David Cierco Jiménez de Parga, CEO Next Tech & AI Labs.

David Cierco Jiménez de Parga, CEO Next Tech & AI Labs.

La tribuna

Bienvenidos al emocionante viaje de la IA, de la mano de Alan Turing

18 mayo, 2023 01:57

En el año 2005, cuando era asesor del ministro de Industria en temas de tecnología, tuve la oportunidad de participar en una conversación con Bill Gates, empresario, filántropo y cofundador de Microsoft, que por entonces visitaba España. Preguntado por el ministro qué tecnología iba a cambiar la vida de todos se refirió a la robótica, lo cual me dejó pensativo durante unos días. Hoy estoy seguro de que se refería a las máquinas inteligentes y a la inteligencia artificial. Casi 20 años después, Gates nos acaba de anunciar que estamos ya entrando en la era de la inteligencia artificial. La visión y predicción del empresario en 2005 se ha materializado hoy.

Alan Turing, destacado matemático, lógico y criptógrafo británico durante la Segunda Guerra Mundial, desempeñó un papel fundamental en el descifrado de códigos enigma utilizados por las fuerzas alemanas. Se estima que su logro acortó la guerra en meses, sino años, y salvó miles de vidas, sino cientos de miles. Alan Turing escribió en 1948 su famoso paper titulado Computing Machinery and Intelligence. En este artículo, Turing abordó la cuestión de si las máquinas pueden pensar y propuso una prueba conocida como "el test de Turing", que se ha convertido en un punto de referencia en el campo de la inteligencia artificial.

El término "inteligencia artificial" fue acuñado por John McCarthy en el año 1956, durante la Conferencia de Dartmouth. McCarthy, junto con otros destacados científicos y matemáticos, propuso el término para describir el campo de estudio que se enfoca en la creación de máquinas y programas informáticos capaces de realizar tareas que requieren inteligencia humana. La primera máquina capaz de jugar al ajedrez utilizando inteligencia artificial fue desarrollada en 1959 por Arthur Samuel. Conocida como "El Ajedrecista", utilizaba un algoritmo de aprendizaje automático para mejorar su juego a medida que adquiría experiencia. Marcó un éxito pionero en el desarrollo de la Inteligencia Artificial.

Cuando se cumplen 75 años desde la publicación del paper de Alan Turing, más de 60 años desde que la primera máquina fuera capaz de jugar al ajedrez y casi 20 desde de la predicción de Bill Gates, quiero, de la mano de Alan Turing, nuestro querido matemático, lógico y criptógrafo, acompañarte en este emocionante viaje de la inteligencia artificial. Turing nos dejó un sin fin de enseñanzas, pero me quedo para este artículo con la siguiente cita: “La pregunta de si una máquina puede pensar es equivalente a preguntar si un submarino puede nadar". Comparar habilidades no es sencillo y menos entre personas y máquinas. Iniciemos el viaje en busca de alguna respuesta.

Como acabo de mencionar, en 1959 Arthur Samuel desarrolló un programa de ajedrez que fue considerado un hito importante en el desarrollo de la inteligencia artificial. Desde entonces se han marcado muchos otros, pero fue 1997 cuando Deep Blue" de IBM logró una histórica victoria sobre el campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov. La inteligencia aArtificial ya podía superar a los campeones humanos. En 2011, el programa de inteligencia artificial Watson, también de IBM, participó en el famoso concurso televisivo Jeopardy!. Watson, utilizando algoritmos de procesamiento del lenguaje natural logró superar a sus oponentes humanos y ganar el concurso.

Las máquinas no solo ganaban a campeones mundiales, sino que además ya entendían el lenguaje hablado. En octubre de 2017, el programa AlphaGo Zero, desarrollado por DeepMind, asombró al mundo con su capacidad para dominar el antiguo y complejo juego del Go. A diferencia de su predecesor, AlphaGo Zero no se basó en datos humanos, sino que aprendió a través del autoaprendizaje, jugando millones de partidas contra sí mismo. Este enfoque revolucionario permitió a AlphaGo Zero alcanzar un nivel sobresaliente en un tiempo sorprendentemente corto. Las máquinas además de ganar ya aprendían por sí mismas.

