El Índice de Precios al Consumo (IPC) suma y sigue en junio. El indicador de precios adelantado se anota una subida del 10,2% por el encarecimiento de las gasolinas y de los alimentos. Así lo ha anunciado el Instituto Nacional de Estadística (INE). Estamos hablando de un dato nunca visto desde 1985.

Una cifra en la que influyen varios factores. El primero, la subida de precios internacionales de productos energéticos como el gas, el crudo y las gasolinas. También contempla una ponderación de quince días de tope de gas, que no ha surtido el efecto esperado; como tampoco lo ha hecho la bonificación de las gasolinas. 

Con el dato de junio la inflación encadena dos meses consecutivos de ascensos en su tasa interanual después de que en abril se moderara. Sin embargo, en mayo volvió a subir hasta el 8,7% y en junio ha superado los temidos dos dígitos: 10,2%.

Si se analiza la evolución de la inflación subyacente, que no incluye los precios de alimentos no elaborados ni productos energéticos, escala al 5,5%, su nivel más elevado desde agosto de 1993. Esto demuestra que, poco a poco, la subida de precios se va trasladando a toda la cadena de productos.

En términos mensuales, el IPC registró en junio un repunte del 1,8% respecto a mayo, tasa un punto superior a la del mes anterior. Es la segunda tasa más elevada desde que empezó la espiral inflacionista a finales de 2021; tan sólo superada por el mes de marzo de este año. 

Por su parte, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en el 10%, lo que supone 1,5 puntos más que en mayo, mientras que el indicador adelantado del IPCA aumentó un 1,8% en tasa mensual.

Resulta llamativo ver cómo la hostelería es uno de los sectores donde el aumento de precios está impactando más. Esto muestra cómo la subida de precios se repercute, pero también que tienen una fuerte demanda tras la pandemia. De hecho, las estimaciones indican que va a ser un verano de récord en cuanto a demanda, lo que provoca una inflación de precios. 

Escenario inflacionista

Estos datos indican cómo la subida de precios se está convirtiendo en el principal problema del Gobierno. De hecho, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, reconoció que la economía se enfrenta a un escenario de inflación más alta y que se prolongará más en el tiempo.

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"Tenemos que trabajar con un nuevo escenario de inflación más alta durante más tiempo a nivel internacional", señaló.

Además, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado sábado las nuevas medidas que buscan luchar contra el alza de los precios. Entre dichas medidas destacan una ayuda directa de 200 euros para asalariados, autónomos y desempleados de bajos ingresos, descuento para el transporte público, reducción del IVA de la luz del 10% al 5% y el aumento del 15% en las pensiones no contributivas.

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Sánchez estima que con las nuevas medidas contra la inflación desbocada, podrá contenerse en 3,5 puntos el alza de los precios. "Si estas medidas no se pusieran en marcha, hablaríamos de inflaciones cercanas a los 14 o 15 puntos", aseveró.