Miguel Garrido de la Cierva (Madrid, 1960) es presidente de CEIM Confederación Empresarial de Madrid-CEOE y vicepresidente de la patronal española. Buen conocedor como empresario del sector de los viajes, Garrido ha sido la voz de las empresas madrileñas a lo largo de esta pandemia.

En el ámbito público, ha tenido una larga trayectoria. Fue viceconsejero de Empleo, Economía e Innovación Tecnológica y consejero de Medio Ambiente en la Comunidad de Madrid. También presidió el Canal de Isabel II. Además, es académico de número de la Real Academia de Gastronomía.

Llevamos ocho meses pendientes de la Covid-19. ¿Qué ha fallado en la gestión de esta crisis sanitaria y económica?

Hemos visto con desesperación cómo después del tremendo esfuerzo que hicieron los españoles en los meses de marzo a mayo, y que supuso una reducción importantísima de los índices de contagio, no se tomaron medidas para impedir este rebrote.

Hay muchas causas detrás. Desde el efecto psicológico de pensar que todo había pasado y nos podíamos ir tranquilos de vacaciones, a la falta de medidas para limitar las entradas a España y concretamente a Madrid. Todos los países de nuestro entorno han pedido PCR para las personas que venían de fuera. Aquí no ha habido ningún control. Ha habido deficiencia en los rastreadores... Hubo medidas que no se tomaron y han hecho que en septiembre comenzaran los rebrotes. Esto ha generado una situación desoladora desde el punto de vista económico, empresarial y social porque no estábamos preparados para una segunda ola.

Ahora da la impresión de que se reacciona de manera descoordinada y en muchos casos sin demasiado sentido. Nos preocupa mucho que la mayor parte de los focos de contagio se han producido en el ámbito familiar y social. Es aquí donde menos se actúa porque se pone el foco en el comercio y la hostelería. Las empresas han hecho inversiones con protocolos para cuidar que no haya restricciones en sus establecimientos.

En las empresas no hay muchos contagios, en los colegios parece que tampoco. Pero hay una parte de la economía que sí depende de la interacción social, la hostelería. ¿Se ha abierto demasiado la mano con los bares en Madrid? Se vieron muy llenos, por ejemplo, en el puente del Pilar.

Sin duda. Cualquier tipo de restricción supone un sacrificio enorme y tiene unos costes asociados muy altos en pérdida de empresas y de empleos. Pero si hay que hacerlo, se hace. Lo que no tiene sentido es hacer cosas que generan un enorme sacrificio y que no está claro que controlan los contagios. Por ejemplo, en París hay un toque de queda a las 9 de la noche. Es durísimo, pero tiene un sentido. Lo que no tiene sentido es que la gente se vaya a las 11 de los bares a las casas, que es lo que está ocurriendo en Madrid.

En París hay un toque de queda a las 9 de la noche. Es durísimo, pero tiene un sentido. No tiene sentido que en Madrid la gente se vaya a las 11 de los bares a las casas

También hay que ser contundentes con aquellos que no están cumpliendo aforos. Las Administraciones tienen recursos para hacer que cumplan. No tienen medios para acceder a una casa para ver si hay 10 personas, pero en un establecimiento sí pueden entrar. Se tenían que haber hecho controles en sitios que, además, hemos visto todos. Es una desgracia porque esos incumplimientos hacen un daño a todo el mundo. Una mayoría de establecimientos ha cumplido. Si hay que sacrificarse hagámoslo, pero por algo que tenga sentido.

Desde de la Consejería de Economía se llegó a decir que el estado de alarma en Madrid ha aumentado el consumo en la hostelería...

Las cifras no acompañan a esa afirmación. La llegada de turistas nacionales era enorme otros años en el puente de octubre en Madrid y una gran parte de hoteles y muchos restaurantes están cerrados. Hemos visto más actividad que la semana anterior, pero no si comparamos con años anteriores.

El Plan Presupuestario enviado a Bruselas contempla una subida del IVA a los refrescos, ¿es esto la puntilla para la hostelería?

Parece que los que nos gobiernan no son conscientes de la situación de emergencia empresarial. Antes de anunciar cualquier medida, se debería realizar un informe sobre cómo va a afectar a una actividad que está dañada.

Es el peor momento no ya para subir impuestos, sino para anunciarlos. La gente está en las últimas. Muchas empresas están sobreviviendo porque están poniendo dinero los propios autónomos para aguantar. Anímicamente cualquier noticia de que no solo no se va a ayudar, sino que se van a poner piedras, puede hacer que la gente tire la toalla. Me gustaría pedir responsabilidad para cuidar mucho lo que se anuncia porque puede tener un efecto muy negativo sobre unas actividades que están ya en las últimas.

Muchos empresarios pidieron préstamos avalados por el ICO que empiezan a vencer en primavera. Esperábamos una crisis de 2 o 3 meses, pero vamos a un escenario más dramático. 

