Mar Flores ha vuelto a abrir una ventana íntima sobre su día a día y sus hábitos personales, esta vez hablando sin filtros sobre un asunto que afecta a millones, el sueño.
La actriz y modelo de 56 años afirma con claridad que su cuerpo le pide 8 horas. Sin embargo, admite que la mayoría de los días esa cifra se queda muy lejos de cumplirse.
"Necesito dormir 8 horas, pero solo duermo 4 o 5. Es una faena. Nada más abrir los ojos, miro el móvil con cariño, lo dejo en su sitio y me tomo mi zumo verde. No pienso mucho en horarios, si no me pongo de mal humor", explicó en una reciente entrevista.
Además, Flores también dio algunas pistas sobre cómo se despierta de la cama: "Utilizo la alarma del móvil y lo pongo en un sonido muy suave porque me molesta mucho levantarme sobresaltada. Si retraso la alarma y le digo que me llame en 5 minutos, ya jamás me levanto".
Su mañana está milimetrada: después del zumo, se lava los dientes, se viste de deporte y entre las 7 y las 8 de la mañana ya entrena: "Lo hago normalmente tres días a la semana y hago pesas y cardiovascular".
"También hago dos días de yoga a la semana. Después ya desayuno con mis niños y los llevo al cole y después a la oficina", relata sobre su rutina.
Lejos de la imagen frívola que muchos asocian a la moda, Mar se define como una mujer muy organizada y metódica, con claro objetivo: cuidarse al cien por cien.
La rutina de Mar Flores
Sabe que su trabajo exige buena imagen durante años y que eso solo se sostiene con disciplina, constancia y una rutina sólida.
También admite que no le gusta comer fuera en restaurantes: "En casa llevo una rutina de comida, proteínas, verduras... cosas que no puedo tomar en algunos establecimientos. Suelo hacer cinco ingestas al día, pequeñas. Suelen ser proteínas y como hidrato de carbono".
Si el día se lo permite, se concede una siesta; si no, continúa trabajando hasta la hora de recoger a los niños del colegio.
Una vez a la semana les da un capricho y se los lleva a merendar tortitas, pero la merienda habitual en casa es una pieza de fruta.
"Cenamos ya duchados, sobre las 20.30, tres platos. Dos platos y una ensalada o verdura. Comemos bastante bien y no hay postre. A veces un yogur", afirma la modelo sobre sus cenas.
Detrás de esta agenda perfecta hay una realidad menos idílica: la falta de sueño arrastra a Mar desde que fue madre y la sensación de deuda con el descanso la acompaña.
Aun así, se aferra a sus rutinas como salvavidas para mantenerse en pie, rendir en el trabajo y estar presente con sus hijos.
Su testimonio conecta con muchas mujeres que viven corriendo entre el móvil, el gimnasio, la oficina y la familia, siempre con la sensación de no llegar pero sin soltar nada.
Mar Flores pone palabras a ese equilibrio imposible: mucho orden, mucha disciplina... y muy pocas horas de cama.