El 30 de noviembre de 2022 marcó un hito significativo en el campo de la inteligencia artificial con el lanzamiento público de ChatGPT por parte de OpenAI. Desde entonces, ChatGPT ha demostrado su impresionante capacidad en el procesamiento del lenguaje natural, facilitando interacciones conversacionales más fluidas y sofisticadas con los usuarios, abriendo un abanico de posibilidades en todo tipo de áreas.

En este periodo de años, desde 1959, las máquinas han jugado al ajedrez, ganado a campeones mundiales, entendido el lenguaje natural, aprendido a jugar y ganar al Go y ahora a comunicarse de manera fluida con los humanos. Emocionante, pero hay mucho más en este viaje.

Según un informe de McKinsey, se estima que para 2030, la implementación de la IA podría ayudar a reducir los costes de atención médica en un 50%. Según Accenture, para el año 2035, se espera que la IA incremente la productividad empresarial en un 40%. Según el Foro Económico Mundial la IA podría generar alrededor de 67 millones de nuevos empleos netos para 2027 y según un informe de PwC agregar hasta 15,7 billones de dólares al producto interno bruto (PIB) mundial para 2030, lo que equivale a 10 veces el poder económico de España en un año. Precisamente este es el gran debate, quién se apropia de esta riqueza y cómo se gestiona este poder tecnológico, veamos algunos desafíos.

La implementación de la inteligencia artificial plantea preocupaciones en términos de desigualdad, concentración de poder y el impacto en el empleo. Puede ampliar la brecha entre los países desarrollados y en desarrollo. Los países con mayores recursos financieros y tecnológicos tienen más probabilidades de beneficiarse de las ventajas de la IA, mientras que los países menos desarrollados pueden quedarse rezagados. Además, la implementación de la IA está siendo liderada principalmente por grandes empresas tecnológicas, lo que puede llevar a una concentración de poder en manos de unos pocos actores dominantes.

Según un informe de McKinsey, se estima que hasta 800 millones de trabajadores podrían ser desplazados por la automatización en 2030. Si bien la IA puede generar nuevos empleos, existe la preocupación de que la velocidad y la magnitud de la automatización puedan superar la capacidad de reentrenamiento y adaptación de los trabajadores. Según un informe de la OCDE, el 52% de los empleos en España son automatizables. Esto indica que una parte significativa de la fuerza laboral puede verse afectada por la automatización en un futuro cercano. Queda claro que la IA ofrece numerosas oportunidades que se acompañan de desafíos, pero también de riesgos, al asumir tareas propias de los humanos.

Uno de los riesgos más críticos es el sesgo y la discriminación en los sistemas de IA. Los algoritmos de IA se entrenan utilizando conjuntos de datos históricos, y si estos datos están contaminados con sesgos o prejuicios humanos, es probable que los algoritmos también los reflejen. Esto puede llevar a decisiones o conclusiones sesgadas y discriminatorias, perpetuando desigualdades sociales existentes. Además, a medida que la IA se vuelve más compleja, los algoritmos pueden llegar a conclusiones o tomar decisiones que son difíciles de entender o explicar. La falta de transparencia puede socavar la confianza en los sistemas de IA y dificultar la rendición de cuentas.

Por otro lado, la recopilación, almacenamiento y procesamiento de datos plantea preocupaciones importantes en relación con la privacidad y la seguridad. Estas prácticas pueden exponer a las personas a riesgos, como el robo de identidad, el acoso y la discriminación. En la toma de decisiones legales, la IA puede influir en las decisiones judiciales, planteando preguntas sobre la equidad y la imparcialidad. En el ámbito de la vigilancia, la IA puede permitir una mayor capacidad de monitoreo y seguimiento y en el contexto militar, la IA puede tener implicaciones éticas y legales significativas, incluyendo decisiones de vida o muerte.

Prometí al inicio de este artículo acompañarte en un viaje emocionante y casi que parece que nos estamos adentrando en una verdadera pesadilla. En momentos como este, de tanta incertidumbre y debate público, merece la pena referirse a nuestros clásicos en ciencia y tecnología, que tanto han hecho por el avance de la humanidad. Así que me permito traer una cita de Marie Curie, científica polaco-francesa, que dejó un legado imborrable en el campo de la radiactividad, incluyendo los elementos polonio y radio. Además, se convirtió en la primera mujer en recibir dos Premios Nobel, superando barreras de género en un campo dominado por hombres.

