Buenos Aires

Miguel Ángel Gutierrez es desde esta semana el nuevo presidente de la petrolera argentina YPF en sustitución de Miguel Galuccio, quien había conducido a la empresa desde la estatización del 51% de las acciones en poder de Repsol en 2012. El cambio fue anunciado por el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, exconsejero delegado de Shell Argentina, quien también anticipó que se iniciará una búsqueda “nacional e internacional” para cubrir la posición de primer ejecutivo de la mayor productora de combustible del país.

Paradójicamente, tras la expropiación a Repsol, la presidencia vuelve a caer en manos de un hombre cercano al capital español: Gutiérrez fue consejero delegado de Telefónica de Argentina entre 2002 y 2004, actualmente es consejero asesor de Telefónica Latinoamérica y forma parte desde hace más de un año del consejo de administración de Abertis.

El anuncio de Aranguren no generó mucha sorpresa. Se sabía que el actual ministro era crítico de la administración de Galuccio y quería revertir el esquema de subsidios que había promovido el kirchnerismo para afrontar los primeros años en que la principal compañía del país volvía a ser estatal. Galuccio esgrimía en respuesta que durante su gestión se duplicó la inversión y la actividad productiva, así como también se recuperó el rol de principal abastecedor de combustibles del país (con el 58% del mercado de gasolinas -naftas- y el 60% del mercado del gasoil).

El futuro expresidente (su salida se hará efectiva a finales de abril cuando se concrete la próxima reunión de accionistas) había hecho gestos de buena voluntad para tratar de mantener el cargo. En las pocas semanas de convivencia con el nuevo gobierno había aceptado el nombramiento de un directorio hostil y a principios de mes había anunciado un recorte del 25% en la inversión para “adaptarse a un medioambiente de negocios distinto”. Pero no fue suficiente, su reemplazante ya había saltado del banquillo y estaba haciendo la entrada en calor.

Carrera en JPMorgan

Gutierrez, como muchos de los nuevos funcionarios nombrados por Mauricio Macri al llegar a la Casa Rosada, proviene de cargos gerenciales en la actividad privada. El lugar donde se desempeñó la mayor parte de su vida profesional fue el banco estadounidense JP Morgan, adonde llegó a ocupar el cargo de director general de Mercados Emergentes Globales. El banco estadounidense es justamente, uno de los principales semilleros del nuevo gobierno.

Por allí pasaron el ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay; el secretario de Finanzas de ese Ministerio y también principal encargado de la negociación con los fondos buitres, Luis Caputo; el secretario de Política Económica Vladimir Werning; y un director del Banco Central, Demián Reidel, entre otros.

La procedencia de Gutierrez y su experiencia en finanzas internacionales fue la que en 2002 atrajo a César Alierta, presidente entonces de Telefónica de España, para ofrecerle la dirección de la filial argentina. Su objetivo era, en el contexto de crisis y devaluación que siguió a la salida de la convertibilidad del país sudamericano, ponerlo a cargo de la renegociación de los contratos y tarifas con el Estado, y llevar adelante un ajuste sobre el plan de inversiones. Actividades similares a las que se supone puede asumir en este nuevo empleo.

Una indirecta en la retirada

A pesar de tener las horas contadas y confirmar su salida de YPF mediante un mail a sus empleados, Galuccio fue esta semana a buscar financiación internacional para la compañía. Su objetivo es recaudar mil millones de dólares a través de un bono a cinco años cuya colocación dejó en manos de los bancos Credit Suisse, HSBC y… también JP Morgan. En el documento que envió a la SEC, el organismo encargado de regular el mercado de EEUU, dejó trascender su opinión sobre el nuevo gobierno al hacer un panorama sobre el país.

"No puede haber ninguna garantía de que Argentina será capaz de obtener el capital suficiente o tener dinero disponible para financiar los pagos a los tenedores de bonos denominados holdout (fondos buitre)”, señaló en relación al acuerdo con los fondos buitres que actualmente está pendiente de una aprobación de la cámara alta argentina.

Luego destacó entre los desafíos del gobierno a la reducción de la tasa de inflación, la mejora de la competitividad de las industrias locales y “la normalización o el ajuste de los precios de algunos bienes y servicios, como la electricidad y natural gas”, medidas que caracterizó como “impopulares” y que podían “generar oposición política y social o disturbios”, Ante esto consideró que “es difícil predecir el impacto de estas medidas sobre la economía argentina en su conjunto y el sector energético, en particular".

Siempre Telefónica

Telefónica pone cuadros en el gobierno pero piensa en el retiro de inversiones

La designación de Gutierrez en YPF no es el único guiño que el Gobierno de Mauricio Macri le hizo a Telefónica. A fines de diciembre también había nombrado como director del nuevo Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) a Heber Martinez, hasta entonces gerente de Asuntos Corporativos de Telefé, canal de televisión abierta líder en audiencia y propiedad de Telefónica. La decisión generó suspicacias debido a que el ENACOM es precisamente el organismo creado por decreto del Poder Ejecutivo que tiene el rol de regular los medios audiovisuales.

A pesar de la ventaja comparativa que podría darles para crecer la presencia de Martinez en ese cargo, Telefónica seguiría buscando comprador para Telefé, el canal sobreviviente de otra época de la compañía en la que se planteaba construir un multimedio que abarcara toda Iberoamérica y parte de Europa. A principios de mes se conoció que TurnerBroadcasting System, propiedad de la estadounidense Time Warner, habría vuelto a la carga por la emisora tras algunos intentos frustrados en 2013. Fuentes empresariales señalan que Telefónica pide alrededor de 400 millones de dólares por el canal. Aunque no se ha difundido aún ninguna oferta concreta, se descuenta que en caso de suceder la ENACOM daría luz verde a la operación.

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