El exministro de Economía y actual vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, declarará el próximo martes como testigo en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia que se celebra en la Audiencia Nacional.

Según han informado a Efe fuentes jurídicas, la sección cuarta de la sala de lo Penal ha citado además para el día siguiente, miércoles 27, al exconsejero de la entidad procedente de Caja Madrid, Matías Amat.

Esa semana la abrirá el que fuera gobernador del Banco de España en la época de la constitución del grupo financiero y del debut bursátil de Bankia, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, al que han aludido los acusados por su papel como instigador de la fusión de las siete cajas.

Precisamente este miércoles ha dado comienzo la fase testifical con el interrogatorio al presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri.

El presidente de Bankia ha asegurado que no se esperaba el rescate que pidió el Gobierno español a sus socios comunitarios para recapitalizar el sistema financiero español, encabezado por Bankia, y que motivó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a unos 4.500 empleados de la entidad.

Sobre el conocimiento que tenía de la entidad en el momento de su nombramiento el 9 de mayo de 2012, Goirigolzarri ha explicado que contaba con el que podía obtener de los medios de comunicación.

"Sabía y conocía los problemas del sistema bancario español, conocía los problemas de Bankia desde fuera, el famoso informe del FMI, conocía que se habían presentado unas cuentas a la CNMV que no estaban auditadas y conocía los rumores que había en el mercado, pero información directa no tenía", ha indicado.

Aun contando con esta información, ha reconocido que no se esperaba el rescate financiero de 100.000 millones de euros que el Gobierno de Mariano Rajoy solicitó a Bruselas, de los que finalmente usó unos 42.000 millones -la mitad se destinaron a Bankia-, y que motivó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a unos 4.500 empleados de la entidad.

"Si a mí me llegan a decir el 7 de mayo de 2012 que íbamos a tener un plan de reestructuración aprobado por Europa en noviembre que nos obligaba a un ERE de 4.500 personas, a cerrar 1.000 de las 3.000 oficinas y que los preferentistas se verían obligados a un gran descuento para participar en la capitalización de Bankia, me hubiera sorprendido, la verdad, no hubiera esperado nada de eso, pero a eso nos tuvimos que enfrentar", ha manifestado.