Los ministros de Economía de la eurozona no se explican el desplome de las bolsas de los últimos días ni el repunte de las primas de riesgo de los países periféricos. La economía europea sigue creciendo y los bancos comunitarios, los más afectados por las caídas, son mucho más sólidos que antes de la crisis financiera de 2007. El mensaje del Eurogrupo de este lunes es que no hay motivos estructurales que den pie al alarmismo por la fuerte volatilidad de los mercados.

 

La situación de los bancos europeos “no me preocupa en estos momentos”, ha dicho el ministro finlandés de Finanzas, Alexander Stubb, el más categórico. “Creo que tenemos que estar bastante tranquilos”, ha agregado. La eurozona ha completado ya dos tercios de la unión bancaria y existen “mecanismos de seguridad” para hacer frente a futuras crisis.

 

“Hay que mantener la sensatez”, ha reclamado por su parte el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. El Ejecutivo comunitario vigila de cerca los “vientos desfavorables” que afectan a la economía mundial, pero de momento no hay “ninguna razón” que lleve a cuestionar las previsiones económicas que publicó la semana pasada. La eurozona crecerá un 1,7% este año y un 1,9% en 2017, ha defendido.

 

“La economía europea está en la vía de la recuperación, una recuperación que es sólida, que nos gustaría que fuera más abundante y amplia, pero que se basa en el consumo interno”, ha alegado el político francés. Además, persisten los factores positivos que impulsan las exportaciones comunitarias, como la práctica “paridad” entre el euro y el dólar y los estímulos del Banco Central Europeo.

 

También el sector bancario europeo es ahora “más fuerte”, según el diagnóstico de la Comisión. “Somos capaces de resolver tal o cuál problema puntual cuando se plantee. Pero en su conjunto el sistema bancario europeo es mucho más sólido que en el pasado y debemos confiar en él”, ha insistido Moscovici.

 

Exageraciones de los mercados

 

El mismo diagnóstico lo ha repetido el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. “Creo que en la eurozona, de forma estructural, estamos en una situación mucho mejor que hace unos años, y lo mismo ocurre con nuestros bancos”, ha defendido el político holandés. Para el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, “esto se debe también a exageraciones de los mercados hasta cierto punto”.

 

Schäuble ha evitado referirse a la situación del Deutsche Bank, uno de los más castigados por las bolsas, aunque a principios de esta semana dijo que no estaba inquieto por su solvencia. Eso sí, ha reclamado al nuevo Gobierno portugués del socialista António Costa más ajustes para no preocupar a los mercados. “Se percibe ya que los mercados se ponen nerviosos”, ha alegado.

 

Por su parte, su homólogo italiano, Pier Carlo Padoan, ha defendido las reformas de su Gobierno en el sector bancario, también uno de los más atacados en las últimas semanas. “Está claro que estos días hay movimientos sistémicos, no sólo en Europa sino también en Estados Unidos, que golpean en particular al sector bancario, ligados a la perspectiva de crecimiento global, que es menos alentadora que hace unos meses”, ha señalado.

 

La incertidumbre política no pesa en España

 

También el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha pedido no caer en el “alarmismo”, aunque ha admitido que la eurozona tiene un “problema de crecimiento económico” y de “dudas” sobre la situación de los sistemas bancarios de algunos países, que no ha mencionado. A ello se suma la “desaceleración” de la economía mundial y la falta de margen de maniobra de los bancos centrales. La volatilidad no es un fenómeno nuevo de las últimas semanas sino que ya se vivió durante el verano de 2015 con las turbulencias en China.

 

La economía española escapa de momento a estos problemas gracias a las reformas y “ha entrado con mucha fuerza en el año 2016”, sostiene Guindos. La ausencia de un Gobierno en plenas funciones “es un factor que no ayuda” en esta situación. Pero “la incertidumbre política todavía no ha tenido ningún tipo de impacto en los indicadores de los mercados financieros ni en los indicadores reales de actividad”, ha alegado el ministro de Economía.

 

Para Guindos, el actual contexto “no es de una recesión mundial es de una desaceleración económica, seguramente más profunda de la que habíamos previsto”.

 

 

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