Irene Escudero

Nairobi, 28 may (EFECOM).- Ante la corriente proteccionista actual, los países de África han decidido forjar un frente unido para lanzar un tratado que aspira a crear la mayor zona de libre comercio del mundo, pero el camino se presenta pedregoso y los baches a esquivar no son pocos.

África supone el 3 % del producto interior bruto (PIB) mundial. Y el PIB anual de los 55 países que conforman el continente, que se sitúa en 2,19 billones de dólares, es inferior al de países como Francia (2,58 billones) o Reino Unido (2,62 billones).

"Ahora, estamos creando unas bases que hacen posible de verdad acabar con el legado de pobreza en África", afirmó en una entrevista con Efe, publicada este lunes, el comisario de Comercio e Industria de la Unión Africana (UA), Albert Muchanga, con motivo de la entrada en vigor este jueves del Acuerdo de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA).

IMPULSAR EL COMERCIO INTRAFRICANO

El tratado, que se aplicará tras la ratificación de 23 de los 52 países que lo han firmado durante este último año (todos menos Benín, Eritrea y Nigeria), busca en una primera fase eliminar los aranceles al 90 % de los productos de cada país.

"El comercio intrafricano es bajo comparado con otras regiones y supone en torno al 17 % del comercio total de África", explica a Efe la directora ejecutiva del Centro de Derecho Mercantil (Tralac), la sudafricana Trudi Hartzenberg.

Esto será más fácil en aquellos países con una industria manufacturera y agrícola que en las naciones que tienen un comercio basado en materiales extractivos, ya que, mientras éstos suponen un 66 % del comercio exterior de África, sólo el 31 % se vende dentro del continente.

"En muchos casos, los países africanos simplemente no se complementan bien y no pueden permitirse comprar mucho de los otros", explican la economista Rim Berahab y el académico Uri Dadush en un informe del laboratorio de ideas Policy Center for the New South, con sede en Marruecos.

Además, el tratado sobre la mesa habla de liberalizar el comercio de un 90 % de los productos, lo que supone una cifra muy conservadora si se compara con otros acuerdos bilaterales.

Por ejemplo, el Policy Center menciona el acuerdo entre Marruecos y la Unión Europea, por el que el 100 % de los productos manufacturados marroquíes pueden entrar libre de impuestos a Europa.

"Dejar que se siga protegiendo el 10 % de los productos puede, en la práctica, invalidar gran parte de los beneficios del acuerdo al seleccionar cada país estratégicamente los productos que van a seguir protegiendo", se extrae de este informe de Policy Center, publicado en abril del año pasado.

DESIGUALDAD ENTRE PAÍSES

"Habrá ganadores y perdedores en la implementación del tratado", avanza Hartzenberg, un punto que también reconocen desde el Banco Africano de Desarrollo (AfDB).

"Los países con industrias manufactureras más avanzadas, que producen de forma más competitiva y a menores precios, están mejor situados", explica la economista sudafricana Yvonne Mhango.

Sin embargo, las economías pequeñas tendrán acceso a mercados más grandes, según apunta a Efe la directora para Desarrollo e Integración Regional del AfDB, la zambiana Moono Mupotola.

"Cada país individualmente tendrá que buscar estrategias a poner en marcha que les ayuden a aprovechar este nuevo tamaño de mercado", indica Mupotola, que recuerda que, además, con el acuerdo se prevén provisiones para ayudar a los países menos desarrollados.

Los países que han ratificado el AfCFTA tienen aún que acabar de ultimar ciertas cuestiones de procedimiento y negociar decisiones tan importantes como la de dónde establecer la sede del ente regulador del tratado, antes de su lanzamiento operacional previsto en la cumbre de la UA el próximo 7 de julio en Niamey (Níger).

Sin embargo, a pesar de que potencias económicas como Kenia, Etiopía o Sudáfrica estarían dentro de esta primera fase de aplicación, se queda fuera un jugador fundamental como es Nigeria, la primera economía del continente.

A Nigeria "le preocupa que abrir su comercio pueda dañar o minar las industrias que las autoridades tratan de desarrollar", explica Mhango.

Aunque desde el Policy Center creen que, "por razones de diversificación y políticas, se puede esperar que Nigeria ingrese en el AfCFTA tarde o temprano".

EL PROBLEMA DE LAS INFRAESTRUCTURAS

La carretera supone la vía de transporte del 80 % de bienes y el 90 % de personas en África. No obstante, el estado de la infraestructura terrestre es uno de los principales retos del continente.

Frente a los más de 210.000 kilómetros de vías de tren que unen Europa, África tiene sólo 84.000 para un territorio 7,5 veces mayor. Y el transporte por avión, tan necesario para el comercio de bienes perecederos, es caro y el espacio aéreo está poco liberalizado.

"Evidentemente se necesita mucha inversión en infraestructura", apunta la directora del Tralac.

"Las infraestructuras son un problema", reconoce Mupotola, quien asegura que, sin embargo, no le preocupa esa traba, sino que las políticas y procesos no estén uniformados en todos los países.

"Estos procesos entre Costa de Marfil y Ghana no son iguales y los camiones se tiran 4 o 5 días en la frontera", ejemplifica la economista del Banco de Desarrollo Africano.

Tener a ese camión parado cuesta entre 300 y 500 dólares al día, por lo que las "ineficiencias" hacen que el precio de la mercancía acabe aumentando unos 1.500 dólares que paga el consumidor final.

"Y si luego en su trayecto en Ghana hay 10 retenes y en cada retén le tengo que pagar a un funcionario algo de dinero, eso son más costes", añade Mupotola.

"Lo que tenemos que conseguir es que obstáculos no arancelarios sean eliminados para que un barco que salga de Abiyán pueda ir directo a Lagos sin ser parado", resume la economista zambiana.

El tiempo estimado de salida de un contenedor que llega a los puertos de Sudáfrica, una de las mayores y más desarrolladas economías del continente, es de dos semanas, mientras que en los mayores puertos de Asia, Europa y Latinoamérica la media es una semana, según el informe del Policy Center.

Por eso, para que el acuerdo llegue a buen puerto es necesario agilizar la burocracia, acabar con la corrupción en los puertos de entrada y transfronterizos y eliminar todos los problemas de seguridad que hay en algunas regiones.

LIBRE MOVIMIENTO DE BIENES, PERO NO DE PERSONAS

El AfCFTA vio su nacimiento oficial en Kigali (Ruanda) en marzo de 2018 con la firma inicial de 44 países, pero su "hermano", el tratado de libre circulación de personas, quedó olvidado y firmado por solo 27 naciones.

La realidad es que en la mayoría de países africanos, con la excepción de algunos como Ruanda, la entrada a su territorio está sujeta a visados que pueden tardar incluso semanas en ser aprobados y tarifas, en algunos casos de más de 100 dólares para 30 días.