Hay una cuestión perentoria. Cuando se acerque el plazo de carencia habrá que prorrogar los créditos porque las empresas no han recuperado la actividad anterior que les permita dejar de perder dinero y generar suficiente tesorería para empezar a devolver esos créditos.

Habrá que prorrogar los créditos ICO porque las empresas no han recuperado la actividad suficiente para empezar a devolver esos créditos

El aval del Estado lo tiene la entidad bancaria, el autónomo tiene la obligación de devolver el 100%. Esta y otras medidas estaban diseñadas para el corto plazo porque no se pensaba entonces en otro escenario, pero ahora la situación es muy distinta.

Hay gente que tiene que reconsiderar y pensar seriamente si le compensa seguir endeudándose o no. Tendrán que tomar la decisión responsable de hacer frente a los gastos que puedan y llegado el caso, ir a un concurso. Los empresarios no nos tenemos que dejar engañar por algo atractivo que sea echar el balón hacia adelante.

¿Y qué pasará con los ERTE?

Muchas empresas piensan que se equivocaron en marzo cuando acudieron a los ERTE. Podrían haber reducido sus plantillas y el problema que tienen ahora es mayor que el de entonces.

Muchas empresas piensan que se equivocaron cuando acudieron a los ERTE. El problema que tienen ahora es mayor que el de marzo

Uno de los grandes problemas que tenemos -y nadie tiene culpa- es que en su momento pensamos que esta era una crisis de solo unos meses y por lo tanto, las medidas que se tomaron fueron todas coyunturales. Ahora nos enfrentamos a una situación estructural y solo la hemos atendido con parches y no con reformas.

¿Los fondos europeos ayudarán a la recuperación o estamos confiando en algo etéreo que igual no llega?

Los fondos europeos son necesarios para recuperar competitividad en nuestra economía y ayudar a transformarla. Pero vamos a ver primero si llegan y para qué llegan porque tenemos un absoluto desconocimiento. Los necesitamos, pero hoy desconocemos si de verdad van a llegar a tiempo y van a servir para lo que se necesita.

Será necesario reciclar sectores, hacer trasvase de trabajadores. ¿Están preparados los empresarios para innovar y acometer la transformación?

Estamos en una situación muy excepcional, donde el mercado se ha roto. Pero el mercado funciona bien y cuando algo muere, algo nace. Tenemos que hacer que esa transformación no se lleve por delante nuestro sistema de bienestar. Van a desaparecer muchísimas actividades y empresas.

El mercado funciona bien y cuando algo muere, algo nace. Tenemos que hacer que esa transformación no se lleve por delante nuestro sistema de bienestar

Muchos sectores están con dificultades y van a quedarse por el camino. Tenemos una obligación: ayudar a esa transformación y que sea más rápida y menos dolorosa. Uno de los factores es ayudar a las personas a ser empleables en sectores de futuro. Hay personas que en la actividad que les ocupa ahora no tienen futuro. Una parte de estos fondos europeos tiene que ir a ayudarles.

¿Es un problema el pequeño tamaño de las empresas españolas?

Es un drama que tiene la economía española y obedece a muchas causas, algunas culturales. Cuando las cosas van bien, en momentos de expansión económica, es más difícil que la gente voluntariamente decida cambiar. Cuando las cosas van mal se da el caldo de cultivo para que no te quede más remedio. Ahora hay muchos sectores en los que las empresas están tomando decisiones de absorciones y adquisiciones para ganar tamaño y sobrevivir.

El pequeño tamaño de las empresas es un drama para la economía española

Tenemos que pensar en qué aspectos normativos y regulatorios dificultan la creación de empresas. Hay muchos y deberíamos sentarnos a analizar las regulaciones en laboral, mercantil, fiscal… En ámbitos en los que el tamaño está penalizado. Aquí hay una parte cultural que la crisis va a favorecer y una parte normativa y regulatoria en la que se va a ir por el camino contrario.

El presidente del Gobierno prometió que no habría subidas de impuestos en este momento del ciclo económico, pero en el Plan Presupuestario mandado a Bruselas hay un aumento de ingresos sorprendente...

Es un momento en el que parece evidente que no se debe aumentar la presión fiscal porque lo prioritario es salvar tejido empresarial. El anuncio de subidas generalizadas de impuestos es tremendamente negativo.

Pero nos sorprende también que no se haya hecho ningún esfuerzo por la parte del gasto. Se anuncia una subida modesta del 0,9% del sueldo de los funcionarios. En esta crisis, el sector privado ha sufrido y está sufriendo muchísimo. No solo las empresas, también los trabajadores. Sin embargo, en el sector público no tienen miedo a perder el puesto de trabajo. Como país nos estamos empobreciendo y que en esta situación, se hable de una subida salarial en el sector público, junto con la subida de impuestos es un mensaje totalmente negativo.

