Tradicionalmente España necesitaba crecer al 2% para crear empleo. Este era uno de los graves problemas del país, ya que un ritmo del 2% es muy alto como para mantenerlo de forma sostenida, lo que, en última instancia, condena al país a tener unas tasas de paro elevadas. Corregir esta situación era uno de los objetivos prioritarios de la reforma laboral que aprobó el Partido Popular en cuanto empezó su legislatura en el año 2012 y también era una de las principales exigencias de Bruselas.

Un estudio de Daniel Fernández Kranz para Funcas demuestra con datos empíricos como “a partir de 2012 la economía española destruye menos empleo por cada punto porcentual de crecimiento del PIB y a la vez es capaz de crear más empleo cuando la economía crece”. De hecho, ahora es capaz de crear empleo con ritmos de crecimiento inferiores al 2%. Los datos quedan reflejados en el siguiente gráfico en el que cada punto representa a un trimestre. En horizontal aparece la evolución del PIB interanual y en vertical la evolución interanual de la ocupación con los datos de la EPA.

El gráfico muestra una línea creciente que marca la tendencia histórica de cuánto crece el empleo en función de la evolución del PIB. En azul están los trimestres posteriores a la aprobación de la reforma laboral y todos ellos se sitúan por encima de la línea creciente de puntos. Esto significa que para cada nivel de PIB la evolución del empleo es mejor de la que había desde 1987, incluso superior a la que hubo durante la recuperación de la crisis económica de los noventa.

Antes de 2012 la creación neta de empleo se da solamente a partir de tasas de crecimiento del PIB superiores al 2%

Las cifras reflejan que en los dos trimestres posteriores a la reforma laboral en los que el PIB creció entre un 1% y un 2% se creó empleo. Es la primera vez en toda la historia reciente de España (el estudio se retrotrae hasta 1987), hasta entonces con estos ritmos de crecimiento se destruía empleo. De hecho, se observa la línea del 2% como cota mínima a partir de la cual, el país empezaba a generar puestos de trabajo. “Antes de 2012 la creación neta de empleo se da solamente a partir de tasas de crecimiento del PIB superiores al 2%”, remarca Funcas. Esta tendencia queda refutada con los primeros datos posteriores a la reforma laboral. 

Las condiciones excepcionales de esta crisis invitan a la prudencia, será importante conocer cómo se comporta el mercado de trabajo una vez que la economía se ralentice, incluso cuando encare la próxima recesión. ¿En esos momentos, cuando el PIB se ralentice por debajo del 2%, se seguirán creando puestos de trabajo?

¿Todo bien?

Si se confirma este cambio de tendencia del mercado laboral sería una de las mejores noticias económicas que podría recibir España. Sin embargo, hay un pero que amenaza con echar por tierra todas las esperanzas: el aumento de la temporalidad. El estudio de Funcas pone de manifiesto que la creación de puestos de trabajo a partir de la reforma laboral del PP se asienta sobre contratos temporales.

“En el periodo posreforma, la creación de empleos con contrato temporal es muy superior a la línea de tendencia que dibujan los datos previos a la reforma de 2012”, explica el autor del estudio. La mayor parte de los puntos azules, que indican trimestres posteriores a la reforma laboral, se sitúan muy por encima de la línea de tendencia, lo que demuestra que, para cada nivel de crecimiento del PIB, el ritmo de creación de puestos de trabajo temporales es superior.

En el periodo posreforma, la creación de empleos con contrato temporal es muy superior a la línea de tendencia que dibujan los datos previos a la reforma de 2012

El punto de mayor diferencia es precisamente cuando la economía crece menos de un 2%, ahí la contratación temporal se dispara más de un 5%, lo que permite que el balance neto de todo el mercado laboral sea positivo. En otras palabras, si la reforma del PP ha conseguido que se cree empleo cuando la economía crece por debajo del 2% ha sido gracias a la contratación temporal.

Esta precarización de la contratación tiene una consecuencia: España tiene que crecer más para crear el mismo número de empleados indefinidos. Esto es especialmente relevante con tasas de crecimiento superiores al 2%, cuando “el ritmo de creación de empleos con contrato permanente es significativamente inferior al de la línea de tendencia”, alerta Funcas.

Una vez más, hay que tomar este hecho con prudencia y la Fundación así lo advierte: “Esto podría deberse al carácter todavía incipiente de la recuperación económica y será por tanto interesante ver si en un futuro, con la recuperación más afianzada, el empleo con contrato permanente crece a ritmos parecidos o incluso superiores a los que se daban antes de la reforma de 2012”. En los cuatro años que han pasado desde la reforma, el empleo indefinido ha sido siempre igual o peor que la histórica.

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