Curie nos dice que “en la vida no hay cosas que temer, solo hay cosas que comprender". Sin duda la IA es una herramienta poderosa que genera vértigo, sobre todo por la velocidad a la que se está implantando, pero también puede mejorar nuestra calidad de vida, impulsar la innovación y resolver problemas complejos. Al comprender cómo funciona la IA, podemos distinguir entre los mitos y la realidad, y tomar decisiones informadas. Además, alentando el diálogo abierto y transparente podemos abordar las preocupaciones éticas y sociales, y trabajar juntos para desarrollar marcos regulatorios sólidos que promuevan un uso responsable de esta tecnología.

Desde el punto de vista de las empresas los avances en inteligencia artificial han brindado numerosos beneficios en diversos aspectos. Uno de los más destacados es la automatización de tareas y procesos, lo que ha permitido mejorar la eficiencia operativa y reducir los costes. La IA puede encargarse de realizar tareas repetitivas y monótonas de manera más rápida y precisa que los seres humanos, liberando tiempo y recursos para que los empleados se enfoquen en tareas más estratégicas y de mayor valor añadido.

Además, la IA ofrece la capacidad de tomar decisiones informadas y ágiles mediante el análisis de datos en tiempo real. Las empresas pueden utilizar algoritmos avanzados y sistemas de aprendizaje automático para procesar grandes volúmenes de datos y obtener información valiosa. Esto les permite identificar patrones, tendencias y oportunidades de manera más rápida y precisa, lo que a su vez facilita la toma de decisiones estratégicas y respuestas ágiles ante cambios en el mercado.

La IA también impulsa la innovación y el desarrollo de productos al abrir nuevas posibilidades para explorar ideas y soluciones. Mediante el análisis de datos, la IA puede identificar necesidades y preferencias de los clientes, lo que permite a las empresas desarrollar productos y servicios más personalizados y adaptados a las demandas del mercado. Además, la IA puede generar ideas creativas y sugerir soluciones novedosas al analizar datos y patrones que los seres humanos podrían pasar por alto, fomentando así la innovación y la diferenciación competitiva.

Otro aspecto fundamental es la mejora de la seguridad empresarial. La IA puede desempeñar un papel crucial en la identificación y prevención de amenazas como el fraude y los ataques cibernéticos. Mediante el análisis de patrones y comportamientos anómalos, los sistemas de IA pueden detectar y alertar sobre posibles actividades fraudulentas o intentos de intrusión en los sistemas de la empresa. Esto permite una respuesta temprana y la adopción de medidas preventivas para proteger la información y salvaguardar la integridad de los datos empresariales.

Pensando en las Administraciones públicas, la adopción de la inteligencia artificial también ha brindado numerosos beneficios en su misión de ofrecer servicios eficientes y de calidad a los ciudadanos. Uno de estos beneficios es la capacidad de segmentación, que permite identificar patrones y preferencias de la ciudadanía. Mediante el análisis de datos, la IA puede categorizar y agrupar a los ciudadanos en diferentes segmentos según sus características y necesidades. Esto permite a las Administraciones públicas ofrecer programas y servicios personalizados y adaptados a cada segmento, mejorando así la satisfacción y la eficiencia en la prestación de servicios públicos.

La optimización de programas y servicios es otro beneficio clave de la IA en las Administraciones públicas. Al analizar los datos en tiempo real, la IA puede identificar áreas de mejora y optimizar los recursos disponibles. Esto incluye la asignación eficiente de presupuestos y personal, la identificación de áreas con mayor demanda de servicios y la implementación de mejoras basadas en el análisis de datos. La IA ayuda a las administraciones públicas a tomar decisiones informadas y basadas en evidencia para mejorar la calidad de los programas y servicios ofrecidos a los ciudadanos.

La valoración de políticas y el sentimiento de los beneficiarios son aspectos esenciales para las administraciones públicas. La IA puede analizar y evaluar el impacto de las políticas implementadas, así como el sentimiento y la satisfacción de los ciudadanos. Esto brinda a las administraciones públicas una comprensión más profunda de cómo sus políticas y programas están siendo recibidos por la ciudadanía, permitiendo ajustes y mejoras continuas. Además, el monitoreo del sentimiento y la reputación de la administración a través del análisis de datos ayuda a mantener una comunicación efectiva con los ciudadanos y a construir una relación de confianza.

