Bruselas

El socialista holandés Jeroen Dijsselbloem podría tener los días contados como presidente del Eurogrupo. La polémica por sus declaraciones contra los países del sur, a los que acusa de gastarse el dinero en "copas y mujeres", se ha intensificado este miércoles y amenaza con costarle el puesto. Después de que Dijsselbloem se negara a disculparse en la Eurocámara, el Gobierno socialista portugués ha pedido oficialmente su dimisión y también el ex primer ministro italiano, Matteo Renzi, le exige que se vaya "lo antes posible".

"Como socialdemócrata, atribuyo a la solidaridad una importancia excepcional. Pero el que la solicita, tiene también obligaciones. Uno no puede gastarse todo el dinero en copas y mujeres y pedir luego que se le ayude", dijo este lunes Dijsselbloem en una entrevista al periódico alemán Frankfurter Allgemeine. Estas palabras de trazo grueso contra los países rescatados por la UE -Grecia, Portugal, Chipre, España, pero también Irlanda- son las que han detonado la polémica.

Pero Dijsselbloem no está dispuesto a pedir perdón ni tampoco a dejar el cargo. Sostiene que sus declaraciones han sido malinterpretadas y lamenta que los países del sur se hayan sentido aludidos. "No voy a dimitir", ha dicho este miércoles a la prensa holandesa. Sus palabras deben entenderse en el contexto de "una cultura calvinista estricta y el carácter directo de los holandeses". "Me doy cuenta de que esto no se entiende ni se aprecia en otros lugares de Europa, así que es una lección que debo aprender", ha alegado.

Comentarios racistas y sexistas

"Europa sólo será creíble como proyecto común el día en el que señor Dijsselbloem deje de ser el jefe del Eurogrupo y se disculpe claramente ante todos los países y los ciudadanos que han sido profundamente ofendidos por sus declaraciones", ha dicho el primer ministro portugués, Antonio Costa. Los comentarios del político holandés, ha añadido, son "racistas, xenófobos y sexistas".

"El presidente del Eurogrupo no reúne las condiciones para continuar", ha coincidido el ministro de Asuntos Exteriores luso, Augusto Santos Silva, en una declaración oficial. "Esta idea de gente que se gasta el dinero en vino y mujeres es una forma de expresarse que no es propia de un ministro de Finanzas de un Gobierno europeo y mucho menos del presidente del Eurogrupo", afirma Santos Silva.

Por su parte, el ex primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha lamentado "los chistes estúpidos contra los países del sur de Europa, incluyendo a Italia y España". "Una persona como Dijsselbloem, que aunque no lo parezca también pertenece al Partido Socialista Europeo, no merece ocupar el cargo de desempeña", afirma Renzi. Y le recuerda al holandés que su formación, el PvdA, se ha despeñado en las elecciones holandesas, pasando del 25% al 5% de los votos.

Desde el otro lado del espectro político, también el presidente del grupo popular en la Eurocámara, el democristiano alemán Manfred Weber, del mismo partido que la canciller Angela Merkel, ha arremetido este miércoles contra el presidente del Eurogrupo. "La eurozona se basa en la responsabilidad y la solidaridad, pero también en el respeto", le ha reprochado Weber.

En la polémica ha terciado la todopoderosa comisaria de Competencia, la liberal danesa Margrethe Vestager, que considera que las palabras de Dijsselbloem "son un error". "Yo no las hubiera dicho", ha zanjado. El Ejecutivo comunitario se ha distanciado del político holandés. Su presidente, Jean-Claude Juncker, "siempre ha expresado respeto, simpatía y amor por el flanco sur" de la UE, ha afirmado su portavoz, Margaritis Schinas.

Pero también en su propio partido desautorizan al presidente del Eurogrupo. "Las ofensivas declaraciones de Dijsselbloem son inaceptables. Una auténtica vergüenza que un representante de nuestra familia política desafíe la unidad, el respeto y la solidaridad", ha escrito el presidente del Partido Socialista Europeo, Sergei Stanishev, en su cuenta de Twitter.

Rechazo unánime entre los partidos españoles

Por su parte, el Gobierno español, que fue el que lanzó la ofensiva contra Dijsselbloem tras sus declaraciones contra los países del sur, ha eludido este miércoles pedir abiertamente su dimisión. "Las declaraciones me parecen desafortunadas desde el punto de vista de la forma y del fondo", ha repetido el ministro de Economía, Luis de Guindos, en el Congreso. Y ha lamentado que el holandés no haya pedido disculpas. "Esperaba que se hubiera arrepentido", ha apuntado.

A la campaña contra Dijsselbloem se han sumado la práctica totalidad de las fuerzas políticas españolas. Tanto el eurodiputado del PP Gabriel Mato, como el de Iniciativa per Cataluña-Verds (ICV), Ernest Urtasun, le exigieron este martes en la Eurocámara que pidiera disculpas, pero el presidente del Eurogrupo se negó a hacerlo. También el PSOE e Izquierda Unida han criticado su actitud y han reclamado que deje el cargo.

Dijsselbloem ocupa la presidencia del Eurogrupo desde enero de 2013. En julio de 2015 fue reelegido derrotando a Guindos, que había presentado su candidatura apoyado por Alemania. El holandés ha dicho esta semana que pretende agotar su mandato, que expira en enero de 2018, pese al hundimiento de su partido y a que dejará de ser ministro de Finanzas en la nueva coalición del primer ministro, Mark Rutte. Incluso sugiere que intentará repetir si la presidencia del Eurogrupo se convierte en un cargo a tiempo completo.

Guindos, considerado favorito para suceder a Dijsselbloem, asegura que "en principio" no es candidato. Pero no le han gustado las maniobras del holandés para aferrarse al cargo y ha criticado la ambigüedad de las reglas para elegir al presidente del Eurogrupo.

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