Este martes, apenas un día después de hacerse oficial el sonoro fracaso de la clase política española, incapaz una vez más de conformar un nuevo Gobierno, la economía española recibió dos demostraciones de realidad que golpean en medio de la parálisis y la complacencia política imperantes. Por un lado, la nómina de las pensiones de septiembre arrojó un nuevo récord, esta vez escalando hasta los 9.693 millones de euros, para constatar que el sistema público de pensiones soporta una presión creciente que contrasta con la tranquilidad con la que los partidos abordan la cuestión. Y por otro, el Banco de España (BdE) rebajó de manera notable sus previsiones de crecimiento para 2019, 2020 y 2021 y empeoró sus pronósticos para el empleo a la espera de un Ejecutivo que no esté en funciones. 

Madrugaron más las cifras de las pensiones. Y no solo para descerrajar ese récord mensual, uno más, de 9.693 millones, sino para mostrar varios registros más que no tienen precedentes. Como el número total de pensiones, con 9,76 millones, y una pensión media más alta que nunca, con 993,1 euros, para encarar ya el último tramo hasta el hito de los 1.000 euros, que se alcanzará durante la primavera de 2020. 

O lo que es lo mismo, el sistema soporta más pensiones que nunca, que suman una nómina total sin precedentes y que muestra una pensión media igualmente histórica. Todo ello, a la espera de una reforma que garantice o, al menos refuerce, dos de los principios básicos de las pensiones públicas españolas, como son la sostenibilidad y la suficiencia. Es decir, que el sistema pueda afrontar el pago de las pensiones y que las pensiones sean de un nivel adecuado.  

Dos retos mayúsculos que no lo parecen tanto en la agenda política. Porque se siguen acumulando los desafíos. En septiembre, por ejemplo, la nómina de las pensiones de jubilación creció un 5,2% con respecto al mismo de 2018, hasta los 6.906 millones de euros, cuando el número de pensiones de jubilación apenas lo hizo un 1,75%, hasta los 6,05 millones. Es más, como destacó el propio Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, las nuevas altas de pensiones por jubilación registradas hasta agosto han bajado un 7,5%, hasta las 203.402 altas, con respecto al mismo periodo del año anterior (219.837). En resumen, que no hace falta que el número de jubilados ni de nuevos jubilados crezca mucho para que el importe conjunto de sus pensiones sí lo hagan, una desproporción que evidencia las tensiones que la Seguridad Social ya afronta y que irán a más en el futuro

MENOS CRECIMIENTO, MÁS PARO 

Poco después, a las 12:30 horas, el BdE ofreció otras cifras para la reflexión. Las corresondientes a sus previsiones para 2019, 2020 y 2021. Y empeoran, porque ve menos crecimiento y más paro que en junio.

Hace tres meses, el organismo supervisor elevaba su estimación de crecimiento para la economía española del 2,2% al 2,4%. Ahora la recorta al 2%. La de 2020 la reduce del 1,9% al 1,7% y la de 2021, del 1,7% al 1,6%. 

Lo mismo ocurre con el desempleo, que también sale peor parado en sus nuevas estimaciones. Si en junio lo veía en el 13,8% a finales de 2019, ahora lo sitúa en el 14,1%. Aunque el verdadero salto se observa para 2020 y 2021, cuyas previsiones saltan del 12,4% al 13,2% y del 11,8% al 12,8%, respectivamente.

Como trasfondo de estas revisiones a la baja, el contexto exterior, con la guerra comercial o el Brexit acechando, pero también el interior, con la política al frente. "En el ámbito interno, la prolongación de la situación de indefinición política y de ausencia de actividad legislativa está retrasando la adopción de las medidas necesarias para atajar las vulnerabilidades que todavía subsisten en la economía española y aumentar su capacidad de crecimiento", reconoce el organismo supervisor. 

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