El país se está empobreciendo y que se hable de una subida salarial en el sector público, junto con la subida de impuestos es totalmente negativo

Cada vez que hay crisis económica sale a relucir la necesidad de reforzar la lucha contra el fraude fiscal, pero seguimos teniendo mucha economía sumergida...

Muchas veces uno escucha que el esfuerzo fiscal en España es menor que en el resto de Europa. Eso es porque no se tiene en cuenta que ese esfuerzo fiscal se reparte entre las personas que estamos dentro de la legalidad. Hay un porcentaje alto de la actividad económica que está al margen y que por tanto, no está contribuyendo. Entre las personas que sí pagan, el esfuerzo fiscal es más alto que la media europea.

Es una prioridad abordar esto. Deberíamos ser más eficaces en la lucha contra el fraude. En la economía sumergida, el primer perjudicado son las propias empresas que trabajan dentro de la legalidad porque compiten con otras que no lo están. Pagan más porque los otros no pagan y compiten con desigualdad. En el caso de los servicios, es clarísimo.

Hay un porcentaje alto de la actividad económica que está al margen y que por tanto, no está contribuyendo. Entre las personas que pagan, el esfuerzo fiscal es más alto

Habría que sentarse porque está todo inventado: hay tecnología, se puede regular el uso del efectivo... Pero como faltan recursos, recurrimos a que los que ahora pagan, paguen más. Y los que no pagan siguen sin pagar. 

Además de la crisis sanitaria y económica, hay otra institucional. Se ha visto con la reforma propuesta para el CGPJ, en la crispación política… ¿Está dañando esto a la economía?

En economía es muy importante la confianza, la certidumbre, la imagen de España. Vemos con preocupación el deterioro de algunas instituciones que en España llevan más de 40 años funcionando y siendo garantía de neutralidad. Nos preocupa que se cuestione la Monarquía, que pueda verse amenazada la independencia de la judicatura.

Nos preocupa mucho y puede tener un efecto enormemente negativo. Primero por la confianza de los empresarios españoles, pero también para las inversiones del exterior. Así nos lo transmiten los empresarios porque yo no soy más que el portavoz de los empresarios de Madrid.

España se va a quedar en la cola de la recuperación económica global...

El FMI y otros indicadores muestran que ya estamos acusando un deterioro de nuestra economía mayor que en el resto de países. Si no cambias la política, esto no va a hacer sino agravarse en los próximos años. Es terrible.

Hemos tenido una crisis peor. Pero además, las medidas que se han tomado en muchos casos han sido contraproducentes. Nos hemos gastado más de lo que veníamos gastando en el pasado, más de lo que nos habíamos comprometido con los socios europeos… y no hemos podido utilizar ese dinero cuando se ha necesitado para estimular la economía como han hecho todos los países.

Hay que buscar un consenso auspiciado por expertos en materia económica. Cambiar la agenda política por una económica, de emergencia

Actuamos mal antes de la crisis, durante la crisis y espero que ahora en algún momento se recapacite. Hay que buscar un consenso auspiciado por expertos en materia económica. Cambiar la agenda política por una económica, de emergencia, en la que todos seamos conscientes de que la situación es excepcional. Esto requiere altura de miras. Hay que buscar el camino antes de que sea demasiado tarde para que podamos emprender una recuperación que nos coloque donde deberíamos estar, en los puestos de cabeza. Pero estamos en los de cola y cayendo.

Dice que habría que dar prioridad a la agenda económica, pero los fondos europeos los va a repartir La Moncloa...

En unos países vemos que son los empresarios, en otros un comité de expertos de reconocido prestigio al margen de la política. Aquí no tenemos ni idea. Se habló de una Agencia Independiente pero se ha olvidado y dentro de la lucha política se ha descartado. Esto es una desgracia.

La sociedad también tiene que empezar a reclamar que no podemos estar rehenes de la confrontación política y que eso nos impida trabajar con visión de Estado, con una mirada a largo plazo para resolver problemas gravísimos que nos pueden suponer muchos años de pérdida de bienestar. Hay que hacer una llamada a la sociedad para que seamos más exigentes con los gobernantes.

La sociedad también tiene que empezar a reclamar que no podemos estar rehenes de la confrontación política

Y como parte de la sociedad civil, ¿qué papel puede jugar los empresarios para combatir la confrontación? 

Tenemos que actuar como portavoces de la sociedad para exigir y trasladar a la opinión pública la necesidad de que se alcancen grandes acuerdos y predicar con el ejemplo. Hemos hecho un gran esfuerzo por la parte empresarial -por la parte sindical también aunque como tienen de aliado al Gobierno les ha resultado más fácil-, pero hemos hecho un enorme esfuerzo y sacrificio para renunciar a cuestiones que para nosotros eran importantes, para alcanzar acuerdos.

Siempre un mal acuerdo es mejor que una imposición. La situación es excepcional y por tanto tenemos que llegar a acuerdos en asuntos que son de interés común. demás de reclamarlo, tenemos que seguir demostrándolo con hechos.