Bruselas

La ofensiva de Bruselas para acabar con la elusión fiscal de los gigantes de internet de Estados Unidos, como Google, Facebook o Twitter, parece imparable. El tipo impositivo efectivo que pagan las plataformas digitales en Europa (apenas el 9% de media) es menos de la mitad que el de los modelos de negocio tradicionales (21%) debido a los agujeros legales y al mosaico de normativas contradictorias en los Estados miembros, según un estudio publicado este jueves por la Comisión.

Todos los Gobiernos están de acuerdo en que las multinacionales deben pagar más impuestos en Europa. Pero discrepan sobre la mejor receta para lograrlo. Y los países que más se benefician del actual estado de cosas, como Irlanda o Luxemburgo, donde estas plataformas transfieren sus beneficios por sus bajos tipos impositivos, se resisten a cualquier iniciativa. El resultado es la parálisis, porque en la UE todas las decisiones sobre impuestos deben aprobarse por unanimidad de los 28.

Consciente de este bloqueo, Bruselas ha presentado este jueves un menú con diferentes opciones en lugar de una solución única. La alternativa más novedosa es una nueva tasa que gravaría los ingresos publicitarios de los gigantes de internet. "En materia de fiscalidad, la Comisión aplica un principio simple: las empresas deben pagar sus impuestos donde realizan sus beneficios. Las compañías digitales que no tienen una base física ni tiendas pero que logran beneficios enormes en la UE no deben ser una excepción a esta regla", ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

Estas son las principales alternativas que propone el Ejecutivo comunitario para aumentar la factura impositiva de los gigantes de internet. Estarán en la agenda de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE consagrada a la economía digital que se celebra el 29 de septiembre en Tallinn (Estonia).

Un acuerdo a nivel mundial

La opción preferida de Bruselas sería lograr un acuerdo a nivel mundial sobre "soluciones apropiadas y significativas" para gravar la economía digital. Pero tampoco está dispuesta a esperar eternamente. Este pacto internacional debe lograrse de aquí a primavera de 2018, basándose en un estudio que la OCDE tiene previsto presentar a principios del año que viene al G-20. Si no hay acuerdo entre las principales economías del mundo, algo improbable teniendo en cuenta sus intereses divergentes, la UE actuará por su cuenta.

La reforma del impuesto de sociedades

A nivel de la UE, la Comisión cree que la mejor receta sería la creación de una base imponible consolidada común para el impuesto de sociedades. Los ministros de Finanzas ya tienen sobre la mesa una propuesta que data de octubre de 2016, y Bruselas está dispuesta a enmendarla para que "capture de forma eficaz las actividades digitales". El problema es que la reforma del impuesto de sociedades lleva discutiéndose en la UE desde al menos 2011, sin ningún avance. A las discrepancias entre los Estados miembros se suma la extremada complejidad del expediente. De momento parece una vía muerta.

Un impuesto sobre el volumen de facturación

Es el plan que han presentado conjuntamente las grandes potencias de la UE: Alemania, Francia, Italia y España. Se trata de una solución a corto plazo, a la espera de que se reforme el impuesto de sociedades. Consistiría en un impuesto de igualación que se aplicaría sólo a los gigantes de internet y que gravaría el volumen de negocios en lugar de los beneficios. Las cantidades recaudadas tendrían que reflejar lo que estas compañías tendría que estar pagando en concepto de sociedades. Pero el plan fue recibido con frialdad cuando se discutió por primera vez en el Ecofin del pasado sábado en Estonia.

Una tasa a los ingresos publicitarios

Bruselas propone otras dos soluciones que podrían aplicarse a corto plazo. En primer lugar, una tasa sobre los ingresos publicitarios de los gigantes de internet. En la actualidad, Google y Facebook absorben una cuota importante del dinero gastado en publicidad digital, con lo que esta iniciativa podría generar importantes ingresos. Sin embargo, la Comisión no da ningún detalle de cómo funcionaría esta nueva tasa. La otra alternativa que plantea el Ejecutivo comunitario es una retención fiscal que se aplicaría a las transacciones digitales. Tampoco aquí da más detalles. Pero incluso para las soluciones a corto plazo se necesita un apoyo unánime de los 28, un consenso que en estos momentos parece imposible.

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