Antes incluso de que se popularizara la aviación comercial, el concepto de un modo de transporte basado en los tubos de vacío ya se estudiaba. El británico George Medhurst diseñó en la primera década del siglo XIX un sistema de entrega de mercancías ligeras mediante tubos de vacío. Sobre esa idea planteó el primer modo de transporte basado en esta tecnología.

Tras décadas sin captar la atención mediática tuvo que ser Elon Musk, quien sino, el encargado en volver a popularizar esta idea poniendo en marcha un reto a nivel mundial para poner en marcha conceptos viables de este modo de transporte. Gracias a ello, Hyperloop se ha convertido en una de las alternativas en materia de movilidad que más interés está despertando en los últimos años

El que ha sido bautizado como el quinto medio de transporte, está basado en la idea de que los vehículos leviten y viajen a través de una red de tubos a baja presión, minimizando la fricción del aire y del suelo. Gracias a ello se propiciaría la posibilidad de alcanzar velocidades de hasta 1.000 kilómetros por hora con un coste energético mucho menor a otras alternativas para recorrer distancias entre 400 y 1.500 kilómetros.

La compañía española Zeleros ha conseguido erigirse como uno de los proyectos de esta iniciativa con más potencial. Ahora, tras poner en marcha una serie de avances de su concepto, ha lanzado su visión sobre el impacto que una red mundial de Hyperloop tendría sobre el transporte mundial.  

Un mercado de 271.000 millones 

Según los cálculos de Zeleros, una red de Hyperloop podría concentrar 1.475 millones de viajeros al año a partir de 2050. Según esta visión la red mundial tendría 88.500 millones de kilómetros y ahorraría 6.288 millones de toneladas de CO2. Todo ello sumaría una oportunidad de negocio anual de 271.000 millones.

En lo que respecta a Europa, una red consolidada podría transportar 310 millones de pasajeros al año. Del mismo modo, hasta 5,5 millones de toneladas podrían utilizar Hyperloop para ser desplazadas. Gracias a ello, el estudio pronostica una reducción de más de 1.319 millones de toneladas de emisiones de CO2 durante su vida útil.

El estudio predice para Estados Unidos un impacto aún más importante. En concreto, 360 millones de pasajeros podrían utilizar Hyperloop al año. En el caso de las mercancías, más de 6,5 millones de toneladas podrían pasar de otros modos de transporte a esta nueva opción. En este caso la oportunidad de negocio se iría a los 66.000 millones al año.

Gran oportunidad para China

En el caso de China, las estimaciones son similares a las de los Estados Unidos. En las previsiones de Zeleros, hasta 350 millones de ciudadanos optarían por Hyperloop para desplazarse por el país. Una red que debería contar con 21.000 kilómetros de distancia para unos ingresos potenciales de 64.000 millones

La próxima década será clave para que todo el ecosistema en torno al concepto de Hyperloop pase de la parte teórica y las primeras pruebas de concepto a mostrar propuestas realistas y aplicables. En un contexto en el que los objetivos de descarbonización son una prioridad para gran parte de los países occidentales, esta propuesta va a tener apoyo suficiente para seguir progresando.

Así las cosas, compañías como Zeleros se enfrentan a una oportunidad prácticamente inédita en lo que va siglo. La puesta en marcha de un nuevo sistema de transporte como este supondría un cambio de paradigma tanto en lo que se refiere a los desplazamientos como al desarrollo de las propias ciudades. Sólo el tiempo dirá cuanto de esta visión termina por confirmarse y qué parte se queda del lado de la ciencia ficción. 

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