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Juanjo Artero es rostro, memoria y voz de generaciones de españoles. Aquel inolvidable Javi de Verano Azul, la serie más icónica de la televisión pública, convirtió a Artero en estrella precoz.

Cuatro décadas después, su cara sigue asociada a aquel verano en Nerja que cambió para siempre la ficción española.

Una de las preguntas que más se escuchan en las entrevistas con Artero es: "¿Cuánto te pagaron en Verano Azul?".

Una cifra ronda desde hace años: "114.000 pesetas por capítulo". Pero el actor esquiva o rebaja esa cifra: en su participación en el programa Cuentos Chinos afirmó que aquella época "fue otra vida" y no quiso confirmar el importe exacto.

"Era otro concepto de la televisión, no había competencia. A nosotros nos pagaron y luego la audiencia fue después. Fue mucho dinero en aquella época", señaló.

Lo que sí ha reconocido con franqueza es el peso de los impuestos y comisiones que han acompañado toda su carrera: "Pagas el 45% de tu sueldo al Estado y el 15% a tu representante. Yo no puedo dejar de trabajar".

Una frase que resume la realidad de muchos intérpretes: entre retenciones fiscales y honorarios, el salario neto puede reducirse a menos de la mitad. Para Artero, la fama no siempre significó estabilidad económica.

Tras Verano Azul, Artero logró algo que pocos niños prodigio consiguen: mantener una carrera sólida durante más de 40 años.

Protagonizó series como El Comisario y El Barco, consolidándose como uno de los rostros más queridos de la ficción española.

Sin embargo, en 2019 se hizo público que el actor tenía dos inspecciones de Hacienda pendientes. Él mismo lo confirmó en entrevistas.

"Le debo dinero a Hacienda de dos inspecciones, con carácter retroactivo", explicó. Esas auditorías le generaron tanto estrés que, según él, provocaron su tromboembolismo pulmonar. Y añadió con solvencia: "Conmigo no van a poder, lo voy a pagar todo. He pagado todo siempre".

La trayectoria de Artero

La situación, según relató, lo obligó a mantener un ritmo laboral frenético: "No puedo rebajar el ritmo de trabajo porque tengo que hacer frente a mis deudas con Hacienda", se sinceró.

La historia de Juanjo Artero es doble. Por un lado, es la de un adolescente que llegó a la pantalla y permaneció en la profesión más de cuatro décadas, superando triunfos y crisis.

Por otro lado, revela el lado menos elegante del show-bussiness: cargas fiscales fuertes y riesgo de deuda incluso para quienes parecían tenerlo todo.

Ahora, Artero repasa su pasado con nostalgia y humor. En una reciente entrevista en EL ESPAÑOL confesó: "Tengo un grupo de WhatsApp con mi pandilla de Verano Azul, no lo podíamos imaginar con 14 o 15 años".

En definitiva, Juanjo Artero es un actor que nos recuerda que el glamour es un espejismo si no se miran también los números, los impuestos y la presión constante de "trabajar para pagar".