El primer ministro británico, Boris Johnson, camina cada vez más en serio hacia una ruptura con Europa sin acuerdo. Para blindar su posición, que no es otra que finiquitar el divorcio, aunque sea con un Brexit duro, el 31 de octubre, Johnson ha pedido a la Reina Isabel II que suspenda el Parlamento hasta mediados de ese mes para evitar cualquier intento por torpedear el adiós definitivo a la Unión Europea, algo a lo que la monarca ya ha accedido porque no puede negarse si el Gobierno se lo pide. 

Esta maniobra hace mella de nuevo en la libra esterlina. La divisa británica cede un 0,4% contra el euro, hasta los 1,103 euros -o 0,906 libras por euro- y un 0,5% contra el dólar, hasta los 1,222 dólares. "La libra esterlina es un barómetro clave de la incertidumbre sobre el Brexit: cuanto más incierto es el entorno político del Reino Unido, más débil se muestra la libra, y viceversa", señala Ann-Katrin Petersen, estratega de inversión de Allianz Global Investors.

Con esa petición, que se ha hecho oficial en la reunión que el primer ministro ha mantenido con la Reina este mismo miércoles, constata la posición que Boris Johnson ya expuso desde su reciente llegada a Downing Street, que no es otra que poner fin al 'culebrón' del Brexit, que se prolonga ya desde el resultado del referéndum de junio de 2016, "cueste lo que cueste". Es decir, aunque se produzca sin acuerdo y precipite una crisis económica de dimensiones incalculables, aunque graves en cualquier caso. 

Mediante esta maniobra, con la que dejará sin actividad al Parlamento británico entre mediados de septiembre y mediados de octubre, Johnson busca impedir cualquier intento por parte de la oposición por bloquear o retrasar el Brexit, tal como ha venido ocurriendo en los últimos meses. El Parlamento quedará clausurado hasta el 14 de octubre, fecha en la que la Reina ofrecerá el discurso oficial con el que suele abrir cada curso político y que, además, llegará unos días antes del Consejo Europeo de los días 17 y 18 de octubre.

Tras este movimiento, y sin tiempo ya para que la oposición paralice nada en la segunda mitad de octubre y sin que sea posible otro acuerdo con Europa diferente al actual y al que Reino Unido se opone, el Brexit duro cada vez es menos una posibilidad y más una realidad. "Con el parlamento fuera del juego, se incrementan las probabilidades de un Brexit sin acuerdo para el 31 de octubre, al limitarse el tiempo efectivo que tienen los Comunes para detener al gobierno de este propósito", confirma Olivia Álvarez, analista de Monex Europe. Y avisa: "Este escenario desata las perspectivas de una profunda recesión de la economía y el consiguiente ajuste de la política monetaria, factores determinantes para una aguda depreciación de la libra esterlina".

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