Por último, la IA facilita la prestación de servicios mediante el uso de asistentes virtuales y chatbots. Estas herramientas de IA pueden interactuar con los ciudadanos, responder preguntas frecuentes, brindar información y guiar en la realización de trámites y solicitudes. Los asistentes virtuales y chatbots mejoran la interacción con los ciudadanos al proporcionar respuestas rápidas y precisas, reduciendo la carga de trabajo del personal y permitiendo una atención más eficiente.

La implementación exitosa de la inteligencia artificial en las organizaciones enfrenta una serie de desafíos importantes que deben abordarse de manera efectiva. Uno de los desafíos clave es la falta de conocimientos técnicos y talento especializado. La IA es un campo complejo y en constante evolución que requiere expertos capacitados para desarrollar e implementar soluciones efectivas. La escasez de profesionales con habilidades en IA puede dificultar la adopción y aprovechamiento de todo el potencial de esta tecnología.

Además, los costes de inversión y desarrollo asociados con la implementación de la IA también pueden ser un desafío, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (PYME). La adquisición de tecnología de IA, el desarrollo de modelos personalizados y la capacitación del personal requieren recursos financieros significativos. Las PYME pueden enfrentar dificultades para asignar presupuestos adecuados a la implementación de la IA, lo que puede limitar su capacidad para competir en un entorno empresarial cada vez más impulsado por la tecnología.

La integración de la IA en los sistemas y procesos empresariales existentes también puede ser un desafío. La IA necesita interactuar con otros sistemas y procesos, lo que requiere una integración adecuada para garantizar un funcionamiento fluido y eficiente. Esto implica superar barreras tecnológicas y asegurar la compatibilidad y la interoperabilidad de la IA con los sistemas y plataformas existentes. La integración exitosa de la IA puede requerir inversiones adicionales en infraestructura y actualización de sistemas.

Otro desafío importante es la resistencia al cambio por parte de los empleados y otras partes interesadas. La adopción de la IA puede implicar cambios en las funciones y responsabilidades de los empleados, lo que puede generar incertidumbre y resistencia. Es fundamental involucrar y capacitar adecuadamente a los empleados para que comprendan los beneficios de la IA y se sientan cómodos con los cambios que conlleva. Además, las partes interesadas externas, como los clientes y la sociedad en general, pueden tener preocupaciones sobre la privacidad y la ética.

Sin duda, recuperando el título de este artículo, la inteligencia artificial es un viaje emocionante, no exento de retos y desafíos, pero con muchas oportunidades. Creo en todo caso que estamos consiguiendo avanzar poco a poco su entendimiento y como nos formulaba Marie Curie, sustituyendo nuestros temores por conocimiento. Aunque todavía nos queda reflexionar sobre qué es lo que realmente nos define como  humanos, cuales son nuestras singularidades y qué es lo que nos distingue de las máquinas inteligentes.

En este punto, volvemos a recurrir a Alan Turing que nos dice que "de vez en cuando, uno debe darse un descanso y tomar una cerveza o una taza de té”. Eso es lo que hace le da sentido a todo al final”. Turing nos invita a dar un paso atrás, a tomarnos un respiro y disfrutar de momentos de descanso y de deleite que nos ayuden a mantener nuestra humanidad intacta. Nuestras emociones, nuestra empatía y nuestra capacidad de relacionarnos siguen siendo aspectos irremplazables en este viaje. Somos seres imperfectos, seguro que sí, pero aprendemos de nuestros errores y nos desenvolvemos en una cultura donde nos cuidamos los unos a los otros. Al menos lo intentamos.

Recordemos siempre que el futuro no está predeterminado, sino que está en manos de aquellos valientes que se atreven a soñar y se comprometen a perseguir esos sueños con determinación. Como dijo Eleanor Roosevelt, "el futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños y tienen el coraje de perseguirlos". En un mundo impulsado por la Inteligencia Artificial y la rápida evolución tecnológica, es esencial abrazar su potencial transformador, pero también abordar sus desafíos con responsabilidad y ética. A través de la comprensión, la colaboración y la toma de decisiones informadas, podemos moldear un futuro en el que la IA promueva un mundo más feliz para las generaciones venideras.

*** David Cierco Jiménez de Parga, CEO Next Tech & AI Labs.

 

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