes son cada vez más elevadas, "la confianza sobre el crecimiento futuro sigue siendo, en el mejor de los casos, moderada".