De “nuestra web es una mierda” a “hoy sí creo en la telecompra”. Entre una frase y otra, las dos del presidente de Mercadona, Juan Roig, solo pasaron seis meses. Las dos declaraciones se hicieron en 2017. La primera, en la presentación de resultados de la valenciana, en marzo; la segunda, en el Congreso Aecoc de Gran Consumo, en octubre.

Y es que 2017 ha sido un año definitivo para la cadena en lo que apuesta online se refiere. Al menos sobre el papel. Una apuesta que no está siendo pasada por alto en el sector, ya que Mercadona cuenta con cerca del 24% de la cuota de mercado en España. No obstante, todos sus principales competidores la han adelantado hasta ahora en su estrategia online. A Mercadona no le interesaba y restaba importancia al auge del comercio electrónico. Sin embargo, la percepción de la cadena ha cambiado.



Al frente de este cambio se encuentra la hija menor del presidente de la compañía, Juana Roig, que es responsable del área digital desde enero. Ella lidera un equipo de veinticuatro personas expertas en ingeniería (expertos en Android e iOS, Frontend y Backend o enSite Reliability), producto (product manager) y diseño (diseñadores de producto y expertos en experiencia de usuario).



Un equipo digital

La web de Mercadona Tech desprende cierto olor a startup, salvando las distancias. Entre los que forman parte del equipo, profesionales con más de diez años en la compañía como Tamara Cañavate, jefa de operaciones, oJavier Giménez, gerente de proveedores; un ex Ebay, Fernando Díaz, como director de ingeniería; un ex director de producto en Fever, Javier Querol; una ex Flywire, Paula Cayuela, diseñadora de producto; una ex Amazon, Sara García, para experiencia cliente; o el director de producto José Pérez-Agüera, que tiene una larga trayectoria en empresas tecnológicas y ha pasado por Tuenti, Amazon y Jobandtalent.



Todos ellos forman parte del equipo que, de momento, no ha hecho públicos los avances; todavía la futura nueva web de Mercadona es un laboratorio en Valencia. Funciona, además, de forma totalmente aislada a las tiendas físicas. "Hemos hecho un spin-off, una separación de Mercadona dentro de Mercadona compartiendo modelo y producto pero con total libertad para que se desarrolle", apunta Roig. Una separación que no será eterna.

La mayor velocidad de entrega y la omnicanalidad son esenciales; por lo tanto, la fusión entre las tiendas físicas y la parte online de las cadenas tiene que ser absoluta. Las ventajas son evidentes. Mientras Amazon tiene que buscar almacenes desde donde poder distribuir sus pedidos, las cadenas tradicionales pueden aprovechar sus tiendas tanto para entregar los pedidos como para prepararlos.

"Al 99% pienso que va a salir bien"



El presidente de la valenciana se muestra optimista con los avances internos, pero tampoco quiere darlo por conseguido. "Al 99% pienso que va a salir bien. No sabemos qué va a pasar, pero lo iremos viendo", dijo en octubre. Previsiblemente, sea 2018 el año en el que la nueva web vea la luz.



Es cierto que, hoy por hoy, la compra de alimentación a través del canal online supone todavía una parte muy pequeña, casi imperceptible, en las cuentas de las grandes cadenas de distribución. La facturación del comercio electrónico en España alcanzó en 2016 la cifra de 24.185 millones de euros, un 20,8% más que en 2015, según la CNMC.



Por sectores, las industrias con mayores ingresos en el último trimestre del año señalado fueron las agencias de viajes y operadores turísticos, con un 10,7% de la facturación total; el transporte aéreo, con un 9,3%, y las prendas de vestir, con un 7,2%.



Sin embargo, las cadenas confían en que la venta por internet será cada vez mayor y por eso centran sus esfuerzos en la mejora en logística y en la batalla de los frescos. Está por ver si Mercadona es capaz de salir airosa también en esta liga.