Entre enero y julio, la inversión china en otros países ascendió a 57.200 millones de dólares, mientras que la recibida por China fue de 72.790 millones de dólares.

La principal razón del fuerte descenso en la salida de capitales a otros mercados ha sido la campaña del Gobierno contra el exceso de gasto de grandes firmas nacionales, y que ha ordenado frenar su salida al exterior a gigantes como Wanda, Fosun o HNA, entre otros.

Sectores como el inmobiliario, el cultural, los deportes o el entretenimiento fueron los más afectados por esta limitación.

Por otro lado, la inversión china en proyectos de las llamadas "Nuevas Rutas de la Seda", el gran plan de infraestructuras internacionales ideado por Pekín, ascendió en los siete primeros meses del año a 7.650 millones de dólares, un 13,4 por ciento del total (5,7 puntos porcentuales más que en ese periodo de 2016).

En las estadísticas de la inversión foránea recibida destacó el crecimiento del 12 por ciento en el número de nuevas empresas creadas con financiación extranjera (17.703).

Pese a la globalización que la economía china está logrando en los últimos años, con muchas de sus grandes firmas haciendo grandes inversiones en el exterior, la llegada de capital de otros países sigue siendo una prioridad para Pekín a la hora de mantener las altas cifras de crecimiento económico.

Ello explica la creación de hasta 11 zonas de libre comercio en el país, dirigidas a atraer nuevas firmas extranjeras con una facilitación de trámites de registro y la reducción de limitaciones al mercado en sectores como los transportes o las finanzas. EFECOM

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