OHL ha anunciado su intención de vender el 50% que controla en el proyecto Canalejas. El complejo que está destinado a convertirse en uno de los mayores centros de lujo de Europa es, junto con el Old War Office de Londres, una de los dos joyas que le quedan a la maltrecha corona de OHL. La venta de este activo persigue conseguir una jugosa inyección de liquidez para la empresa pero se trata de una operación que tiene letra pequeña.

Las obras de Canalejas han ocasionado el cierre desde el pasado mes de enero del trazado Sol-Retiro de la línea 2 del Metro de Madrid. Unos cortes que se han llegado a ampliar hasta la estación de Ópera durante algunos días de las últimas semanas.

Metro de Madrid tiene suscrito un acuerdo con Centro Canalejas que obliga a los responsables de las obras en la zona a hacer frente a cualquier incidencia que los trabajos generen en el funcionamiento del Metro. El documento certifica que la compañía de transporte podrá solicitar una indemnización si las obras de de construcción de Canalejas afectaban al transporte de pasajeros, como así ha sucedido.

Este elemento promete ser un factor importante a la hora de vender el 50% del complejo. Por un lado, el cálculo de la indemnización promete ser complejo. Ahora mismo, el único dato que se maneja es la reducción de tráfico que ha sufrido la línea debido a los cortes provocados por las obras.

Según un primer cálculo, el corte del tramo Retiro-Sol ha provocado que la línea pase de 240.000 pasajeros diarios a 200.000. Una reducción del 17% del tráfico durante un periodo de tiempo que, por el momento, supera los tres meses. 

El segundo de los factores a tener en cuenta será quién es el responsable de hacer frente a esta indemnización. Pese a que el acuerdo está suscrito entre el Centro Canalejas y el Metro de Madrid, podría darse la interpretación de que la responsable última de la afectación del túnel sea la empresa constructora. Esto eximiría a los accionistas de Canalejas y señalaría sólo a OHL.

Estos dos factores sumados a los plazos pueden afectar a la operación de venta del 50% de Canalejas. Hasta que no terminen los trabajos de reparación de tramo, Metro de Madrid no tiene intención en calcular y pedir la compensación que le corresponde. Se espera que a finales de mayo toda la línea vuelva a funcionar aunque aún no hay una fecha concreta.

Por el momento, el complejo Canalejas ha costeado los trabajos correspondientes a reparar los daños, valorados en 3,5 millones de euros, así como el servicio de autobús que está prestando la EMT mientras las estaciones estén cerradas. Una vez se vuelva a poner en marcha será el turno de valorar la cuantía total.

Los plazos en los que se certifique esta indemnización pueden variar mucho. No es lo mismo si se trata de un proceso amistoso o, por contra, ambas partes no llegan a un acuerdo, y se abre un proceso judicial. Esta última opción podría alargar la resolución del conflicto más allá del calendario que OHL tiene para la venta de su 50% en Canalejas.

Una operación de cientos de millones

El valor actual de Canalejas es una incógnita. OHL y Grupo Villar Mir cerraron la venta del 50% del complejo Canalejas de Madrid a la compañía Mohari Limited, propiedad del empresario e inversor israelí Mark Scheinberg por 225 millones en abril de 2017.

OHL se deshizo de un 17,5% de Canalejas por 78,7 millones de euros, mientras que el Grupo Villar Mir vendió su 32,5% por unos 146 millones de euros. Ahora se espera que la intención de la constructora sea conseguir una cantidad sustancialmente mayor por la parte que le queda. Un precio final en el que el tiempo va a jugar un papel importante.

Fuentes del sector inmobiliario señalan dos hipótesis. Una venta en 2020, fecha señalada por OHL, puede ser un momento que aproveche el tirón inicial de la apertura del centro, prevista para finales de 2019. Los primeros datos pueden generar una sensación de oportunidad a los potenciales compradores que hagan que el precio del complejo toque su máximo. Tras un arranque fulgurante, un complejo de este tipo puede verse afectado por una desaceleración económica o por otros factores externos que hagan caer su precio, por lo que vender justo en la apertura puede ser una buena opción.

Desde otro punto de vista, vender nada más abrir puede minorizar las ganancias. Precisamente un proyecto destinado a los segmentos de mayor nivel adquisitivo del mundo puede tener un arranque lento. Este tipo de público ahora mismo no tiene a Madrid ni a Canalejas en su radar y pueden necesitarse varios años para construir esta demanda. Algo que haría que en el horizonte de 2022 el valor de canalejas fuera sustancialmente mayor que en 2020.

Por último, desde el sector señalan que anunciar que quieres desprenderte de un activo puede estar bien para hacer subir la cotización de la acción de una empresa o para compensar unos resultados flojos como los cosechados por OHL en este trimestre, pero es malo para el precio de ese activo. "Nada vale más que lo que no se quiere vender", señalan estas fuentes.

Así las cosas OHL afronta con Canalejas una operación de venta en la que van a influir muchos factores externos. Parece seguro que no van a faltar pretendientes para hacerse con uno de los activos más preciados que van a salir a la venta en el corazón de Madrid. Queda por ver hasta que punto la maltrecha situación de OHL le obliga a deshacerse de esta joya a precio de bisutería.

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