La Unión Europea y Canadá firmaron el domingo un acuerdo de libre comercio que se conoce como CETA, acrónimo en inglés de 'Comprehensive Economic and Trade Agreement'. El pacto se desarrolla en 13 capítulos repartidos en 1.598 páginas y Bruselas y Ottawa estiman que tendrá un impacto anual de 12.000 millones de euros para la UE, con 508 millones de habitantes, y de 8.000 millones para Canadá, con 35 millones de residentes. 

Gracias al acuerdo, España y Canadá, segundo y tercer inversor en Latinoamérica, respectivamente, intercambiarán productos farmacéuticos, alimenticios, maquinaria, minerales, combustibles, vehículos, entre otros. Canadá es el 30º cliente y el 45º proveedor de la economía española.

España ya tuvo en 2015 un balance comercial positivo con Canadá de 479 millones de euros.

El CETA protege 145 denominaciones de origen europeas, 26 de ellas de España: 15 aceites de oliva, azafrán de la Mancha, quesos Manchego y de Mahón, turrones de Alicante y de Jijona, embutido de Guijuelo y jamones de Huelva y Teruel, así como el salchichón y la llonganissa de Vic.

Además, Canadá reconocerá como marca de la UE los productos etiquetados como Cítricos Valencianos o Cítrics Valencians, pero se permitirá seguir operando a marcas canadienses como Orange Valencia o Valencia Orange.

Mayor acceso y ahorros

El CETA reduce las tasas aduaneras para un gran número de productos y estandariza normas para favorecer los intercambios y para cambiar profundamente las relaciones comerciales entre dos territorios altamente desarrollados.

Canadá gana mayor y mejor acceso a un mercado de 500 millones de personas, con ventajas para sus empresas que no tienen otras grandes potencias económicas como Estados Unidos o Japón.

Las europeas se ahorrarán más de 500 millones de euros al año en aranceles y aumentarán su cuota de acceso a las licitaciones públicas en Canadá, en mercados como las telecomunicaciones, la energía o el transporte.

El tratado eleva gradualmente las cuotas europeas para productos agrícolas de Canadá y homologa recíprocamente las regulaciones de productos como maquinaria industrial, equipos de radio, juguetes o equipos de medición.

La protección de las patentes europeas en Canadá pasa de 20 a 22 años, se refuerzan los derechos de autor, mejora la convalidación de títulos universitarios y profesionales y facilita la expatriación de trabajadores.

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