Fotograma de The Party.

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Así se autodestruye la izquierda europea

La película británica 'The party', analiza la caída de los progresistas en clave de sátira política. Hablamos con Sally Potter, su directora.

15 febrero, 2018 02:55

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Si el camarote de los hermanos Marx hubiera estado lleno de progres en plena crisis de los cuarenta se parecería a The Party, la película de Sally Potter que analiza cómo la izquierda europea (y especialmente la británica) se ha autodestruido durante la última década y dejado a la derecha el control de todo. Como si fuera un chiste, la directora británica ha juntado en el mismo espacio a una ministra de Sanidad, una pareja de lesbianas, un profesor universitario, una cínica de vuelta de todo y hasta a un banquero para dejar a la vista las vergüenzas de todos.

Ellos se creen modernos, feministas, solidarios y preparados para dar a la gente un mundo mejor, pero a la hora de la verdad venderían todos sus ideales al mejor postor. Potter no deja títere con cabeza en esta sátira política que muestra a una generación que de joven salió a la calle a comerse el mundo y protestar contra todo, y ahora se han cansado de luchar. Ellos se han convertido en los representantes políticos que han hecho que los jóvenes no quieran votar a la izquierda y busquen nuevos líderes que les devuelvan la ilusión.

A pesar de todo, Sally Potter cree que su visión de la política “es realista”. “Es que es incluso optimista, y sólo cuando miras y analizas lo que está pasando es cuando podremos avanzar. Si no, nunca habrá cambios. La verdad es dura muchas veces”, contaba Potter a EL ESPAÑOL durante la pasada SEMINCI. Ella cree que lo que viene será mejor, y pone como ejemplo la ilusión con la que los jóvenes han acogido a Jeremy Corbyn en Reino Unido, al que cree que adoran como si fuera una estrella del rock porque es uno de los pocos que han apostado por una izquierda real en los últimos años.

Admite que su generación, la misma a la que representa en la película, ha sufrido demasiadas decepciones, pero se niega a aceptar que hayan abandonado la lucha en las calles, al menos no ella. “Fui a mi primera manifestación a los 17 años, era en contra del armamento nuclear. Y a la última el año pasado -tiene 68 años-. También salí a la calle contra la guerra de Irak… así que no es cierto que hayamos dejado de manifestarnos. Es una generación que fue muy idealista y que lo sigue siendo, pero está demasiado herida, porque ha habido tantas decepciones… Mira lo que pasó con Irak. Salimos a la calle más de un millón de personas, fue la manifestación más grande de la historia del Reino Unido, y no cambió nada. Eso hizo un daño enorme”, analizaba la realizadora.

Mira lo que pasó con Irak. Salimos a la calle más de un millón de personas, fue la manifestación más grande de la historia del Reino Unido, y no cambió nada. Eso hizo un daño enorme

También se muestra optimista con las nuevas generaciones. Sabe que salen menos a la calle, pero cree que siguen teniendo un idealismo: “Son brillantes, y a pesar de las crisis sociales, económicas y de las presiones de los medios de comunicación también han encontrado su forma de hacer activismo usando las redes sociales”.

A la que no encuentra remedio es a la izquierda, a la que ve rota en mil pedazos como muestra The party. “No sabé donde tiene que ir, y sobre todo no sabe cómo vencer a la derecha, porque la derecha se ha hecho fuerte y cada vez es más bruta, pero la izquierda tienen ese punto pacifista y no ataca”, opinaba sobre el problema.

Crisis de la masculinidad

Otro de los temas que aborda The party es la crisis de la masculinidad actual. Aquí las mujeres han triunfado más que sus parejas, que miran desde el sofá lo que ellas hacen. Algunos lo disfrutan, otros tantos se sienten inferiores y despliegan sus comentarios más machistas. Para Potter el centro de la lucha feminista debe incluir a los hombres -aquellos que sean buenas personas, aclara- y no señalarles como el enemigo, aunque no se amedrante al hablar de aquellos que ella denomina “agentes del patriarcado”.

“Esos hombres, como Weinstein o Trump, han hecho cosas terribles, son masculinidades tóxicas, y eso es una realidad. Son hombres que se apoyan en instituciones heteropatriarcales dominadas por hombres, pero creo que debemos pensar que aunque haya un problema general, también hay que considerar al hombre como un individuo bueno, yo creo en la bondad humana, y creo que todos nos levantaremos contra aquellos que hacen el mal”, añadía y pedía tiempo para que se noten los cambios que ya empiezan a cristalizarse.

Cuando eres mujer si hablas te atacan, así consiguen que se use el silencio como forma de sobrevivir

Ella ha vivido ese machismo desde que comenzó a hacer cine. En su primera película contrató a un equipo técnico lleno de mujeres. El resto de industria la atacaron sin piedad: “me atacaron vilmente, dijeron que odiaba a los hombres, que les quería matar. Si hablas te atacan, así consiguen que se use el silencio como forma de sobrevivir”. A ella no la callaron, y sigue apostando por títulos llenos de mujeres a las que paga lo mismo que a sus compañeros masculinos. Crea lo que llama un “clima de respeto e igualdad” que ha dado como resultado la comedia más divertida sobre la caída de la vieja izquierda.