Las protestas en Hong Kong podrían provocar un pronunciado descenso de su producto interior bruto (PIB) y que la ciudad entre en recesión técnica en caso de que la crisis continúe, según la consultora británica Capital Economics.

La consultora señala este jueves en un informe enviado a sus abonados que el impacto económico de las protestas se reflejará en el PIB de este año: el próximo trimestre (entre julio y septiembre) podría contraerse un 1% y acabar con un crecimiento del 0,5% anual.

Según la consultora, el sector más afectado será el del turismo, que contribuye con alrededor de un 4% al total del PIB.

"Las asociaciones señalan que las compras minoristas por parte de turistas de la China continental, que representan el 80% de los turistas en Hong Kong, han disminuido entre un 30% y un 50%, mientras que la ocupación hotelera disminuyó en porcentajes de dos dígitos en julio", indica el informe de los economistas Julian Evans-Pritchard y Martin Lynge Rasmussen.

La reciente huelga general y la ocupación del aeropuerto también estarían afectando al mercado inmobiliario debido a que "los promotores están aplazando lanzamientos de nuevos proyectos".

Según sus previsiones, los precios de la vivienda podrían caer en torno a un 15% a final de este año, una carga más sobre el consumo y el sector de la construcción.

La consultora asegura que las manifestaciones de 2014, conocidas como "La Revolución de los Paraguas", apenas tuvo un impacto en la economía en comparación con las actuales protestas.

"El impacto dependerá de cuánto duren. Es probable que se relajen en los próximos meses con la entrada del curso escolar, la fatiga de los manifestantes y un mejor control de la situación por parte de la Policía. En ese caso, la actividad económica se recuperaría a tiempo, aunque el mercado inmobiliario no lo hará a corto plazo", pronostican los expertos.

Pero si las protestas continúan, o en el caso extremo de que el Ejército chino interviniese, la economía hongkonesa afrontaría una "contracción profunda" que amenazaría la fortaleza del dólar hongkonés y podría provocar un efecto en cadena malicioso para varios indicadores macroeconómicos.

La recesión técnica significaría que el PIB local se habría contraído durante dos trimestres consecutivos: los datos conocidos hasta el momento muestran que durante el primero, la economía de Hong Kong creció un 1,3%, mientras que en el periodo abril-junio se contrajo un 0,3%.

Las protestas en Hong Kong comenzaron en marzo frente a la iniciativa de las autoridades locales de promulgar una ley de extradición que, según sus opositores, podría servir para que disidentes políticos y sectores críticos con el régimen comunista fueran llevados a China para ser juzgados sin garantías.

Bajo la fórmula "Un país, dos sistemas", Pekín se comprometió a mantener la autonomía de Hong Kong y a respetar una serie de libertades -inimaginables en la China continental- hasta 2047, tras recuperar la soberanía del territorio de manos británicas en 1997.

Las manifestaciones movilizaron a cientos de miles de personas desde junio y han estado acompañadas de represión policial para aplacar los intentos de los manifestantes de afectar el curso normal de la ciudad con huelgas y ocupaciones de edificios oficiales, comisarías, estaciones de metro o el aeropuerto.

Las tensiones, las peores vividas por la excolonia británica desde su retorno a la soberanía china -con amplia autonomía- en 1997, han llevado a varios países a desaconsejar viajar a Hong Kong, mientras aumenta el temor a que China intervenga directamente con su ejército o su policía armada.