Borja Prado dice adiós a Endesa, la eléctrica que ha presidido desde hace una década. El directivo no será renovado al frente de la empresa, tal y como intuían sus colaboradores más cercanos, después de una última etapa caracterizada por un constante incremento de las tensiones con la matriz italiana, Enel. Ambas partes tenían discrepancias sobre el futuro de la española.

Pese a que Prado luchó durante su etapa al frente de Endesa por hacer la compañía todo lo española que pudo, las negativas de los italianos a crecer en el extranjero a través de su filial, y una política por la que absolutamente todo el beneficio de la eléctrica se repartía en forma de dividendo no ayudaban a un mejor entendimiento.

Prado sale del grupo con normalidad y deja al frente al consejero delegado de la eléctrica, José Bogas, un gestor de toda la vida. Bogas llevaba un tiempo acumulando poder y cargos en la compañía. Un ejemplo de su nuevo rol lo tuvimos cuando fue él quien participó en la reunión en la que recientemente se llegó a un acuerdo con el Gobierno y con sus rivales sobre el futuro de las centrales nucleares.

La decisión de que Prado salga en abril se produciría así de común acuerdo con los máximos responsables de Enel, la accionista mayoritaria de la eléctrica española, coincidiendo con el final de su mandato. 

En enero, Prado también acordó con la dirección de Mediobanca renunciar a sus funciones como  presidente del área de grandes clientes, lo que suponía dar por terminada su trabajo como asesor del banco transalpino, donde contribuyó a encontrar una solución al acuerdo entre Atlantia y ACS por el control de Abertis. 

El momento del adiós coincidirá, probablemente, con la próxima junta general de accionistas, a celebrarse en abril. Está previsto que la eléctrica española presente sus resultados del ejercicio 2018 el próximo 26 de febrero.  

Cambios en la normativa

La salida de Prado podría provocar una serie de cambios en la empresa. Según ha informado Endesa a través de un hecho relevante, Enel propondrá al consejo que se adapte la normativa interna para limitar el período máximo en que una persona puede ejercer el cargo de Presidente de la Sociedad. Esta modificación supondría que en la próxima Junta General de Accionistas no se pudiese reelegir a Prado tras un periodo continuado de 10 años como Presidente de Endesa y dos años más previamente como miembro del Consejo de Administración, ha informado la compañía a través de un hecho relevante.

Enel ha valorado "muy positivamente" la trayectoria de Prado en la ejecución de sus funciones como Presidente de la empresa. Asimismo, ha agradecido su compromiso, desempeño y buena gestión. 

'Rumore'

Los rumores sobre la salida de Borja Prado de Endesa llevaban varios días sobre la mesa. De hecho, Bloomberg decía hace unas semanas que en Italia daban por amortizada la etapa de su hombre fuerte en España.En los mentideros madrileños se instaló hace unos meses la idea de que Prado, madridista y apasionado del toro de lidia, estaba buscando un nuevo puesto de trabajo que le mantuviese en primera división.

Los rumores apuntaban a Mediaset, otra empresa con capital italiano, especialmente por el hecho de que Prado es hombre de confianza de Paolo Vasile.La salida de Prado probablemente lleve al nombramiento de un presidente no ejecutivo o chairman, con responsabilidades básicamente institucionales. Entre los nombres que se han barajado está el de Juan Rosell.

El importe de su finiquito, que aparejará una cláusula de no competencia, probablemente supere los diez millones de euros. El Confidencial habla, concretamente, de 13 millones, si bien fuentes de la eléctrica consultadas por EL ESPAÑOL no confirmaron ni desmintieron dicha cifra.

El hijo del difunto Manuel Prado Colón de Carvajal, quien fuera durante dos décadas administrador privado del rey emérito Juan Carlos, venía de la banca privada y fue nombrado al frente de la eléctrica, en sustitución de José Manuel Entrecanales, en parte por sus excelentes relaciones institucionales y por su magnífica interlocución en la Casa Real. 

Era una buena maniobra, en una época en la que había que explicar que se había puesto en manos italianas una empresa española de ese tamaño.En su última etapa, Prado puso cada vez más foco en la importancia de la digitalización, los nuevos servicios de valor añadido para el cliente y un foco claro en incrementar el peso de la compañía en las renovables.

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