El Producto Interior Bruto (PIB) del cuarto trimestre reflejó las contribuciones positivas del gasto en consumo personal, de inversión fija no residencial y residencial, de las exportaciones y del gasto de los gobiernos estatal, local y federal.

No obstante, la desaceleración trimestral se debió a que estos aumentos se vieron compensados por las contribuciones negativas de la caída en la inversión en inventario del sector privado y por el aumento de las importaciones.

La Administración estadounidense, sin embargo, ha explicado que el dato preliminar del cuarto trimestre está basado en información "incompleta", por lo que está sujeto a revisión.

En el conjunto del ejercicio, el PIB real de EEUU aumentó un 2,3%, ocho décimas más que el crecimiento registrado en 2016, cuando cerró el año en el 1,5%.

El impulso económico registrado en 2017 en relación al crecimiento de 2016 se debió principalmente al aumento del gasto del consumidor, de la inversión fija no residencial y al incremento de las exportaciones.