El sindicato de los transportistas de materias peligrosas de Portugal, que ha iniciado este lunes una huelga que afecta al suministro de combustibles, anunció que dejarán de cumplir los servicios mínimos al considerar que su paro ha sido saboteado en las primeras horas.

Así lo anunció el portavoz de los transportistas, Pedro Pardal Henriques, quien ha remarcado ante periodistas que están "molestos" porque varios camiones cisterna con combustible comenzaron a operar antes de las 7.00 hora local (6.00 GMT), cuando inicialmente estaba previsto que los servicios mínimos comenzasen una hora más tarde.

Un reparto, insisten, que "no estaba previsto", como tampoco están "identificados" quienes conducían los vehículos.

"Son todos esquemas ilegales para intentar desmovilizar a los conductores", ha remarcado el portavoz, quien asegura que los conductores "están siendo amenazados para ir a trabajar" y en algunos casos "sobornados".

"Les están ofreciendo 1.200 euros para que trabajen durante la huelga", apuntó.

El eventual incumplimiento de los servicios mínimos había sido fijado por el Gobierno como línea roja para intervenir la huelga y desplegar a agentes de las fuerzas de seguridad y militares para que conduzcan los camiones cisterna.

Además, el Ejecutivo del socialista António Costa avisó que no descartaba tampoco recurrir a la requisición civil, un instrumento legal extremo que obliga a trabajar a los huelguistas que sean necesarios para asegurar el funcionamiento de los servicios esenciales.

El paro, por el que se ha decretado la alerta por emergencia energética, deja en las primeras horas del lunes 430 gasolineras sin gasolina o gasóleo, lo que representan aproximadamente el 15 % del total de puestos de repostaje de Portugal.

La situación está siendo evaluada por Costa desde la sede de Protección Civil, a las afueras de Lisboa, donde se conoce en tiempo real el impacto del paro y el cumplimiento de los servicios mínimos decretado por el Gobierno.

Éstos son del 100 % para servicios prioritarios -como aeropuertos, puertos, servicios de seguridad, bomberos y emergencias médicas-, del 75 % para transporte público y del 50% para el suministro general de ciudadanos, que en los últimos días han acudido de forma generalizada a llenar el depósito por precaución.

Algunos de ellos lo han hecho incluso en gasolineras españolas al otro lado de la frontera, donde además el precio del combustible es más barato.

La huelga de los transportistas se convocó en protesta por el incumplimiento que denuncian ha ejercido la patronal del sector, Antram, del acuerdo firmado hace cuatro meses para incrementar los salarios de los trabajadores.

Su protesta es por tiempo indefinido, por lo que, si no es desconvocada, la situación de emergencia energética se extenderá al menos hasta el 21 de agosto, según decretó el Ejecutivo.