La farmacéutica Rovi registró un beneficio neto de 6,9 millones de euros en el primer trimestre del año, el 1% más que en el mismo periodo de 2018, gracias a una tasa fiscal reducida por las deducciones por gastos de I+D+i y bases imponibles negativas.

Las cuentas remitidas por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) muestran que, sin tener en cuenta los gastos de I+D+i, el beneficio neto en el periodo habría disminuido un 9%.

El laboratorio prevé que los impuestos efectivos que paga serán bajos mientras continúe el ensayo de la fase III (la última antes de recibir aprobación) de Risperidona-ISM, ya que implica gastos de I+D elevados.

En los tres primeros meses la tasa fiscal que pagó Rovi fue del 6,9% del beneficio, frente al 2,6% en el mismo periodo del año pasado.

La facturación se incrementó el 8%, hasta los 82,4 millones de euros, y el beneficio bruto de explotación (ebitda) ascendió a 11,9 millones, un 17% más que un año antes.

Los ingresos operativos aumentaron otro 8% hasta los 82,2 millones de euros gracias al negocio de especialidades farmacéuticas, cuyas ventas crecieron un 12%.