Los incendios forestales son uno de los problemas estacionales más graves a los que tiene que hacer frente España. Amenaza de la biodiversidad, del patrimonio natural e incluso de la economía local de las zonas afectadas, el fuego es un problema recurrente que, verano a verano, consume amplias zonas de nuestra geografía. Los números que ofrece el Ministerio de Transición Ecológica, además, remarcan la creciente incidencia en términos de cantidad y de superficie quemada, que ambas marcan ya, en lo que llevamos de 2023, cifras superiores a las de todo 2022.
Los medios con los que cuente una zona concreta para minimizar estos daños resultan determinantes para dar una respuesta rápida y efectiva cuando saltan las alarmas. Pero lo incontrolable de muchos de estos fuegos exige mantener plenamente operativas otro tipo de estrategias que ataquen el problema desde otros puntos de vista, más aún cuando el cambio climático añade otra variable a la ecuación: el de las temperaturas cada vez más altas y unas precipitaciones cada vez más escasas.
En este ecosistema de alerta, la prevención es el gran pilar en torno al que todos podemos contribuir para que, allí donde haya presencia humana, respetemos el entorno y dejemos un mínimo impacto. Al margen de la educación y el sentido común, en esta tarea también tenemos un aliado eficaz: la tecnología. Herramientas como la inteligencia artificial han llegado para quedarse en muchos ámbitos y aquí resulta igualmente poderosa para apoyar la tarea de vigilancia, tan importante a la hora de reaccionar ante un incidente de este tipo. Es precisamente en la tecnología en lo que se apoya Naturgy para desplegar un sistema de vigilancia automático a través del análisis de imágenes y datos tomados por cámaras instaladas en torres y tendidos eléctricos.
UFD, la distribuidora eléctrica de la multinacional energética, ha comenzado a desplegar en España su solución Fire Detection para anticipar la detección de incendios y preservar del fuego a grandes masas forestales. Instalará en una primera fase 20 dispositivos que cubrirán un área de aproximadamente 430 km2 en la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés, en la provincia de Ourense (Galicia), un espacio natural de alto valor ecológico. El grupo extenderá en una segunda fase la instalación de estos dispositivos a otras áreas geográficas.
Monitorización en tiempo real
La herramienta analiza y extrae en tiempo real la información de las imágenes que obtienen estas cámaras, ubicadas en las torres de alta y media tensión, a través de algoritmos de inteligencia artificial. Con ello, Fire Detection es capaz de identificar indicios de fuego y humo en un alcance de hasta dos kilómetros en grandes extensiones e incluso en zonas de difícil acceso que, por sus propias características, suelen complicar mucho la actuación de los servicios de emergencias. De ahí que una alerta temprana ayude mucho en estas situaciones.
La utilidad de Fire Detection es evidente ya que, una vez que el sistema detecta posibles señales de fuego, las transmite a un centro de control desde el que se activan los protocolos de avisos a los servicios de emergencia y extinción. Para redundar en la fiabilidad del proceso, también se despliegan sensores IoT (Internet of Things) que ayudan a eliminar los ‘falsos positivos’ y, por ende, a optimizar los recursos disponibles. Estos sensores toman en consideración parámetros ambientales como la temperatura, la humedad o la presión atmosférica para establecer diferentes niveles de riesgo según las condiciones de cada momento.
En paralelo a esta importante función preventiva en cuanto a incendios forestales, esta infraestructura que configura Fire Detection también tiene otro abanico de utilidades muy relevante para el grupo Naturgy. Por ejemplo, sirve para monitorizar el estado de las propias torres eléctricas durante episodios meteorológicos extremos o incluso para detectar intrusiones en zonas restringidas que se hallen próximas a esta red por motivos de seguridad.
Un sistema inteligente y sostenible
Dado que el despliegue de Fire Detection está previsto en emplazamientos de especial singularidad natural, otra de las premisas que ha tenido Naturgy a la hora de poner en marcha este sistema es el máximo respeto por la sostenibilidad tanto en la instalación como el funcionamiento de cada uno de los dispositivos. Por eso, para que funcionen adecuadamente se ha optado por dotar a cada cámara de una alimentación a partir de energía fotovoltaica que se puede almacenar para que el sistema permanezca atento y sin interrupción las 24 horas del día durante los 365 días del año.
Esta preocupación por la sostenibilidad es, de hecho, uno de los criterios que han contribuido a que el sistema Fire Detection haya sido premiado en los enerTIC Awards 2021, junto a lo innovador de su planteamiento y a la búsqueda de soluciones para la protección del medio ambiente a través de la digitalización y la eficiencia energética.
El éxito y la utilidad de Fire Detection es algo de lo que todos nos beneficiamos. Pero que, por otra parte, responde a un compromiso más amplio por parte de Naturgy y que se traduce en una firme apuesta por plantear iniciativas que ayuden a conservar la biodiversidad, el capital natural y el patrimonio cultural en los entornos de sus instalaciones. Se trata de reducir o minimizar el impacto ambiental negativo de su actividad.
En este sentido, Naturgy enarboló cerca de 345 iniciativas de biodiversidad solo durante el pasado año. Y no únicamente en España, sino en todos los países en los que está presente la compañía. Este catálogo de iniciativas en torno a las infraestructuras de la empresa es clave dada la penetración en el mercado de Naturgy. UFD, su distribuidora eléctrica, por ejemplo, da servicio a cerca de 3,8 millones de puntos de suministro a través de una red de 115.000 kilómetros de líneas de alta, media y baja tensión con presencia en Galicia, donde es el mayor distribuidor de electricidad, Castilla-La Mancha, Castilla y León y la Comunidad de Madrid.
Esta red exige una constante atención para garantizar la calidad del servicio, para lo que la compañía ha invertido aproximadamente 1.270 millones de euros en el último lustro para reforzar estas instalaciones. En general, buena parte de estas partidas se han destinado a la innovación y la puesta en marcha de herramientas basadas en nuevas tecnologías que redundan en la precisión y eficiencia de todo el engranaje de distribución eléctrica. Así, dispositivos de telemedida y telegestión de puntos de suministro, telecontrol y sensorización de las redes, entre otras medidas, han ido en esta dirección.
Este conjunto de actuaciones han conseguido que el indicador que mide la calidad del suministro eléctrico, el tiempo de interrupción equivalente a la potencia instalada (TIEPI), haya mejorado un 22% en los últimos cinco años con una interrupción media del servicio de 35,4 minutos en 2022. Esta cifra es un 35% mejor que la última media nacional publicada, una buena noticia que demuestra que la excelencia en la prestación de servicios puede alcanzarse también atendiendo a la preocupación medioambiental.