La pandemia que estamos viviendo supone una oportunidad de considerar nuestras opciones para el futuro de nuestro planeta y nuestra economía. La idea de "crecer de forma sostenible" parece estar ganando fuerza.

Esto requerirá una importante inversión y un modelo de crecimiento ad hoc. En este sentido, España aprobó en junio de 2020 la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC). Además, el sector bancario está promoviendo una nueva era de financiación sostenible que sea capaz de apoyar la inversión requerida. Así lo demuestra el reciente informe Responsible banking practices 2021 elaborado por Mazars, que señala que actualmente el 82% de los grandes bancos del mundo desarrolla una oferta de productos responsables, en comparación con el 47% del año anterior.

Sin duda, la crisis de la Covid-19 supone una llamada de atención para los gobiernos, las empresas y la sociedad. Cada vez se tiene más en cuenta que el bienestar económico se basa en factores externos como un planeta "saludable", algo que sólo se puede lograr invirtiendo bajo criterios a más largo plazo. España no es una excepción a esta tendencia y actualmente se encuentra en el puesto número 22 (de 193) del ranking en desarrollo sostenible que elabora SDSN (Sustainable Development Solutions Network).

La Encuesta de Financiación e Inversión Sostenible 2020 de HSBC, que sondeó a 2.000 participantes del mercado de capitales en todo el mundo con respecto a sus actitudes en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), descubrió que la pandemia reforzó el compromiso ESG en cerca del 30% de los inversores y del 40% de las empresas encuestadas.

En 2020, se emitieron a nivel mundial 404.600 millones de euros en financiación sostenible y como apunta la agencia de calificación Moody’s, la emisión mundial de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad alcanzará los 535.630 millones de euros en 2021.

En lo que llevamos de año, se han emitido en todo el mundo un total de 45.420 millones de dólares en bonos verdes. Esta cifra supera en un 29,7% la de los dos primeros meses de 2020, que estuvo cerca de los 35.500 millones de dólares.

En 2020, se emitieron a nivel mundial 404.600 millones de euros en financiación sostenible

Las instituciones financieras, junto con sus clientes, reguladores, gobiernos y la sociedad en general, tienen un papel crucial que desempeñar trasladando estas tendencias a una hoja de ruta de inversión para transformar la economía.

Los bancos pueden contribuir de numerosas maneras: invirtiendo en soluciones climáticas de próxima generación, apoyando la descarbonización y ayudando a los clientes empresariales a identificar las oportunidades de inversión sostenible. Con este fin, HSBC ha anunciado planes ambiciosos para apoyar a los clientes con capitales de financiación e inversión entre 750.000 millones de dólares y un billón de dólares para 2030, con el fin de ayudarles en su transición hacia una economía neta cero.

Europa está a la vanguardia de esta transición. La UE aspira a ser neutral en materia de clima para 2050. En este sentido, llevará a cabo una serie de iniciativas que protegerán el medio ambiente e impulsarán la economía verde, como el Pacto Verde Europeo que requerirá alrededor de un billón de euros de inversión.

En el contexto de la crisis de la Covid-19, la UE ha anunciado el fondo Next Generation de 750.000 millones de euros, destinado a apoyar los planes de recuperación de los estados miembros.

El 37% de los recursos del fondo deben contribuir a la transición climática.  España recibirá más de 140.000 millones de euros de este fondo con el objetivo de reparar los daños causados por la Covid-19 y transformar la economía, lo que supone sin duda alguna un extraordinario impulso para alinear la sostenibilidad con un nuevo modelo de crecimiento viable.

Como es lógico, para que este nuevo modelo tenga éxito en España, se necesitan importantes inversiones en ámbitos como las ciudades sostenibles, la economía circular, la energía renovable, el crecimiento azul limpio (es decir, las comunidades costeras, los puertos y el transporte marítimo), el ecoturismo, la agrotecnología y los proyectos de adaptación al cambio climático en todo el país.

España necesita importantes inversiones en ámbitos como las ciudades sostenibles

El número de empresas del país que buscan invertir en proyectos que promuevan el desarrollo sostenible o minimicen su huella energética está aumentando. La sostenibilidad ocupa un lugar destacado en la agenda política, pero el mercado de la financiación "verde" se encuentra todavía en una fase más temprana.

España se situó el año pasado como el décimo mayor emisor, y como el quinto de la Unión Europea, solo por detrás de Alemania, Francia, Países Bajos y Suecia[1]. Este es un hecho relevante, pero todavía hace falta desarrollar las herramientas de financiación verde necesarias para apoyar el desarrollo sostenible. Esto no sólo ocurre en España.

A pesar de los progresos que hemos logrado a nivel mundial, la financiación sostenible sigue representando sólo una pequeña proporción de los mercados de capitales globales y ahora existe un imperativo mundial para convertir este nicho en una corriente principal.

Esta es la razón por la que las instituciones financieras, las grandes y pequeñas empresas, los responsables políticos y los reguladores deben colaborar en la sincronización de las acciones para construir la reparación del planeta a medida que nos vayamos recuperando de la Covid–19, con el objetivo de fomentar un nuevo capítulo que haga más verde la economía española.

*** Greg Clark es director global de ciudades futuras y nuevas industrias de HSBC Bank PLC.