El desarrollo de la tecnología y el incremento de las posibilidades que ofrecen las redes han abierto nuevos caminos en todos los ámbitos de la actividad humana. Y esto resulta especialmente cierto en todo lo relativo al entorno de los negocios donde, cada vez con mayor frecuencia, se tiende a una orientación más enfocada a la concepción de internet como un entorno donde hallar nuevas oportunidades, hacer todo tipo de gestiones administrativas o, en muchos casos, fomentar el teletrabajo entre los empleados.

Se trata, por tanto, de llevar la operativa normal, física, tan tradicional como limitada, a un entorno que multiplica las oportunidades y que conlleva innumerables ventajas. Sin embargo, en paralelo a la multiplicación de opciones que han traído estos nuevos ecosistemas virtuales, surgen también retos y dudas para quienes aún no han decidido dar el paso de asumir internet como un escenario más de su rutina.

Este hecho, y el que aún exista una cierta percepción de desconfianza sobre este entorno en base a su complejidad, ha provocado que muchos negocios hayan sentido una especie de salto al vacío al afrontar su digitalización. Sin embargo, este año y por culpa de la pandemia, la situación les ha empujado a acelerar esta fase. Y es que debido a las restricciones de movilidad o a los períodos de confinamiento, muchos de los pequeños y medianos negocios y empresas de España, que constituyen buena parte de su tejido empresarial, se han visto obligadas a mirar hacia la red como una forma de sobrevivir en este contexto.

La digitalización, una tendencia de futuro

Pero no hay que recurrir a situaciones que transmitan tal dramatismo. La digitalización ya era una tendencia al alza antes de esta pandemia y el problema que nos azota no ha hecho más que ensalzar el valor y las ventajas de estos mecanismos que han cambiado buena parte de las rutinas de casi todas las empresas, independientemente de su tamaño y sector de actividad.

Así, muchas han dado paso al teletrabajo, a las reuniones virtuales, a los pedidos online, a la gestión de sus inventarios de forma remota… son algunas de las opciones más evidentes, pero, como decíamos, todo este nuevo esquema requiere inversión en tiempo, en dinero y, sobre todo, en conocimientos para aplicar las mejores soluciones en base a la dimensión del negocio y de sus necesidades.

Porque, a diferencia de lo que muchos antes de dar este paso, un trabajo digitalizado y conectado es mucho más que encender el ordenador desde una oficina improvisada en casa. Se trata de dotar a todos los empleados de un entorno virtual accesible, exclusivo y que, ante todo, prime la seguridad en todo momento ya que, como sucede en un local físico, la intrusión de elementos externos es del todo indeseable, más aún cuando están en juego los recursos, la información y, en último caso, la reputación y la viabilidad de la empresa.

De esta manera, disponer de herramientas de asesoramiento durante el proceso de establecer una infraestructura propia para canalizar todo el flujo de trabajo de una empresa en internet se antoja una solución ideal para quienes quieren optimizar sus sistemas o, por supuesto, para quienes quieren empezar a dar sus primeros pasos en este entorno.

Se trata de una forma de combatir la crisis sobrevenida por la pandemia pero, sobre todo, de empezar a construir un futuro en el que, como se ha señalado, la digitalización es y será un hecho.

Soluciones profesionales

Y en el núcleo de este paradigma, la conectividad. Es el eje en torno al cual se articula todo lo demás y donde más necesario es aplicar los mejores mecanismos para que, como dice la sabiduría popular, no se construya la casa por el tejado. Aquí los cimientos ayudan a estabilizar el negocio, a aportar seguridad y agilidad para que toda su actividad mantenga la máxima fluidez, incluso hablando de empresas de cierto tamaño. Porque esta necesidad es común a todas, y resulta especialmente útil en un contexto en el que, no solo por motivos laborales, el auge de servicios en la nube compromete la calidad de las conexiones en ámbitos no profesionales.

Implantar estas soluciones y acompañar a sus clientes es una de las labores que han posicionado a Vodafone como el mejor compañero de viaje en esta transición hacia lo digital que, con su Conectividad Aumentada Plus, va un paso más allá y amplía todas sus funcionalidades para ofrecer un servicio más especializado si cabe y, lo más importante, personalizado y adaptado a las necesidades de cada empresa.

Su catálogo de opciones ayuda al empresario a establecer una red privada virtual entre las sedes de la compañía y entre los empleados sin necesidad de invertir en nuevos equipos, y con la que, por ejemplo, dinamizar el uso del ancho de banda para tareas prioritarias. Como complemento a estas funciones se añade un servicio de seguridad (firewalls) que garantiza la plena operatividad sin riesgo de agresiones externas, páginas que puedan resultar peligrosas o prevenir el uso de aplicaciones no productivas.

Además, Vodafone aporta un valor añadido a estos servicios con la incorporación a estos paquetes de funcionalidades pensadas para la gestión de los recursos humanos y de los altos cargos en este entorno como el cuadro de auto-gestión de usuarios y teletrabajadores o el portal de visualización de parámetros y estadísticas en tiempo real. Todo, con el trabajo del personal experto de la compañía de telecomunicaciones para poner en marcha este ecosistema propio y resolver todas las dudas técnicas. De este modo, el éxito (también en lo digital) estará cada vez más próximo y a prueba de cualquier eventualidad.