Cardona, el medallista en Tokio que se tendrá que poner a dieta para llegar a los JJOO de París

España sigue viendo en la vela su principal filón para encontrar medalla. Eso sí, ha estado a punto de pasar lo de Rio 2016; llevarse a la boca varias veces la medalla de chocolate. Pasó en las dos primeras medal race de este martes, pero Joan Cardona (Mahón, 1998) llegó para poner orden dentro de las cuatro opciones de medalla que tenía esta modalidad durante el día. El benjamín del equipo ha salvado los muebles de la delegación que más preseas atesora en la historia.

Del Club Marítimo de Mahón a la bahía de Enoshima. Ese es el camino que ha llevado Cardona para conseguir este éxito. Con seis años comenzaría a navegar, a conocer los secretos de este deporte y a forjar una mentalidad privilegiada, según todo su círculo cercano. Esa es su gran fortaleza y es la que ha demostrado durante esa medal race en la que se ha visto comprometido a pesar de llegar con ventaja para asegurar esa medalla que finalmente se ha colgado al cuello.

Cardona nació con la pasión por la vela. Con apenas un mes de vida ya hizo la travesía en velero de Barcelona a Menorca y a lo largo de su joven existencia ha pasado más horas en el mar que en tierra. Este regatista que dejó todo por la vela, cambiando de isla entre Menorca y Mallorca para poder perfeccionar su técnica ha visto recompensado todo el esfuerzo que ha realizado en su carrera. Fue el último en llegar a esta cita, logrando la clasificación este mismo año, pero estaba predestinado con este éxito.

Trabajó, trabajó y trabajó. Con tan solo 15 años tuvo que dejar Menorca y mudarse sin su familia a la isla mayor para poder seguir mejorando. Hasta durante los períodos de vacaciones cogía con sus padres el Optimist que le regaló su abuelo para seguir trabajando sin parar en todo el año. Pero también apareció una traba en su carrera; tenía problemas con su corpulencia. No entraba ya en el velero con 14 años por su altura y peso y esto último le va a volver a pasar.

Adiós al Finn

Cardona ha conseguido este éxito con su embarcación de Finn. Más allá de los juegos de palabras porque España consiguió por fin la medalla, también será el fin de esta modalidad en los JJOO. París 2024 ya no contará con este tipo de embarcaciones que tienen 4,5 metros de eslora, 1,47 de manga, 0,17 de calado y un peso de 107 kilos. Es esto lo que implica que el regatista tenga que tener unas condiciones físicas muy concretas y Joan, con su altura y embergadura, supera los 100 kilos.

El balear tendrá que cambiar de embarcación para dentro de tres años. Si quiere estar en París 2024, también tendrá que modificar su cuerpo. Tras ganar el bronce no ha querido aclarar en qué modalidad se inmiscuirá. Todo apunta a que será en Laser, ya que es la que mejor se adapta a lo que ha hecho hasta el momento. Pero, para ello, tendrá que llevar a cabo también una reducción de su peso hasta los 85 kilogramos. Actualmente pesa 101.

Joan Cardona, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 EFE

Sus 23 años le convierten en una de las jóvenes promesas de este deporte para España junto a Ángel Granda y Joel Rodríguez, con 23 años como él. Estos se suman a la juventud también de Paula Barceló (25 años) y Silvia Mas (24 años), mientras que los aún más jóvenes también vienen empujando fuerte en las categorías inferiores.

Un sueño familiar

Lo que ha conseguido este martes Cardona es lo que había soñado cuando salía a navegar junto a su padre, Xisco Cardona. Ha sido uno de sus pilares en la carrera que ha llevado, pero todo viene de aún más atrás. Fue su abuelo el que le regaló su primera embarcación. Es habitual que en las baleares se navegue, pero no al nivel que mostraba desde bien pequeño el nuevo medallista olímpico español. El Real Club Náutico de Palma se engalanó para poder ver la prueba con una pantalla gigante.

Competitivo, ambicioso y firme en la toma de decisiones, ha hecho historia en sus primeros Juegos. Cardona no emplea a ningún psicólogo deportivo para prepararse. Es un auténtico torrente de energía y, sobre todo, de motivación para conseguir grandes retos. Con calma, ahora atendrá que elegir su embarcación con la que volverá a buscar la gloria en unos Juegos Olímpicos. 

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