Las VTC han puesto toda la carne en el asador. Durante esta semana, el sector se ha volcado y ha presionado a Fomento buscando el frenazo o la negociación del nuevo Real Decreto que está a punto de salir del horno.

Primero fueron Uber y Cabify los que lanzaron una oferta a todos sus clientes: tendrían un viaje gratis. Un día más tarde, los trabajadores tiñeron de negro el Paseo de la Castellana para velar por sus derechos. Tras recorrer la arteria principal de la ciudad, se plantaron en las puertas del Ministerio de Fomento mientras algunos de los portavoces entraban al edificio del organismo para entregar las firmas y la petición que frene el famoso Real Decreto.

Una vez que salieron, sin que ningún representante del Ministerio les recibiese, se leyó un manifiesto. Un texto que estaba cargado de dardos punzantes hacia las instituciones públicas y con claros guiños a los usuarios. Así, el derecho a trabajar, el futuro y la libertad de elección fueron las grandes claves del documento que se leyó a viva voz y con un sol de justicia.

Derecho a trabajar

Fue la primera gran consigna durante todo el recorrido que realizaron los trabajadores de las plataformas VTC. “El sector de las VTC no es Uber y Cabify, sino un colectivo de empresas y autónomos que a su vez emplean a más de 15.000 personas, y que actúan con total sometimiento a la Ley y desarrollan sus servicios sobre la base de autorizaciones legalmente otorgadas”, se extrae del manifiesto.

Eduardo Martín, portavoz del Sindicato Libre de Transporte, insistía en la necesidad de que Fomento escuche a las miles de familias que “podrían quedarse en el paro” si el Decreto Ley que puede aprobarse este viernes sale adelante. “Las trabajadoras y los trabajadores del sector VTC sólo queremos ganarnos la vida y hacer nuestro trabajo en condiciones dignas y seguras, dando un servicio de calidad a sus usuarios. Los trabajadores y las trabajadoras de las empresas de VTC tenemos contratos fijos amparados por la normativa laboral española”, puntualizó.

Diálogo entre las partes

Muchos de los usuarios de Uber y Cabify recordarán una campaña publicitaria que inundó medios de comunicaciones, fachadas de edificios y marquesinas. “Hola, Taxi, Hola Manuela. Juntos podemos hacer la vida fantástica. ¿Hablamos?”, se leía en las pancartas. El diálogo siempre ha sido una de las grandes bazas para el sector de las VTC, pero siempre se ha llevado un ‘no’ por respuesta. Tanto de los organismos públicos como del Taxi.

En esta ocasión se volvió a pedir sentarse en una mesa. “Tendemos la mano al diálogo. Es inaudito lo que está ocurriendo. No puede ser que las partes interesadas no se sienten. Hay un Gobierno que predica diálogo y no es así”, puntualizó Martín.

Un nuevo escenario de movilidad

Otro de los grandes retos en el que tendrán que meterse de lleno las instituciones públicas es el de la movilidad. Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao ya ultiman sus nuevas ordenanzas municipales ante el nuevo escenario donde la movilidad compartida adquiere un papel protagonista.

Uber y Cabify han defendido a capa y espada que hay espacio para todos. Tanto ellos, como Taxi, como los coches, motos o patinetes de alquiler por minutos. Todo con un fin: eliminar el mayor tráfico de las grandes urbes para reducir la contaminación. “Hoy estamos aquí para decirle al Gobierno en primer persona que debemos mirar al futuro y no quedarnos apalancados en el pasado. Deben dar un paso con valentía hacia nuevos modelos de movilidad”, se señala en el manifiesto.

En este sentido, las VTC solicitan que se acepten los cambios y oportunidades que brinda la tecnología que “redundará en un aumento del bienestar para todos”.

Libertad de elección y calidad

La limpieza de los coches, el trato con el cliente y el confort del servicio son las grandes bazas de las empresas de VTC. Su fuerte siempre ha sido convencer, con estas armas, a los clientes. Y ellos lo saben.

Por eso, durante buena parte del recorrido y en la lectura del manifiesto, sacaron pecho de sus servicios. “Debemos mencionar el beneficio de los usuarios de los vehículos de VTC que reciben un servicio de alta calidad por unos precios competitivos. La ciudadanía contrata nuestros servicios, está contenta con su calidad y tiene el derecho de elegir la forma de movilidad que más le convenga”, arguyen los empleados.