Bruselas, 5 feb (EFECOM).- La Comisión Europea (CE) puso en marcha este miércoles la revisión de las normas de vigilancia presupuestaria, centradas en controlar el déficit y la deuda públicos de los países de la Unión Europea, con el fin de simplificarlas y hacerlas más favorables a la inversión.

El primer paso será la apertura de un proceso de consultas con Estados, parlamentos nacionales, Eurocámara, agentes sociales y expertos durante, al menos, el primer semestre de 2020 y, sobre la base de esos resultados, la Comisión hará a final de año una propuesta definitiva para modificarlas.

La piedra angular de estas normas es el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, cuya principal exigencia es que los países tengan un déficit inferior al 3 % de su PIB y una deuda por debajo del 60 % del PIB, en aras de la estabilidad económica del conjunto.

Tras la crisis financiera de 2008, en la que la mayoría de Estados miembros superó ampliamente estos umbrales, el Pacto se reforzó con dos legislaciones -el "Six Pack" (2011) y el "Two Pack" (2013)- que, entre otras cosas, introdujeron la posibilidad de sanciones financieras. La revisión se centrará en estas dos.

Bruselas parte de la base de que las normas han funcionado bien para rebajar los niveles de déficit y deuda pública, pero destaca que la situación difiere entre países y que algunos siguen teniendo una deuda muy alta porque no aprovecharon la recuperación para reducirla.

Las reglas tampoco han servido para fomentar la inversión pública, que sigue por debajo de los niveles previos a la crisis, y se han ido haciendo cada vez más complejas y difíciles de aplicar en la práctica.

Bruselas quiere ahora enmendar la situación teniendo en cuenta el nuevo contexto económico: la UE encadena siete años de crecimiento, pero el Banco Central Europeo (BCE), cuya política monetaria fue clave para la recuperación, tiene menos margen para actuar si vuelven las vacas flacas, con lo que los países tendrán que usar mejor su política fiscal.

"La estabilidad sigue siendo un objetivo clave, pero hay una necesidad igualmente acuciante de apoyar el crecimiento y, en particular, de movilizar los inmensos requisitos para abordar el cambio climático", dijo el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.

Entre las cuestiones que se deben debatir está precisamente la posibilidad de que las normas den un tratamiento favorable a las inversiones "verdes", por ejemplo, excluyéndolas del cálculo del déficit.

Fuentes de la Comisión afirman que no se han posicionado aún sobre este tema y avisan de que dar un trato favorable a ciertas inversiones ha tenido resultados "mixtos" en el pasado, aunque admiten que será un punto "importante" y que, si se quiere avanzar en ese sentido, habrá que definir qué son exactamente inversiones "verdes".

Gentiloni señaló, además, que, ante los límites del BCE, las normas deberían favorecer políticas anticíclicas, es decir, subir el gasto público y bajar impuestos en momentos difíciles y viceversa, justo lo contrario de lo que se hizo para responder a la crisis.

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