Paula Badosa, en silla de ruedas, y Kristian Blummenfelt, vomitando, en un fotomontaje

Paula Badosa, en silla de ruedas, y Kristian Blummenfelt, vomitando, en un fotomontaje REUTERS

Juegos Olímpicos TOKIO 2020

El infierno de los JJOO: cuando Tokio 2020 no protege a sus deportistas de condiciones extremas

Calor, humedad, un tifón, la salud mental y el coronavirus son un cóctel que está exprimiendo a los profesionales durante los JJOO de Tokio 2020.

28 julio, 2021 23:55

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No cabía duda de que estos Juegos Olímpicos iban a ser los más duros que se recuerdan por la situación que ha provocado la pandemia mundial que ha vivido la humanidad en el último año. Pero los deportistas se están encontrando más inclemencias en los JJOO de Tokio 2020. Las imágenes que están quedando en la retina de los espectadores son más negativas que positivas, con momentos que están costando incluso que algunas estrellas tengan que abandonar la cita.

Los protagonistas deberían de ser los deportistas, pero el clima, el coronavirus y los problemas mentales están acaparando los focos. Hay muchos factores que afectan al profesional durante su carrera y contra los que tiene que estar preparado. Pero, cuando estos se llevan al límite, lo normal es que la máquina se convierta en humano y explote por algún lado. Esas 'supernovas' están provocando también que el nivel no sea el mismo, provocando sorpresas que, en la mayoría de los casos, están haciendo que el atractivo de la cita no sea el mismo.

Lesiones o el estado físico de deportistas como Rafa Nadal o Carolina Marín mermaron las posibilidades de un país puntero como España. Pero es que este miércoles el país ha vivido una situación muy llamativa con los problemas físicos de Ion Izaguirre en ciclismo o el golpe de calor que ha sufrido Paula Badosa son ejemplos de la exigencia física a la que se han visto sometidos los deportistas, además de la mala suerte que sufre el país con estas situaciones y que encontró su culmen con el positivo de Jon Rahm.

Simone Biles, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Simone Biles, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 REUTERS

En el plano internacional, los Juegos Olímpicos también están viviendo una epidemia de problemas mentales, ansiedad y una presión con la que todos no pueden combatir. La gran hecatombe ha llegado con la situación de Simone Biles, que no ha podido competir en sus dos primeras finales por culpa de la ansiedad. Otros directamente no han conseguido ni tan siquiera debutar, incluso toda una delegación, como la de Guinea.

Calor y humedad

"Tokio es una sauna", era la frase que más repetían los periodistas que llegaban al epicentro de estos Juegos Olímpicos. Los deportistas replicaban esos mensajes. La misma sensación transmitían los deportistas. El bochorno, la humedad y el calor les estaban afectando. "Parece que estamos remando en un jacuzzi", explicaba a EL ESPAÑOL la medallista española Maialen Chourraut antes de afrontar la competición en la que se colgó la plata.

Pero es el tenis el deporte que más se ha visto afectado por esta razón. "Es una locura que nos obliguen a jugar al mediodía con 40ºC. Estoy muy enfadado porque no puede ser que tres personas que están en un despacho, con aire acondicionado, decidan que tenemos que competir así. Ellos están sentados en sus sillones y luego vienen a saludarnos cuando terminamos, con sus gafitas de sol. Aquí no estamos jugando a tenis, estamos buscando a ver quién aguanta más. Hoy esto parecía The Walking Dead", explicaba Diego Schwartzman.

Los deportistas se han quejado porque les obligan a jugar en las horas más centrales del día y en las que más calor hacen. Es por lo que la ITF ha tomado partido y anunció que no habrá partidos antes de las 15:00 horas de la tarde. Una medida que llega tarde y que podría haber evitado que Badosa tuviera que abandonar el torneo, tanto individual como mixto, después de sufrir ese golpe de calor que le obligó a salir de la pista en silla de ruedas y tapada con una toalla helada.

Todo esto también se ha ejemplificado con el enfado monumental de Daniil Medvedev. El jugador, que tuvo que ser atendido, llegó a tal punto que recriminó al colegiado que no interviniera durante el partido. Corría el segundo set y el ruso buscaba un empate a cuatro. No soportó más y estalló contra el juez de silla. "Si muero de un golpe de calor será vuestra responsabilidad".

En triatlón también se pudo ver con el ganador de la prueba masculina, Kristian Blummenfelt. El calor y la humedad hicieron de la carrera una auténtica batalla de supervivencia. El noruego, a su llegada a la línea de meta, se derrumbó y cayó al suelo, completamente roto por el dolor y el cansancio. No pudo evitar soltar un desagrable vómito.

Salud mental

Y Biles confesó sus problemas: "Desde que entro al tapiz, estoy yo sola con mi cabeza, tratando con demonios en mi cabeza (…) Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi salud y mi bienestar". Y añadió: "Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos". Es el momento de estos Juegos Olímpicos y por fin se ha puesto en perspectiva la gestión de la salud mental.

La estadounidense se rompió en la primera final, aunque ya había dejado entrever que no estaba teniendo buenas sensaciones en los días previos. En la fase de clasificación no arriesgó, no hizo movimientos que había venido prometiendo y no parecía la misma de siempre. En algunos aparatos fue superada por otras gimnastas. El 'comecocos' ya estaba en su cabeza y los fantasmas que le perseguían se presentaron a las primeras de cambio. Después de hacer el salto de trampolín, Biles se fue al vestuario. No podía seguir. Estaba amedrentada por la presión que se había puesto y que le habían puesto encima: no conseguir los seis oros era un fracaso.

Tifón

El frío y la lluvia, de tepente, también aparecieron en forma de un temible tifón que, finalmente, solo mostró su cola en Tokio. Eso sí, el triatlón femenino vivió una jornada tremenda. Flora Duffy reinó sobre el agua, la bici y la carrera, aunque en todo momento hubo unas condiciones que hicieron que muchas tuvieran que abandonar. Lo que también hizo es aumentar la humedad ambiental, algo que persistirá prácticamente toda la semana.

Coronavirus

Aunque apuntaba a ser el principal problema, finalmente ha habido otros que han tenido más secuelas. En cualquier caso, la burbuja de la Covid-19 que se pretendía crear en la villa olímpica no ha funcionado. Con el país en récord de contagios, son muchos los deportistas que se han visto afectados por la pandemia.

Las cuarentenas están siendo muy complicadas para los deportistas. La 'skater' neerlandesa Candy Jacobs lo explicó este miércoles. Fue la que dio positivo y permitió a Andrea Benítez ir a los JJOO, mientras tanto ella lo pasaba mal. "No tener aire exterior es tan inhumano", dijo Jacobs , de 31 años, en un mensaje de video publicado en Instagram. "Es mentalmente muy agotador ... definitivamente más de lo que muchos pueden manejar".

Tampoco se entiende el endurecimiento de las medidas que debían de superar algunos deportistas. Esta es la situación que vivió Jon Rahm, que necesitaba pasar tres test de coronavirus, por los dos habituales. Los dos primeros los había pasado sin problemas. Ha sido el tercero el que ha supuesto su positivo.

Mientras tanto, las burbujas que se habían creado no se están cumpliendo como demostró la actitud del equipo de Eslovenia de baloncesto en las imágenes que compartió Cristina Ouviña. En ellas se podía ver a los jugadores disfrutando de una partida de cartas, de alcohol (hay varias botellas de vodka, según se puede comprobar el vídeo que ha trascendido) e incluso se ve una cachimba.

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