Madrid, 7 nov (EFECOM).- El porcentaje del beneficio que las empresas españolas destinan a cubrir los gastos financieros derivados de su deuda y a amortizar el principal ha descendido a menos de la mitad desde el inicio de la crisis, ya que ha pasado del 72,2 % en 2007 al 33,2 % en 2018, 39 puntos menos.

Éste es uno de los datos recogidos en la monografía "Condiciones financieras de las empresas españolas: efectos sobre la inversión y la productividad", publicada por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

La mejora en la salud financiera de las empresas españolas se ha debido, según el estudio, a la reducción de su endeudamiento, a la recuperación económica y a la caída de los tipos de interés.

La deuda consolidada de las compañías españolas alcanzó un máximo en 2010, equivalente al 118 % del producto interior bruto (PIB), pero ese porcentaje se ha reducido hasta el 73 % en junio de este año, 4,3 puntos por debajo de la media de la zona del euro.

En 2010, la deuda de las empresas ascendía a 1,2 billones de euros, mientras que en junio de este año había caído hasta 899.000 millones, un recorte del 29,5 %.

En el año de máximo endeudamiento, las compañías necesitaban destinar el beneficio íntegro de 5,4 años para amortizar su deuda, frente a los 4,2 años de las sociedades europeas.

En 2017, la cifra se había reducido a 3,3 años, por debajo de los 3,7 años de las empresas de la Unión Europea (UE).

Según el estudio, la reducción del endeudamiento empresarial entre 2007 y 2017 ha generado un crecimiento de la productividad del 3,9 %.

La mejora de la salud financiera ha venido acompañada por un mejor acceso a la financiación.

Según el estudio, que cita datos del BCE, si en 2011 el 25 % de las empresas españolas encontraba obstáculos para obtener un préstamo bancario, el porcentaje se sitúa ahora en el 8 %, similar a la media de la eurozona (7,4 %).

A pesar de esta evolución positiva, el estudio -dirigido por los investigadores del IVIE Joaquín Maudos y Juan Fernández de Guevara- alerta de la aparición de un conjunto de empresas que sobreviven gracias a los bajos tipos de interés y a las políticas monetarias expansivas.

En su opinión, estas empresas no serían viables con costes de financiación normales y, además, pueden estar acaparando recursos financieros en perjuicio de otras compañías más productivas.

La deuda en poder de esas empresas vulnerables -que tiene un riesgo mayor- creció con intensidad de 2007 a 2009 hasta alcanzar el 42,3 % y se mantuvo en torno al 40 % hasta 2013.