(Actualiza la EC4173 con detalles del escrito de Fridman)

La Fiscalía Anticorrupción se ha opuesto a levantar la imputación al empresario ruso y máximo accionista de la cadena de supermercados DIA, Mijaíl Fridman, en la causa sobre la caída del grupo tecnológico Zed, al considerar que camufló su supuesta actividad delictiva "en subordinados".

En su informe, el Ministerio Público rechaza así los argumentos del magnate, que el pasado 13 de agosto solicitó al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que diera marcha atrás a su decisión y dejara de investigarle en tanto que "no ha sido administrador ni de hecho ni de derecho" de ninguna de las sociedades con las que habría operado el grupo español.

Su defensa indicó entonces al magistrado que Fridman estaba dispuesto a declarar en calidad de testigo dado su compromiso con la ley, aunque no de imputado en un asunto en el que ni siquiera estaba involucrado a pesar de las acusaciones "categóricamente falsas" que se vierten sobre él.

A algunos de estos alegatos responde Anticorrupción en su documento, al que ha tenido acceso Efe y en el que afea al ruso por realizar "una serie de afirmaciones lindantes con la mala fe" respecto de la Fiscalía y la Policía Nacional, sobre las que se pronunciaba "con una especial desconsideración, que no pasa inadvertida".

Asimismo, hace alusión a un primer escrito que el empresario aportó a fin de esclarecer su papel en la presunta trama delictiva en noviembre de 2017, apenas meses después de que se admitiera la denuncia inicial en la que ya aparecía su nombre en el relato de hechos.

Sin embargo, la Fiscalía asegura ahora que fue un movimiento legítimo, "pero no es colaboración con la Justicia" puesto que fue "en propio interés del señor Fridman", y avala las pruebas aportadas al procedimiento por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional.

En este sentido, incide en que el último informe policial, fechado el 18 de julio de 2019 y en el que se basó la imputación del empresario, "no es una repetición" del elaborado hace dos años, el mismo del que partieron las sospechas.

Por ello, el Ministerio Público afea las consideraciones "ofensivas" del recurso de reforma presentado por Fridman, en tanto que "demuestran un profundo desconocimiento de las instituciones y su configuración en la Constitución de 1978".

Finalmente, tilda de "edulcorada" la versión de la defensa sobre el "raider", técnica propia "del crimen organizado ruso para describir el robo de una empresa" en la que presuntamente habría incurrido el magnate, según la Fiscalía, que niega que se trate de una mera maniobra de OPA hostil.

A comienzos de mes, el titular del juzgado central de Instrucción número 6 citaba como investigado al máximo accionista de DIA tras aceptar la petición de Anticorrupción por supuestos delitos contra el mercado, administración desleal, insolvencia punible y corrupción en los negocios.

El relato del fiscal ubica al empresario en el origen de la insolvencia de Zed, situación que Fridman, como accionista del grupo tecnológico, habría propiciado con artimañas para asfixiar a la compañía económicamente y después adquirirla a un "precio irrisorio" por debajo del de mercado.

Los vínculos con el ruso se remontan a hace casi una década, con la entrada en el accionariado de varias de sus sociedades afines.

Éstos se intensificarían más tarde, en 2013, cuando Zed, a la vista de su crecimiento, planeó su salida a bolsa en el Nasdaq estadounidense, operación para la que requería de una línea de crédito de 140 millones suscrita con varias entidades, entre ellas Amsterdam Trade Bank, filial del Alfa-Bank controlado por Fridman.

Mención aparte dedica el escrito a los socios rusos "subordinados" al magnate, los ya imputados Vage Engibaryan y Sergey Gorbuntsov, que "planificaron una estrategia ilegal de interrupción de pagos de dividendos de las filiales rusas" que originaron "una falta total de liquidez" en Zed, abocándola a la insolvencia.

Versión que tachan de "falsa" fuentes cercanas al empresario, que no sólo destacan que no existe prueba alguna del presunto interés en "asaltar" la tecnológica, sino que señalan además al fundador de la compañía, Javier Pérez Dolset, por tratar de exonerarse de cualquier posible responsabilidad y encubrir su "propio comportamiento fraudulento de mala administración".