Bankia se encuentra inmersa en la integración de Bankia y en la elaboración del Plan Estratégico para el período 2018-2020. Una situación de mirada al futuro tras quedar atrás las restricciones impuestas por la Unión Europea tras las ayudas para su reestructuración allá por 2012.

Una etapa a la que se llegó tras la caída de Bankia con Rodrigo Rato en la presidencia, y de la que los gestores de la actual entidad prefieren no hablar. Da igual que el ex presidente haya ido al Congreso a explicar que todo fue desencadenado por el ministro de Economía, Luis de Guindos

De hecho, llegó a acusar al equipo de José Ignacio Goirigolzarri, de haber solicitado demasiadas ayudas. El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha recordado a Rato que fue “la Troika la que hizo los ejercicios de solvencia de toda la banca española”, y no sólo de Bankia.

Un proceso en el que –tras la incorporación de la Sareb- se definieron unas ayudas de 18.000 millones de euros, frente a los 19.000 millones solicitados inicialmente por el equipo de Goirigolzarri. Una cifra que se hizo “a contrarreloj, sin tener en mente la SAREB –porque no estaba prevista- y con la necesidad de tener unos Estados Financieros que pudieran ser auditados”, ha sentenciado Sevilla.

En resumen, que “no se puede acusar a nadie de nada”, afirma el consejero delegado porque tras la intervención de la Unión Europea “se pone el contador a cero”.

En cualquier caso, Sevilla insiste en que no se debe entrar en polémicas. “Es un tema que está judicializado, pero es que además ni estábamos aquí, ni le conozco”, ha sentenciado.

Trata así de zanjar los fantasmas del pasado abiertos por Rato en el Congreso de los Diputados. Sobre todo porque el interés de Bankia en el día de hoy estaba en el negocio, negocio y negocio. La característica que ha primado en la presentación de las cuentas de 2017 en donde Bankia ha obtenido un beneficio de 816 millones de euros, lo que supone un incremento del 1,4% más respecto al año anterior.

Sinergias BMN

En esta ocasión desde Bankia han realizado una provisión basada en los costes que tendrá la fusión con BMN, y que alcanzan los 312 millones de euros. Restada, el beneficio queda en 505 millones de euros, con un descenso superior al 30%. 

De hecho, la intención de Goirigolzarri y su equipo es centrarse en 2018 en la integración de BMN; descartando así protagonizar cualquier tipo de fusión a lo largo del próximo curso. Ni siquiera con el BBVA –rumor recurrente en el mercado- “porque no hay nada encima de la mesa” en este momento.

El objetivo es conseguir que las sinergias sean de 155 millones de euros al término de 2020, una vez que se complete el proceso de integración. Un papel que ya ha comenzado y que culminará con la eliminación de la marca BMN para dejar Bankia como única marca. No sólo eso, es que la integración tecnológica estará lista en marzo.

En este año la entidad ha ganado 158.000 clientes; algunos de ellos habrán llegado por la crisis catalana, aunque -según explica Sevilla- "hubo cierto nerviosismo en octubre en la clientela catalana, y se cerró en octubre. La situación en estos meses es de gran estabilidad en los depósitos". 

Impuesto a las pensiones

Tampoco gusta en los cuarteles de Plaza de Castilla la propuesta de Pedro Sánchez de un impuesto a la banca para financiar las pensiones. Para Sevilla “es importante tener un debate desapasionado sobre pensiones y mirando a su futuro a largo plazo”. Eso sí, recordando que “las ayudas a la banca fueron ayudas a los despositantes”,  ha dicho.

Todo en un contexto en el que en el año 2012 los depósitos garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) eran cercanos a los 60.000 millones de euros, una cifra muy superior a las ayudas recibidas por la entidad. De ahí que reclame “ponerlo en perspectiva” a la hora de poner en marcha nuevos debates sobre este tema.

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